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La oposición siria exige el sillón en la ONU y los Patriot de EE.UU.
El presidente de la Coalición Nacional Siria, Moaz al Jatib, declaró ante la Liga Árabe que la oposición quiere el puesto de Siria en la ONU. Además pide a EE.UU. usar el sistema de misiles Patriot. Damasco critica que la Liga acoge a "matones".
A pesar de haber anunciado su renuncia, al Jatib encabeza la delegación de la oposición siria que desde este martes es acogida como miembro de la Liga Árabe en la cumbre del grupo en Qatar.
Moaz al Jatib dijo el martes que le ha pedido a Washington "ayuda para proteger las zonas del norte", donde los rebeldes han logrado posicionarse, con el sistema Patriot de misiles tierra-aire.
Moaz al Jatib dimitió después de que la coalición criticara su proposición de entablar un diálogo con los representantes del régimen sirio; además, el líder no estuvo de acuerdo con la propuesta de nombrar a Hitto Ghassan, residente en EE.UU., como primer ministro opositor y encargado de nombrar un gobierno provisional.
A propósito de la decisión de la Liga Árabe de aceptar a la Coalición como representante oficial de Siria, la analista y escritora Conchetta Delavernia señala que esta organización se encuentra bajo el control de los extremistas.
“La Liga Árabe ha dejado de ser un organismo internacional legal para convertirse en una Liga Árabe que está dominada por los extremistas y el fundamentalismo que es el que está imperando”, afirmó Delavernia en declaraciones a RT.
“Si EE.UU. la respalda, está respaldando a un organismo que legalmente está dirigido por estados terroristas”, agregó.
Tras la frustración por el fracaso de la coalición en formar un gobierno provisional para administrar las zonas rebeldes de Siria, la Liga le ofreció a la coalición el asiento de Siria si un órgano ejecutivo era establecido por los opositores.
Después de conocerse la decisión de aceptar a la coalición como representante oficial de Siria, Damasco reaccionó con furia ante el anuncio.
"La Liga ha entregado el asiento robado de Siria a los bandidos y matones", dijo el diario oficial sirio ‘Al Thawra’.
"Se han olvidado de que son las personas que conceden los poderes y no los emires del oscurantismo y de la arena", añade en clara referencia a Qatar y Arabia Saudita, promotores abiertos de los rebeldes armados.
Una cadena de televisión estatal dijo: "Qatar quiere pasar por alto las reglas de la Liga Árabe dando el puesto de uno de los fundadores de la Liga a una coalición que obedece únicamente al dinero y al combustible del Golfo y se somete a los dictados estadounidenses".
La fragmentada oposición continúa dando señales contradictorias, como la renuncia el pasado domingo de Al Jatib y el nombramiento como primer ministro de un empresario que durante años residió en Texas, EE.UU.
Por su parte, los líderes rebeldes no creen que Ghassan Hitto sea el indicado para dirigir el primer gobierno de la revolución siria.
La división en la oposición, especialmente entre las fuerzas combatientes y los líderes políticos, ha alcanzado nuevas dimensiones en los últimos días, cuando el Ejército Libre Sirio anunció que no reconoce la elección de Ghassan como primer ministro provisional.
La decisión de entregar el asiento en la Liga Árabe a la oposición no ha estado exenta de detractores. Países como Iraq, Argelia y Líbano han expresado sus reservas sobre esta decisión.
Moaz al Jatib dijo el martes que le ha pedido a Washington "ayuda para proteger las zonas del norte", donde los rebeldes han logrado posicionarse, con el sistema Patriot de misiles tierra-aire.
Moaz al Jatib dimitió después de que la coalición criticara su proposición de entablar un diálogo con los representantes del régimen sirio; además, el líder no estuvo de acuerdo con la propuesta de nombrar a Hitto Ghassan, residente en EE.UU., como primer ministro opositor y encargado de nombrar un gobierno provisional.
A propósito de la decisión de la Liga Árabe de aceptar a la Coalición como representante oficial de Siria, la analista y escritora Conchetta Delavernia señala que esta organización se encuentra bajo el control de los extremistas.
“La Liga Árabe ha dejado de ser un organismo internacional legal para convertirse en una Liga Árabe que está dominada por los extremistas y el fundamentalismo que es el que está imperando”, afirmó Delavernia en declaraciones a RT.
“Si EE.UU. la respalda, está respaldando a un organismo que legalmente está dirigido por estados terroristas”, agregó.
Tras la frustración por el fracaso de la coalición en formar un gobierno provisional para administrar las zonas rebeldes de Siria, la Liga le ofreció a la coalición el asiento de Siria si un órgano ejecutivo era establecido por los opositores.
Después de conocerse la decisión de aceptar a la coalición como representante oficial de Siria, Damasco reaccionó con furia ante el anuncio.
"La Liga ha entregado el asiento robado de Siria a los bandidos y matones", dijo el diario oficial sirio ‘Al Thawra’.
"La Liga ha entregado el asiento robado de Siria a los bandidos y matones"
"Se han olvidado de que son las personas que conceden los poderes y no los emires del oscurantismo y de la arena", añade en clara referencia a Qatar y Arabia Saudita, promotores abiertos de los rebeldes armados.
Una cadena de televisión estatal dijo: "Qatar quiere pasar por alto las reglas de la Liga Árabe dando el puesto de uno de los fundadores de la Liga a una coalición que obedece únicamente al dinero y al combustible del Golfo y se somete a los dictados estadounidenses".
La fragmentada oposición continúa dando señales contradictorias, como la renuncia el pasado domingo de Al Jatib y el nombramiento como primer ministro de un empresario que durante años residió en Texas, EE.UU.
Por su parte, los líderes rebeldes no creen que Ghassan Hitto sea el indicado para dirigir el primer gobierno de la revolución siria.
La división en la oposición, especialmente entre las fuerzas combatientes y los líderes políticos, ha alcanzado nuevas dimensiones en los últimos días, cuando el Ejército Libre Sirio anunció que no reconoce la elección de Ghassan como primer ministro provisional.
La decisión de entregar el asiento en la Liga Árabe a la oposición no ha estado exenta de detractores. Países como Iraq, Argelia y Líbano han expresado sus reservas sobre esta decisión.
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