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El moderado Hasan Rohani ha ganado las elecciones presidenciales en Irán
El candidato de consenso de las fuerzas reformistas moderadas, Hasan Rohani, ha ganado las elecciones presidenciales en Irán en la primera vuelta. A su favor se expresó el 50,7% de los votantes.
Las comisiones electorales ya han finalizado el escrutinio en todos los colegios del país. Las autoridades destacan el alto índice de participación, alrededor del 73%.
El vencedor es un clérigo chiita de 64 años que trabajó entre 1982 y 1988 en el Consejo Superior de Defensa y desde 1989 en el Consejo Superior de Seguridad Nacional. Últimamente se ha desempeñado como representante del líder supremo de Irán en esta última institución.
El alcalde de Teherán y ex jefe de las Fuerzas de Seguridad iraníes, Mohammad Baqer Galibaf, quedó segundo en el escrutinio. Cerca del 16% de los votantes optaron por él.
Casi 37 millones de personas ejercieron su derecho al voto, entre ellos cerca de 1,6 millones de jóvenes que depositaron su papeleta por primera vez. Concurrieron finalmente seis candidatos, aprobados previamente por el Consejo de Guardianes de la Revolución Islámica.
Durante la campaña electoral, el ganador aseguró en varias ocasiones que estaba a favor de una mayor flexibilidad con Occidente. Prometió "un gobierno de compromiso y cesiones" y señaló que está dispuesto a "acabar con el ambiente de confrontación con el mundo".
Rohani sostenía que ese enfoque sería clave para poner fin a las sanciones de Occidente vinculadas a las investigaciones sobre la energía atómica. En este sentido escogió como símbolo de su campaña una llave, que según él abriría la puerta a las soluciones de los problemas del país.
Según afirma el redactor jefe de la revista rusa 'Natsionálnaya Oborona' (‘Defensa Nacional’), Igor Korotchenko, "Occidente no está interesado en ningún paso para arreglar la situación acerca de Irán". "Por eso –dice– incluso si Irán satisface completamente todas las demandas referentes al programa nuclear, se encontrarán otros pretextos para nuevas acusaciones: alegarán que está apoyando a Hezbolá o envía recursos para desestabilizar la situación en la región. Esa es una cuestión política".
Mientras tanto, la elección de Irán está "encaminada hacia su propio ideario, su influencia sobre la situación como uno de los líderes regionales y un enfrentamiento con EE.UU. e Israel", agrega el experto.
El vencedor es un clérigo chiita de 64 años que trabajó entre 1982 y 1988 en el Consejo Superior de Defensa y desde 1989 en el Consejo Superior de Seguridad Nacional. Últimamente se ha desempeñado como representante del líder supremo de Irán en esta última institución.
El alcalde de Teherán y ex jefe de las Fuerzas de Seguridad iraníes, Mohammad Baqer Galibaf, quedó segundo en el escrutinio. Cerca del 16% de los votantes optaron por él.
Casi 37 millones de personas ejercieron su derecho al voto, entre ellos cerca de 1,6 millones de jóvenes que depositaron su papeleta por primera vez. Concurrieron finalmente seis candidatos, aprobados previamente por el Consejo de Guardianes de la Revolución Islámica.
Incluso si Irán satisface completamente todas las demandas referentes al programa nuclear, se encontrarán otros pretextos para nuevas acusaciones
Durante la campaña electoral, el ganador aseguró en varias ocasiones que estaba a favor de una mayor flexibilidad con Occidente. Prometió "un gobierno de compromiso y cesiones" y señaló que está dispuesto a "acabar con el ambiente de confrontación con el mundo".
Rohani sostenía que ese enfoque sería clave para poner fin a las sanciones de Occidente vinculadas a las investigaciones sobre la energía atómica. En este sentido escogió como símbolo de su campaña una llave, que según él abriría la puerta a las soluciones de los problemas del país.
Según afirma el redactor jefe de la revista rusa 'Natsionálnaya Oborona' (‘Defensa Nacional’), Igor Korotchenko, "Occidente no está interesado en ningún paso para arreglar la situación acerca de Irán". "Por eso –dice– incluso si Irán satisface completamente todas las demandas referentes al programa nuclear, se encontrarán otros pretextos para nuevas acusaciones: alegarán que está apoyando a Hezbolá o envía recursos para desestabilizar la situación en la región. Esa es una cuestión política".
Mientras tanto, la elección de Irán está "encaminada hacia su propio ideario, su influencia sobre la situación como uno de los líderes regionales y un enfrentamiento con EE.UU. e Israel", agrega el experto.
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