Huellas milagrosas

¿Símbolo del poder de la fe o  engaño elaborado? Los estigmas o marcas sangrantes que aparecen en el cuerpo humano son considerados manifestaciones milagrosas de las heridas de Jesucristo en la cruz. El pintor de iconos georgiano, Tornike Dzhguerenaya, está seguro de que la cruz que apareció en su cara es un signo que proviene del cielo.

“El estigma apareció por primera vez hace siete años. Recé antes de acostarme. Luego sentí que pasaba algo extraño. Fue como un sueño. Vi que alguien estaba crucificado a mi derecha. Luego levantaron la cruz y pude observar a esa persona. Después miré hacia abajo y entendí que yo también estaba en la cruz”, recuerda.

Al despertar encontró en sus manos y pies varias heridas sangrantes similares a las que provocaría una crucifixión.

“Fui a los médicos. Pero no me dijeron nada interesante”, lastima.

La medicina alópata, basada en evidencia científica, trata a estos milagros con bastante escepticismo.

“Nadie ha testimoniado que  eso pueda ocurrir. Pero hay evidencias de que en muchas ocasiones se trató de un fraude. La gente quiere atraer la atención o ganar dinero. A veces no recuerdan que ellos mismos se han herido", dice el jefe de la Asociación Rusa de Medicina.

Pero Tornike cree que sus estigmas tienen un significado muy claro: aparecieron justo en vísperas de los dos atentados en el metro de Moscú, simbolizando la sangre de las futuras víctimas.

No obstante, la diócesis local y la Iglesia georgiana en general tratan estos casos con mucha prudencia.

“Cuando se trata de estigmas, los padres de la iglesia analizan con precaución estas manifestaciones en las personas vivas. Respetamos a todos, pero internamente también creemos en la gracia divina”, afirma Serafim, metropolitano de Borjomi y Bakuriani.

Los estigmas tradicionalmente están vinculados con la confesión católica. Y el caso de Tornike, según informan los medios georgianos, es el único registrado en la cristiandad ortodoxa. Pero ambas comunidades cristianas están de acuerdo en examinar atentamente este tipo de casos.

“La iglesia suele ser muy crítica con la gente que tiene estigmas. Generalmente, estas personas deben pasar por un riguroso control científico y religioso”, dice la teóloga Alexandra Marveloshvili.

Mientras los científicos y fieles no coinciden acerca de la veracidad de los estigmas, las personas que los poseen continuan considerándolos como "anuncios" que aparecen en su cuerpo y creen que no se manifiestan por una simple casualidad.