Kurmanbek Bakíyev no se reconoce depuesto
El presidente kirguiso Kurmanbek Bakíyev desmintió que había abandonado su país y intervino por radio desde el sur de Kirguistán. Bakiíyev afirmó que no reconoce su destitución, pero no va a batallar con su propio pueblo. Pese a que caracterizó los acontecimientos de los últimos días como “una grande sorpresa” que no podría producirse sin la ayuda extranjera, está dispuesto a negociar con el Gobierno provisional encabezado por Rosa Otunbáeva.
Mientras tanto, el merodeo se ha convertido en el problema principal para la nueva administración. En Bishkek han sido saqueados decenas de almacenes y oficinas, hasta la casa del Parlamento y el museo nacional. En la capital se ha creado un Estado Mayor urbano para asegurar el orden legal, presidido por el alcalde provisional Isá Omurkúlov. Según los últimos datos, se ha autorizado a los militares y policías a disparar a los merodeadores.
El presidente ruso Dmitri Medvédev envió a Kirguistán una subdivisión de militares para proteger a los ciudadanos de la Federación rusa que se encuentran en ese país, así como los organismos diplomáticos y otras instituciones. A la base aérea Kant llegaron unos 150 efectivos de las tropas aerotransportadas rusas.
El presidente estadounidense Barack Obama llama a los kirguisos a volver a la ruta de la democracia. “El presidente atentamente observa los acontecimientos en Kirguistán”, señaló en su comunicado el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs. “Llamamos a restablecer la tranquilidad en Bishkek y otras regiones según los principios de la democracia y el respeto a los derechos humanos”.