Tikal, uno de los mayores centros urbanos de la civilización maya precolombina en los siglos I-IX d.C. tenía una población de más de 100.000 habitantes. Los científicos siempre buscaban la respuesta a la pregunta ¿cómo los mayas de Tikal pudieron mantener su población y prosperar en un ambiente de bosque tropical?
El estudio dirigido por David L. Lentz de la Universidad de Cincinnati (Ohio, EE.UU.), determinó que la población maya en la ciudad de Tikal proveía sus necesidades básicas practicando formas intensivas de agricultura: los mayas utilizaban sistemas de riego, la construcción de terrazas y el cultivo de quema y roza, además, de técnicas agroforestales y de conservación de agua cuidadosamente controladas.
A pesar de ello, la economía maya dependía en gran medida del agua de lluvia que caía en sus cultivos. Los científicos sugieren que la salida de los mayas de Tikal en el siglo IX se asoció con una grave sequía, que hizo imposible la continuación del funcionamiento de la economía.
Los mayas pudieron haber exacerbado las condiciones de sequía a través de la tala de bosques, según los autores del estudio, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.