Un equipo de la Universidad Johns Hopkins, EE.UU., ha descubierto que los fluidos en el manto de la Tierra en las zonas de subducción contienen, aparte de dióxido de carbono y metano ya documentados, una rica variedad de especies de carbono orgánico, que podrían provocar la formación de diamantes y hasta incluso llegar a ser alimento para la vida microbiana.
Según los científicos, estas altas concentraciones de esa especie de carbono sugieren que están ayudando a transportar grandes cantidades de carbono de la zona de subducción a la cuña del manto que la cubre, donde es probable que alteren ese manto, afectando el ciclo de los elementos en la atmósfera de la Tierra.
"Es una emocionante posibilidad el hecho de que estos fluidos profundos puedan transportar bloques de construcción a la profundidad de la Tierra", explica el profesor Dimitri Sverjensky, autor principal del estudio. "Esto puede ser una clave para el origen de la vida en sí misma". El estudio fue publicado en la revista 'Nature Geoscience'.