Fueron astrónomos aficionados quienes detectaron algo en forma de pluma sobre el hemisferio sur marciano en marzo de aquel año. Uno de los primeros en tomar imágenes del fenómeno fue el estudioso estadounidense del sistema solar Damian Peach.
Al procesar las fotografías obtenidas pensó inicialmente que tenía un problema con el telescopio o la cámara. Pero luego vinculó la ubicación de la nube con la actividad del grupo de volcanes Tharsis y descubrió que crecía a medida que la región giraba alrededor del eje planetario.
Por ahora todas las imágenes existentes de la neblina han sido analizadas por los observatorios espaciales de distintos países del mundo. Los científicos dan por hecho que se trata de la mayor formación conocida en la atmósfera de Marte. Sin embargo, no existe unanimidad acerca de la naturaleza de la nube.
Algunos creen que se trata de una nube de cristales de hielo, otros la asocian con las emisiones aurorales: sería entonces una anomalía en el campo magnético. "Deja más preguntas que respuestas", afirmó en un comentario concedido a la revista 'Nature' el científico del planetario de la Agencia Espacial Europea Antonio García Muñoz. Y eso que han transcurrido casi tres años desde que la neblina fue avistada por vez primera.