Es curioso pero el peso de un kilogramo ha sido definido durante mucho tiempo por un objeto físico: el prototipo internacional del kilogramo (IPK), o 'Le Grande K', un cilindro de aleación de platino e iridio. Se conserva en la Oficina Internacional de Pesas y Medidas, cerca de París, Francia, según el portal Nature.
Así, el Sistema Internacional de Unidades contiene siete unidades de medidas: el metro, el segundo, el amperio, el kelvin, la candela, el mol y el kilogramo, la única unidad fundamental cuyo patrón se determina en relación a un objeto. Así, un kilogramo se define por el peso del cilindro y no al revés. Por esta razón su masa puede variar y en varias ocasiones a lo largo de su historia ha ganado y perdido peso. Además, potencialmente puede destruirse, mientras que las constantes siguen siendo las mismas.
Determinar esta medida resulta bastante difícil y uno de los modos es apelar a la constante de Max Planck, la constante principal de la teoría cuántica, el coeficiente que relaciona el valor de la energía de los fotones de la radiación electromagnética con su frecuencia. El otro método ofrecido por los expertos alemanes en el proyecto denominado 'Avogadro' define un kilogramo como cierta cantidad de átomos de silicio. Revisando los estudios recopilados durante muchos años, los científicos ya están casi dispuestos para hacer los cambios, aunque aseguran que la redefinición no hará que el kilogramo sea más preciso, sino más estable.
Los cambios se darán a conocer durante la Conferencia General de Pesos y Medidas en Francia de 2018. Además del kilogramo, el equipo científico internacional tiene previsto revisar el amperio, el mol y el kelvin. Así que 'Le Grand K' ponto podría ocupar el honorable lugar que se merece en un museo.