Inesperado: a los neuróticos les estresa la paz y la tranquilidad
Hay personas que encuentran más descanso y relajación en medio de una muchedumbre ruidosa que en un bosque o junto al mar, revela la revista digital 'Quartz'. Específicamente se trata de las personas neuróticas, aseguran los autores de un estudio científico. Sostienen, por ejemplo, que para una persona como Woody Allen "un bosque no es un lugar relajante, sino desconcertante".
La investigación no implicó consultar a ninguna persona con un trastorno neurótico clínico. Los participantes de varios experimentos conductistas respondieron una serie de preguntas sobre lo inquietos e irritables que son. El test permitió separar a los más propensos a las neurosis del resto de los 455 participantes en el estudio, todos ellos estadounidenses.
Tres pruebas permitieron a los científicos estimar las propiedades adaptativas de cada uno. La primera fue de supresión del pensamiento (se les dijo a los participantes que no pensaran en un oso blanco), una práctica que absorbía todos los recursos de autocontrol. A continuación los participantes tenían que solucionar algunos anagramas de palabras relacionadas con la naturaleza o los ambientes urbanos. Finalmente, les daban un anagrama imposible de resolver. Los estudiosos establecían el grado de autocontrol de cada participante en función del tiempo que necesitaban para solucionar el anagrama no soluble.
La segunda prueba siguió el mismo patrón, pero utilizó palabras que normalmente causan preocupación a las personas o, al contrario, inducen a la tranquilidad. Esta prueba mostró que las palabras relacionadas con el mundo natural que habitualmente provocan ansiedad, como 'araña', calmaban a las personas neuróticas. Mientras tanto, los participantes más relajados se sentían mejor al oír palabras vinculadas con un ambiente urbano como 'librería'.
La prueba final midió el autocontrol pidiendo a los participantes planear unas vacaciones al estilo safari y decir cuánto dinero pondrían en la tarjeta de crédito. Los resultados mostraron que las personas tomaban decisiones económicamente más prudentes ante las palabras que más correspondían a su personalidad.
Mediante estas tres pruebas se descubrió que los participantes con más rasgos neuróticos dejaban de irritarse y recuperaban mejor la tranquilidad en un ambiente estresante. Era inútil proponerles "entrar en comunión con el mundo" tal como dice el mantra zen, que realmente funciona, pero no para ellos.