Infografía: Nuestros 'mensajeros' intercelulares pueden ser virus mutantes

Las vesículas son una especie de transporte intercelular. Son orgánulos emitidos por las células que viajan hasta líquidos biológicos como la sangre, la saliva, la orina, el líquido amniótico o los medios de cultivo. Las vesículas pueden contener microARNs  –ácidos nucleicos monocatenarios– que sirven a las células para influirse entre sí. Algunos virus son capaces de usar vesículas para sus fines. En este caso una célula recibe una vesícula con ADN viral y proteínas ajenas que aprovechan los recursos celulares para generar virus y producir nuevas vesículas infectadas y, de esta manera, ayudar a la diseminación del virus en el organismo.  

Las bacterias se convierten en una memoria portátil

Un grupo de investigadores de la Universidad de Utrecht (Países Bajos) ha detectado una semejanza entre las vesículas extracelulares generadas por células contagiadas con retrovirus y virus defectivos, un tipo mutado que se reproduce solo en presencia de otro auxiliar impidiendo, a su vez, la divulgación del último. Debido a que pueden formarse a partir de las mismas causas, las vesículas extracelulares y los virus pueden considerarse parientes, según el estudio publicado en la revista 'PNAS'.

La comprensión de la estructura y función de las vesículas infectadas es indispensable para la elaboración de los nuevos métodos de tratamiento. Por ejemplo, las vesículas virales pueden servir de trampa para los anticuerpos, al distraerlos del propio virus. La eliminación de estas vesículas puede aumentar la reacción inmune a los virus. Además, la introducción de proteínas virales específicas en la membrana de la vesícula puede generar un método de transporte de medicamentos hasta las células necesarias.