El metro de la Ciudad de México contribuye a la investigación arqueológica
Cerca de 20.000 objetos pertenecientes a varias épocas de la rica historia de México fueron encontrados durante las cuatro décadas de construcción de vías subterráneas en la capital del país azteca, según informa La Prensa Latina.
Como explicó al diario el arqueólogo Raúl Arana, la ejecución de ese sistema de transporte supuso una extraordinaria oportunidad para excavar y recuperar vestigios del subsuelo de la Ciudad de México, que permitieron corroborar información solamente conocida hasta entonces por documentos históricos.
Arana, quien en 1967 participó en los primeros trabajos de asesoramiento y protección arqueológica en las obras del metro, explicó que la construcción de las líneas 1 y 2 del tren subterráneo se hicieron en lugares densamente urbanizados, lo que facilitó la exploración arqueológica de emplazamientos que, de lo contrario, no habría sido posible investigar.
Según recuerda Arana, los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) en las primeras etapas de la constucción del metro capitalino estuvieron especialmente satisfechos de poder explorar el suelo frente al Palacio Nacional y las calles cercanas al lugar donde estaba la antigua ciudad de Tenochtitlan.
Gracias a la cuadrícula de líneas que formó el metropolitano bajo la capital mexicana, se pudo extender las exploraciones arqueológicas de norte a sur y de este a oeste, ofreciendo más posibilidades que ningún otro proyecto de excavación arqueológica en medio de una ciudad, subrayó el arqueólogo. Además, la profundidad de las obras también permitió explorar diversas capas de los estratos de la tierra, en los que los investigadores hallaron valiosa información de los tiempos prehistóricos, prehispánicos, coloniales y hasta de la actualidad.
En la foto aparece la pirámide en la estación de Pino Suárez, Ciudad de México.