Ciencias
Matemáticos españoles resuelven un centenario problema
Dos investigadores españoles han resuelto una importante conjetura sobre la geometría de los fluidos propuesta hace 140 años por el físico británico Lord Kelvin, que establece la existencia de tubos de vorticidad en fluidos estacionarios.
Los físicos ya habían observado estos fenómenos, pero ahora Alberto Enciso y Daniel Peralta Salas, investigadores del Instituto de Ciencias Matemáticas de España, han probado que matemáticamente son posibles, informa 'El Confidencial'.
El problema fue planteado en 1875 por Kelvin, quien conjeturó que en los fluidos estables (no viscosos, como el agua o aire) podrían aparecer estos tubos vórtices anudados.
"Para que nos entendamos, y por decirlo de forma muy coloquial, un tubo de vórtice quiere decir que es una estructura con forma de dónut, y anudado significa que es muy complejo", explicaron los matemáticos españoles.
Kelvin aseguraba que los tubos de vórtice anudados flotaban en el éter, una hipotética sustancia fluida extremadamente ligera que se creía que ocupaba todos los espacios vacíos, y eran los átomos que componían la materia. El nivel de complejidad de la estructura determinaba que fuesen átomos de una u otra sustancia. Esto, obviamente, no es así. El éter no existe y los átomos no son lo que Kelvin creía.
Pero las estructuras a las que se refería, los tubos de vórtice anudados, sí corresponden con la forma en que se configuran los fluidos.
"Los fluidos en equilibrio, como el agua que recorre una tubería, que en principio tienen un comportamiento simple, pueden esconder comportamientos complejos, en forma de dónut retorcido", agregaron los jóvenes investigadores.
El problema fue planteado en 1875 por Kelvin, quien conjeturó que en los fluidos estables (no viscosos, como el agua o aire) podrían aparecer estos tubos vórtices anudados.
"Para que nos entendamos, y por decirlo de forma muy coloquial, un tubo de vórtice quiere decir que es una estructura con forma de dónut, y anudado significa que es muy complejo", explicaron los matemáticos españoles.
Kelvin aseguraba que los tubos de vórtice anudados flotaban en el éter, una hipotética sustancia fluida extremadamente ligera que se creía que ocupaba todos los espacios vacíos, y eran los átomos que componían la materia. El nivel de complejidad de la estructura determinaba que fuesen átomos de una u otra sustancia. Esto, obviamente, no es así. El éter no existe y los átomos no son lo que Kelvin creía.
Pero las estructuras a las que se refería, los tubos de vórtice anudados, sí corresponden con la forma en que se configuran los fluidos.
"Los fluidos en equilibrio, como el agua que recorre una tubería, que en principio tienen un comportamiento simple, pueden esconder comportamientos complejos, en forma de dónut retorcido", agregaron los jóvenes investigadores.
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