La erupción del volcán islandés podría amenazar de nuevo al tráfico aéreo en Europa

Los europeos aún deben recordar los momentos vividos hace un año después de la erupción del volcán Eyjafjalla, que causó problemas en el espacio aéreo europeo durante todo un mes. Ahora el volcán Grimsvötn, que entró en erupción ayer sábado 21 de mayo, amenaza con volver a causar un caos similar.

Aunque las cenizas aún no han afectado al espacio aéreo de Europa, los especialistas dicen que es sólo una cuestión de tiempo. La Oficina Meteorológica Británica avisa de que las partículas volcánicas  podrían llegar a Escocia el martes y al resto del Reino Unido, a Francia y a España, el jueves o el viernes. Las imágenes captadas esta noche demuestran que la nube de las cenizas tiende a moverse hacia el sur.

Mientras tanto las fuentes de Eurocontrol aseguran que el desarrollo futuro de la situación depende sobre todo de la intensidad de la erupción y de las condiciones climáticas. Pese a ser de mayor intensidad, la erupción del Grimsvötn no debería tener las mismas consecuencias. El geofísico Gunnar Gudmundsson explica que la ceniza esta vez está compuesta por basalto, lo que la hace más rugosa y provoca que caiga mucho más rápido al suelo, con lo que disminuye la posibilidad de que el fino polvo volcánico se introduzca en los motores de las aeronaves y provoque averías, razón por la que se cerró el espacio aéreo hace un año.

La autoridad de la aviación civil islandesa ya cerró el principal aeropuerto del país, lo que tiene ciertas repercusiones en el tráfico mundial, ya que está situado en mitad de rutas transatlánticas.

La última vez que el volcán Grimsvötn entró en erupción fue en 2004.