Buenas intenciones, cero resultados... los retos de la Cumbre del Cambio Climático
La próxima Cumbre del Cambio Climático (COP-17) de la ONU, que tendrá lugar en Durban (Sudáfrica) del 28 de noviembre al 9 de diciembre, debe elaborar un pacto que sustituya al Protocolo de Kioto, que expira al próximo año y que tiene por objetivo reducir las emisiones de gases que causan el calentamiento de la Tierra.
Por su parte, la Unión Europea llegará al encuentro con un mapa de ruta para lograr un pacto global con el mismo objetivo: reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de aquí al 2015.
100.000 millones de 'verdes' para el Fondo Verde
Las múltiples cumbres previas sobre el Cambio Climático patrocinadas por las Naciones Unidas no han dado ningunos resultados positivos. La conferencia climática en Copenhague, en el 2009, fracasó pues también en ella se planeaba firmar un convenio global, lo que no sucedió.
Mientras tanto, en la Cumbre de Cancún (México), en diciembre del 2010, los países se comprometieron a reanudar las negociaciones para prorrogar el Protocolo de Kioto y acordaron destinar 100.000 millones de dólares en la creación del Fondo Climático Verde (Green Climate Fund) para ayudar a las naciones más pobres a luchar contra el cambio climático.
Anunciado como un modelo de cooperación entre los países ricos y pobres, las promesas del Protocolo de Kioto (1997) para contener el Cambio Climático expiran a finales del 2012. Delegados de la conferencia que comienza el próximo lunes en Durban están evaluando las formas de aumentar en 100.000 millones de dólares anuales los recursos al Fondo Climático. Pero en las críticas condiciones actuales de la economía mundial, los representantes de unos 190 países no tendrán fácil la resolución del problema principal: el dinero.
EE. UU. es ‘optimista’
En vísperas de la cumbre de Durban el gobierno de los Estados Unidos, país que reiteradamente se ha negado a aceptar las medidas para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, se mostró ‘optimista’ sobre el encuentro. Sin embargo, no dio ninguna esperanza de comprometerse estampando su firma en ningún documento que lo obligue a dejar de ensuciar el medio ambiente; de hecho Washington ya adelantó que no firmará una renovación del acuerdo de Kioto.
El representante estadounidense para el cambio climático, Todd Stern, confirmó este martes que Kioto no entraba en las discusiones. "Kioto no está en la mesa de negociaciones para Estados Unidos, pero no lo vemos como un impedimento", declaró Stern en rueda de prensa, añadiendo que creía que el proceso "tiene que abrirse e incluir a todas las grandes economías".
Los países de Latinoamérica y sus ‘compromisos’
Mientras tanto, los ministros de Brasil, Bolivia, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Guyana y Surinam se reunieron este martes en la ciudad brasileña de Manaos, en el corazón Amazónico, para renovar su compromiso de conservar la Amazonia y acordaron imponer un marcado acento social en sus planes de cuidado del "mayor pulmón verde del planeta".
El canciller brasileño Antonio Patriota anunció que durante el encuentro se aceptó una propuesta de Brasil para destinar el 20% de un fondo de 100 millones de dólares que tiene para asuntos amazónicos a proyectos que ayuden a contener la desforestación, que es un problema común en todos los países de la región. Esos y otros acuerdos fueron plasmados en el llamado "Compromiso de Manaos", un documento que en uno de sus 28 puntos también plantea la necesidad de "desarrollar nuevos espacios de diálogo con las poblaciones amazónicas", que en general quedan al margen de las grandes discusiones nacionales.
El proyecto Yasuní
Por su parte, el presidente ecuatoriano Rafael Correa anunció este martes que su gobierno llevará a la próxima Cumbre en Durban un proyecto sobre el Parque Yasuní. Se trata de una propuesta para no explotar los 846 millones de barriles de crudo que potencialmente alberga el yacimiento del Parque Yasuní a cambio de un aporte de 3.600 millones de dólares durante doce años.
“Estamos dispuestos a renunciar a ese recurso que nos beneficiaría sólo a nosotros por conservar un bien que beneficia a todo el planeta”, afirmó el presidente. Correa aclaró que la iniciativa no es un pedido de caridad y explicó que con la no extracción de ese crudo amazónico se evitaría la emisión de 407 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono (CO2), responsable del calentamiento global.
La ‘opinión especial’ de China
China presiona para que los nuevos objetivos de reducción de emisiones para los países desarrollados entren en vigor inmediatamente después de expirar el Protocolo de Kioto.
El principal funcionario para el tema del cambio climático en China, Xie Zhenhua, reiteró en una conferencia de prensa este martes la postura de su país: las naciones desarrolladas son las principales culpables del calentamiento global y deben asumir la responsabilidad de combatirlo, mientras que no debe imponérseles restricciones a los países en desarrollo porque esto podría afectar los esfuerzos para aliviar la pobreza. "El problema del cambio climático se originó principalmente porque los países desarrollados no prestaron la atención necesaria a este cuando se industrializaron y urbanizaron", aseguró Xie.
Además, al gobierno chino le preocupa que la crisis agote las contribuciones del multimillonario Fondo Mundial contra el Cambio Climático, pero espera que en Durban pueda lograrse un acuerdo para financiar y ayudar a los países en desarrollo a enfrentarse al calentamiento global.
La brecha entre ‘ricos’ y ‘pobres’
De este modo, los países en desarrollo insisten en extender e incluso adoptar nuevas obligaciones que las del Protocolo de Kioto. Pero los países industrializados quieren que las economías emergentes acepten compromisos similares.
Los expertos observan que el proceso patrocinado por la ONU para frenar las emisiones de carbono se encuentra todavía 'traumatizado' por el turbulento proceso de negociaciones de la Cumbre de Copenhague del 2009 y que la cita de Durban se enfrentará a una ruptura de los acuerdos antes logrados.