Ciencias
La vida sin corazón, al pie de la letra
El checo Jakub Halik es el primer hombre del mundo que ha logrado vivir, ya casi cuatro meses, sin corazón y sin pulso, pero con dos bombas sin válvulas cardiacas, después de que su propio órgano fuera extirpado a causa de un tumor maligno.
El paciente, de 37 años, tenía un tumor maligno en el corazón, pero de acuerdo con las indicaciones médicas, no podía obtener un trasplante, porque los medicamentos que utilizan para evitar el rechazo de un órgano extraño apoyan el proceso tumoral de las células. A Halik le fue ofrecida la implantación de dos bombas que mandan la sangre por la aorta y a los pulmones.
La operación fue llevada a cabo en el Instituto de Medicina Clínica y Experimental de Praga (República Checa) y duró más de siete horas. Según los médicos, lo más difícil fue arreglar los dispositivos y fijar la presión de bombeos, para que la sangre que iba a los pulmones no causara daño a los vasos y órganos.
Los dispositivos que tiene Halik están fijados para una actividad normal, no es capaz de reaccionar al esfuerzo, como correr, hacer deporte o subir por una escalera. Además, el paciente lleva las pilas bajo los brazos, pero los acumuladores no se ven, no pesan mucho y duran entre 8 y 12 horas.
El equipo médico indica que la intervención será considerada exitosa en el caso de que el tumor no crezca y si el paciente sobrevive hasta que le hagan un trasplante de corazón. Halik fue operado el pasado 3 de marzo, pero es necesario esperar entre seis y nueve meses, antes de asegurar que la operación ha sido un éxito absoluto.
"Nuestro paciente no tiene pulso sensible. Se creía que sin esto no se puede vivir, pero él ha mostrado que todo es posible", indica Yan Pirk, el cirujano que ha realizado la operación.
Esta técnica revolucionaria ya ha sido practicada a un hombre de Texas (EE.UU.), pero el paciente falleció poco después de la intervención.
La operación fue llevada a cabo en el Instituto de Medicina Clínica y Experimental de Praga (República Checa) y duró más de siete horas. Según los médicos, lo más difícil fue arreglar los dispositivos y fijar la presión de bombeos, para que la sangre que iba a los pulmones no causara daño a los vasos y órganos.
Los dispositivos que tiene Halik están fijados para una actividad normal, no es capaz de reaccionar al esfuerzo, como correr, hacer deporte o subir por una escalera. Además, el paciente lleva las pilas bajo los brazos, pero los acumuladores no se ven, no pesan mucho y duran entre 8 y 12 horas.
El equipo médico indica que la intervención será considerada exitosa en el caso de que el tumor no crezca y si el paciente sobrevive hasta que le hagan un trasplante de corazón. Halik fue operado el pasado 3 de marzo, pero es necesario esperar entre seis y nueve meses, antes de asegurar que la operación ha sido un éxito absoluto.
"Nuestro paciente no tiene pulso sensible. Se creía que sin esto no se puede vivir, pero él ha mostrado que todo es posible", indica Yan Pirk, el cirujano que ha realizado la operación.
Esta técnica revolucionaria ya ha sido practicada a un hombre de Texas (EE.UU.), pero el paciente falleció poco después de la intervención.
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