El esquema es el mismo que aplicó en su momento el Sistema de Reserva Federal para EE.UU. El programa aprobado prevé que el BCE compre los títulos de deuda tanto pública como empresarial más solventes de cada país, permitiendo de este modo a los inversores poner sus ahorros en otros activos de mayor riesgo. La meta es inyectar dinero a la economía real y animar a consumidores y empresas a gastar.
Dos motivos por los que no habrá un efecto positivo
Esta medida solo "busca ganar tiempo", aseguró a RT el economista Santiago Niño-Becerra. "Efectos positivos yo creo que va a tener muy pocos. Por dos motivos. En primer lugar, porque Europa no es EE.UU.; y en segundo lugar, porque básicamente este dinero se va a utilizar para aligerar la deuda pública", comentó.
Desde su punto de vista, no es casual que esta medida no se haya puesto en marcha antes. Europa "es un mosaico de Estados" con legislaciones distintas y sin una política fiscal homogénea, explicó. "Yo pienso que es justo al revés. Si ahora se va a poner en marcha esta medida, es porque la economía europea realmente está muy mal", opinó.
El programa del BCE estará vigente durante, al menos, un año y medio y supondrá un total de 1,14 billones de euros repartidos en pagos mensuales de 60.000 millones hasta septiembre de 2016. De momento no está claro el esquema preciso: la zona del euro son 19 mercados distintos con distintos grados de nivel de riesgo, con lo cual la mayor pregunta es cuánto y de dónde va a comprar el BCE y si serán los bancos centrales de cada país los que asumirán los riesgos crediticios de la deuda de su Estado.