Los superricos tienen una vía nueva para 'comprar' elecciones
"Estamos ungiendo una aristocracia que está consiguiendo un agarre más y más fuerte sobre la democracia", insistió ante ProPublica Miles Rapoport, presidente de Common Cause, un grupo defensor enfocado en reducir la influencia del dinero en la política. "Un creciente número de 'Super PACs' se está convirtiendo en un instrumento de donantes individuales", explican Robert Faturechi y Jonathan Stray de ProPublica, basando su conclusión en un análisis de registros federales.
Los 'Super PACs' son organizaciones formadas para juntar los fondos recaudados por sus miembros y utilizarlos en campañas (o anticampañas) electorales. No tienen derecho a donar dinero directamente a los candidatos políticos, pero gracias a dos decisiones judiciales dictadas en 2010, pueden recaudar sumas ilimitadas de corporaciones, sindicatos, asociaciones o personas físicas y gastar unas sumas también ilimitadas en abogar abiertamente a favor o en contra de un candidato.
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Durante los comicios al Congreso de medio mandato, en 2014, había 59 'Super PACs', donde al menos un 80% de los fondos procedía de un solo donante. En total, comités de este tipo recaudaron 113 millones de dólares, 4 veces más que en 2012, calculan Faturechi y Stray. En adición a los comités dominados por un individuo, decenas más recibieron la mayor parte de sus fondos de una sola compañía, grupo laboral u organización defensora: representaron un 8,6% de los fondos recaudados por todos los 'Super PACs'.
En 2016, la tendencia continuará, opina ProPublica. "El surgimiento de grupos de un solo donante es un nuevo ejemplo de cómo los cambios en la ley están dando una enorme influencia a un puñado de financiadores. A través de un 'Súper PAC', un donante puede empujar una agenda más estrecha sin ayuda de nadie", concluyen los expertos.