El intercambio comercial entre Rusia y EE.UU. disminuyó un 6% en comparación con el año pasado. Al mismo tiempo, el volumen del intercambio comercial entre Moscú y la UE ha caído en más del 10%, informa el diario alemán 'Der Spiegel'.
Según un funcionario de la Cámara de Comercio de EE.UU., las empresas norteamericanas más afectadas son las corporaciones globales, como ExxonMobil, AT & T y General Electric. "No queremos que las sanciones castiguen a los compradores de productos estadounidenses", dijo el mencionado funcionario.
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Sin embargo, muchas compañías estadounidenses siguen manteniendo sus contactos rusos. El fabricante de helicópteros Bell, por ejemplo, esta semana firmó un acuerdo con la compañía rusa JSC Ural Works of Civil Aviation (UWCA) para producir sus helicópteros en la ciudad rusa de Ekaterimburgo.
"Estamos encantados de establecer una fuerte presencia local en Rusia", afirmó el vicepresidente de Bell, Patrick Moulay. La UWCA pertenece a la corporación estatal rusa Rostej, propiedad de Serguéi Chémezov, quien, al igual que su empresa, figura en la lista de sanciones.
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El gigante aeroespacial Boeing también ha mantenido sus antiguas y vitales relaciones con Rusia. "Los estadounidenses presionaron a Europa con el objetivo de imponer duras sanciones", dijo Frank Schauff, director ejecutivo de la Asociación de Empresas Europeas en Moscú. Por lo que "no deja de sorprender que el año pasado ellos mismos incrementaran su comercio con Rusia", apuntó.