Según el periódico 'Deutsche Wirtschafts Nachrichten', la acusación de la supuesta violación de las sanciones forma parte de la estrategia estadounidense dirigida contra Rusia.
Deutsche Bank presuntamente realizaba operaciones relacionadas con las cuentas de las personas incluidas en la lista de sanciones de la UE y EE.UU. Se trata de transacciones que permitieron a los clientes rusos transferir fondos fuera del país sin notificar a las autoridades.
Washington considera que tiene derecho a interferir en los asuntos de la entidad europea, ya que parte de las transacciones se realizaron en dólares.
Investigando el presunto lavado de dinero del banco alemán, EE.UU. persigue dos objetivos: insistir en la aplicación de sanciones occidentales contra Rusia y debilitar el sector financiero imponiendo una multa millonaria.