El mundo se encuentra en el umbral de "la revolución industrial 4.0" lo que genera una serie de problemas graves que tienen que afrontar todos los países, opina Antón Kobiakov, consejero del presidente de Rusia, en su publicación para RBK. "El mundo padece tanto problemas antiguos que ya se volvieron estructurales, así como desafíos absolutamente nuevos", sostiene.
Según él, en la actualidad los problemas económicos mundiales "se derivan los unos de los otros, e incluso las mayores economías del mundo no son capaces de resolverlos por sí solas". Entre ellos destaca el problema global del endeudamiento, que, por ejemplo, alcanza en EE.UU. o en la UE porcentajes "críticos" del 110% y del 90% del PIB, respectivamente.
Los problemas económicos mundiales se derivan los unos de los otros, e incluso las economías más grandes del mundo no son capaces de resolverlos por sí solas
Este problema se volvió aún más acuciante desde finales de 2015, cuando la decisión de la Reserva Federal de EE.UU. de aumentar por primera vez en casi una década la tasa de interés en un 0,25%, y su intención de seguir aumentándola en el transcurso de este año, hizo crecer rápidamente el dólar.
Como la mayoría de los países en desarrollo mantienen sus deudas externas precisamente en dólares, saldarlas se convierte en una tarea aún si cabe más complicada. A este problema se añade el de la huida de capitales y la desaceleración económica. Simultáneamente, las grandes cantidades de activos acumulados por los bancos centrales de EE.UU., la UE y Japón crean riesgos serios de desequilibrio en las regiones correspondientes.
"La deuda global, la frágil demanda mundial, la desaceleración de China y el crecimiento muy lento de la economía de Europa amenazan, en realidad, el desarrollo económico mundial sostenible", opina el experto. Según él, muchos analistas no confían en que la economía global crezca, ni siquiera -recuerda- el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en lo que va de 2016 ya redujo tres veces su pronóstico de crecimiento: en la última ocasión del 3,6% al 3,4%.
Nueva revolución industrial
"La economía mundial está viviendo una transformación irrevocable", afirma Kobiakov, lo que -explica- se debe a la "nueva revolución industrial que borrará los límites tecnológicos habituales". La fusión de tecnologías y la ausencia de límites "entre los sectores digital, productor y biológico" serán las claves de esta nueva época, opina.
La fusión de tecnologías y la ausencia de límites "entre los sectores digital, productor y biológico" serán las claves de esta nueva época
El papel de los intermediarios en la economía se reducirá y aparecerá "un nuevo tipo de producción industrial basado en los llamados 'datos masivos' y su análisis, la automatización absoluta de producción, las tecnologías de la realidad aumentada, el Internet de cosas, etc." Algunos elementos de esta nueva realidad, como las criptomonedas, ya existen hoy, recuerda.
Además, no son pocos los ejemplos de compañías emergentes, las llamadas 'startup', que valen más en los mercados que las industrias tradicionales. Lo mismo ocurre en el sector financiero, donde la empresa de comercio electrónico Paypal cuesta el doble que el líder tradicional de inversión bancaria Deutsche Bank, según NASDAQ, explica el experto.
La revolución energética
La consecuencia inminente de esta "cuarta revolución industrial" será el crecimiento rampante de las energías alternativas. La década de altos precios petroleros ya impulsó las nuevas tecnologías energéticas renovables, si bien el desplome del sector petrolero y la caída de sus ganancias e inversiones empuja igualmente el desarrollo de la energía alternativa.
La actual crisis de crudo conduce a "cambios estructurales" de las economías, incluso de gigantes petroleros como Arabia Saudita, que ya examina planes de privatización de parte de su monopolio Saudi Aramco.
Las paradojas del desempleo
Paralelamente al crecimiento de la producción aumentó también el desempleo
La paradoja de la nuevas economías industriales reside en el hecho de que, paralelamente al crecimiento de la producción, aumentará también el desempleo, algo vinculado a los nuevos sistemas intelectuales de producción que no requerirán de humanos. En este sentido, no se necesitarán más empleados no calificados, pero aumentará el interés en los especialistas capaces de crear nuevas tecnologías punta.
¿Economía o política?
La consecuencia de los problemas económicos actuales y la nueva revolución industrial será la "agudización de la competencia a nivel geoeconómico". Eso es algo que se manifiesta ya en proyectos gigantescos como el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP en inglés), promovido por EE.UU., o la nueva 'Ruta de Seda' impulsada por China, entre otros.
"La cuestión es si estos proyectos podrán coexistir de manera armónica entre sí", se pregunta el experto.
El actual problema de la migración es solo el inicio
Los procesos migratorios se intensificarán debido a viejas y nuevas tensiones, algo que estresará aún más las economías de países desarrollados. El problema es que ahora las consecuencias de los flujos migratorios, en realidad, podrán adquirir el carácter "más negativo posible".