Predicen una nueva ola de demanda de oro insospechada
Una nueva ola de demanda de oro podría provenir de una fuente inesperada: una aclaración anticipada de la ley islámica sharia que permitiría a 1,6 millones de musulmanes del mundo invertir en oro, informa el portal financiero con sede en Singapur, 'Truewealth Publishing'.
El autor del artículo y editor en jefe del portal, Kim Iskyan, explica que la ley sharia, que guía las vidas personales y financieras de muchos de los musulmanes del mundo, tiene su origen en el Corán. A través de los siglos, la sharia se ha desarrollado bajo la dirección de los eruditos islámicos, en parte para tener en cuenta la evolución de los instrumentos financieros.
Ser propietario de inversiones en oro es un tema controvertido
Así, bajo la sharia, pagar o ganar intereses es visto como explotador y está prohibido. Se permite solo la inversión en acciones, siempre y cuando el negocio subyacente no esté implicado en actividades vistas por el islam como poco éticas (por ejemplo, venta de alcohol).
¿Capaz de cambiar el sistema?
"Ser propietario de inversiones en oro es un tema controvertido, con diferentes interpretaciones de la sharia", explica el periodista. Iskyan también señala que para aclarar la cuestión, el Consejo Mundial del Oro (WGC) y la Organización de Contabilidad y Auditoría de las instituciones financieras islámicas (AAOIFI), que establece las normas de la sharia para las finanzas, están elaborando normas para la inversión en oro con el objetivo de cumplir con la ley islámica.
Bajo la ley de la sharia, el oro pueden ser intercambiado solamente en peso y medida, y la transferencia de los bienes debe ocurrir inmediatamente. Eso significa que el artículo no puede ser objeto de comercio o especulación. Hay seis elementos de este tipo, de acuerdo con la sharia: oro, plata, sal, cebada, trigo y las fechas.
Así, a los musulmanes bajo la sharia se les permite poseer oro, por ejemplo, como joyas. Sin embargo, no hay acuerdo en el islam sobre si el oro puede ser comercializado como una mercancía o utilizado solo como una moneda. Como resultado, no existe una política clara sobre la inversión en empresas que están respaldadas por oro, o que mantienen activos en oro. Los contratos de futuros de oro también se evitan porque no implican una transferencia inmediata de los bienes.
Por lo tanto, el estándar de oro sharia propuesto en desarrollo por el WGC y AAOIFI establece que las inversiones en oro deben estar respaldadas por el oro físicamente. Así, el borrador de la ley describe varios usos aprobados para este metal precioso, incluyendo las cuentas de inversión, contratos de derivados, bonos islámicos, y el fondo negociable en el mercado (ETF, por sus siglas en inglés).
¿Sharia, la nueva esperanza del mercado?
Estos cambios pueden hacer que más productos de oro sharia estén disponibles para los inversores musulmanes. Mientras tanto, según afirma Iskyan, cualquier demanda adicional de la población musulmana mundial, derivada de una interpretación definitiva de la sharia, podría tener un gran impacto en la demanda de oro. Según el Consejo Mundial del Oro, el nuevo estándar de oro de la sharia podría dar lugar a "cientos de toneladas" demandas por inversores musulmanes.
Además de un impacto significativo a corto plazo en la demanda de oro, estos cambios podrían dar lugar a un aumento en los niveles de demanda básicos. La demanda de oro en todo el mundo en el primer trimestre del 2016 ascendió a unas 1.290 toneladas, que representa un aumento en unas 180 toneladas, o 16% desde el cuarto trimestre del 2015. De acuerdo con el autor, no es coincidencia que el precio del oro subiera un 17% en el primer trimestre de este año, el mayor aumento trimestral desde 1986.
"Pronto, un segmento considerable de los musulmanes del mundo que históricamente no han sido capaces de adquirir oro como inversión podría entrar en el mercado. Si la ley de oro de la sharia entra en vigor a finales de este año, que parece probable, la manifestación (incremento del valor) del oro actual solo puede ser el comienzo", concluye el experto.