Los desafíos económicos de América Latina
El 'Brexit', la crisis de refugiados, la guerra de Siria, las elecciones de Estados Unidos, la desaceleración del crecimiento chino. Todos esos factores generan incertidumbre en la economía mundial, que se desarrolla de forma desigual y aún sufre las oleadas de la crisis económica de 2008.
En ese contexto, América Latina atraviesa un proceso de transición, tras una década de crecimiento económico al amparo de gobiernos progresistas de izquierda.
10 años de crecimiento
A partir del siglo XXI, América Latina vivió una situación casi excepcional. En líneas generales, se dio una tasa de crecimiento económico sin precedentes. Esto fue posible "en el marco de elevados precios internacionales, que permitieron asegurar las divisas necesarias para que las economías crecieran, y en un mundo de bajas tasas de interés, que generaron una afluencia de capitales mayor de la normal hacia nuestra región", explicó Pablo Wahren, economista de la Universidad de Buenos Aires, en diálogo con RT.
Wahren también hizo hincapié en que "a su vez, el inicio de este periodo estuvo marcado por diversas revueltas, en respuesta a las políticas neoliberales que habían deteriorado fuertemente los indicadores socioeconómicos durante los años 90". De esta forma, se produjo un proceso donde confluyeron tanto condiciones internacionales favorables como "una demanda popular", por la mejora "en la distribución del ingreso".
El economista argentino recordó que, en la última década, se dio "una mejora en las condiciones de vida de la población en la mayoría de los países", pero esto no estuvo acompañado de "un proceso de cambio estructural". Es decir, "la matriz productiva no fue modificada". Desde su perspectiva, esto fue lo que impidió la creación de "empleo de calidad", "de la complejización de la producción" y de que se ofreciera "una solución a los problemas del sector externo, que sigue siendo muy vulnerable a las fluctuaciones de los precios internacionales de los productos de exportación".
Hacia una nueva etapa
En los próximos años, "el contexto internacional apunta a no ser tan favorable aunque tampoco aparentaría ser adverso", aseguró Wahren. Más contundente, el sociólogo Rolando García aseguró que el escenario de la última década "se perdió, no existe más y, por lo tanto, no existe la misma riqueza para distribuir".
De acuerdo con García, Latinoamérica y el Caribe "están en un proceso de recesión o crisis económica, con distintos niveles de profundidad de acuerdo a cada país". El sociólogo apuntó que no se produce un crecimiento económico "desde hace seis años" y que "el promedio latinoamericano es del 1 %". En algunas naciones "es un poco más, pero en otras hay una situación de recesión —como en Argentina— o una crisis económica, como en Brasil".
"El desafío de América Latina" para afrontar esta nueva etapa "sigue siendo el de modificar la matriz productiva", insistió Wahren. García coincidió ya que, "en general, no ha habido gobiernos que avancen sobre los intereses consolidados corporativos y de multinacionales, que hoy comandan el nuevo procesos político". Por eso, "la variable de ajuste termina siendo la población en general: los sectores trabajadores y medios".
Wahren expresó que "resulta fundamental aprovechar los ingresos derivados de nuestras riquezas para inversiones dirigidas hacia sectores estratégicos y fortalecer la integración regional para aumentar la escala de producción". No obstante, "esta no parece ser la agenda adoptada por los nuevos gobiernos latinoamericanos", se lamentó el economista. "En lugar de proponer afianzar la integración entre pares, avanzan en acuerdos de integración con Estados Unidos, donde nos colocamos meramente como proveedores de materias primas o de bienes industriales, que solo son competitivos por tener salarios bajos", cuestionó.
¿Cómo superar la crisis?
Frente a este escenario, surge la pregunta sobre cómo recuperar el crecimiento y desarrollo económico. Para Wahren, es necesario "agregar valor a las materias primas que hoy ya producimos, tanto en los eslabones iniciales de la cadena como los posteriores". Al mismo tiempo, resulta necesario discutir "cómo se distribuyen las rentas" ya que, actualmente, "la peor distribución del ingreso se da en la producción primaria, porque hay muy poco empleo en el sector y los salarios son muy bajos". Entonces, las rentas quedan en manos de "un puñado de empresarios nacionales y multinacionales" y el destino de esa ganancia "se va a fuga de capitales o consumo suntuario, en lugar de reinvertirse en el país en pos de crear empleo y mejorar salarios".
Rolando García piensa que "no hay fórmulas mágicas" para esto. Según el sociólogo, "no se resuelve con una política cambiaria, como más devaluación para generar mejores condiciones de competitividad de los productos primarios, ni tampoco con una política de ajuste fiscal ortodoxo". En todo caso, hay que explorar "por la vía de la presencia de más Estado, inversiones direccionadas por el mismo Estado que busquen conservar el poder de la demanda agregada. Que busquen incentivar el consumo".
"No es solamente crear un derrame inducido, sino un proceso real de redistribución de la riqueza protagonizado por el Estado", añadió. Finalmente, subrayó la necesidad de "incentivar el carácter heterodoxo de estos procesos, no ir con el manual ortodoxo para generar ajuste, recesión y crisis económica, que es la fórmula de Brasil y Argentina". Esta es "la fórmula del Banco Mundial", criticó.
García comentó que el Banco Mundial "plantea que el desafío es ver cómo los gobiernos hacen ajuste fiscal manteniendo el nivel de consumo y el estatus de la clase media". Lo cierto es que "no es posible: o ajustas y creas recesión golpeando el salario o vas hacia nuevas recetas y enfrentas los intereses corporativos, como pasa en Bolivia, por ejemplo", concluyó.
Santiago Mayor