Economía
Expansión de China en América Latina, ¿una nueva conquista a la vista?
El segundo prestamista más grande de China, China Construction Bank Ltd (CCB), tomará el control de un banco brasileño privado que está especializado en el segmento de la pequeña y mediana empresa.
El prestamista chino ha anunciado este jueves que ha acordado adquirir una participación mayoritaria (72%) en el brasileño Banco Industrial e Commercial SA. por un total de 1.620 millones de reales (unos 725 millones de dólares estadounidenses). "La operación marcará, para el CCB, el inicio de sus operaciones directas en Brasil", dice el comunicado oficial. Cabe recordar que China es el mayor socio comercial del país sudamericano: el volumen de exportaciones e importaciones entre los dos países para finales de septiembre de este año llegó a un total de 63.700 millones de dólares.
Pero no se trata solo de Brasil. La política de Pekín es expandir su presencia activa en toda América Latina. La televisión estatal china CCTV (China Central Television) tiene desde 2007 un programa en español. Desde 2011 existe una versión en castellano del diario chino 'People's Daily'. En los últimos 32 años, China abrió 32 institutos culturales Confucio en Latinoamérica. Los líderes políticos chinos son los que más visitas oficiales realizan al continente y cada una finaliza con la firma de numerosos acuerdos que no tardan en llevarse a la práctica. En el 2011, el 23% de toda la inversión extranjera china tenía como destino países como Perú, Ecuador, Venezuela, Brasil y Argentina.
Según la cifra del centro investigador estadounidense GDAE (Global Development and Environment Institute), entre los años 2005 y 2011 los créditos que los bancos chinos concedieron a los países de América Latina y el Caribe llegaron a un monto de 75.215 millones de dólares invertidos en infraestructura de transporte, telecomunicaciones, minería y energía. Los deudores más importantes de Pekín son Venezuela (con 38.500 millones de dólares), Brasil (con 11.731 millones de dólares), Argentina (con unos 10.000 millones de dólares) y Ecuador (con 6.034 millones de dólares).
China no solo está interesada en la materia prima y el combustible que le pueden ofrecer los países latinoamericanos, sino que invierte en todo tipo de sectores de la economía, las altas tecnologías incluidas, acentúa Yevgueni Páshentsev, director del Centro Internacional de Investigación Política. Pekín está extremadamente interesado en la expansión en el continente, en primer lugar, porque las perspectivas de su propio desarrollo económico no son nada claras, le falta una base propia de ciertas materias primas y sufre un atraso en la esfera técnico-científica, explica el analista.
La inversión de China y las crecientes exportaciones latinoamericanas al país (en 2011 el volumen de comercio anual fue 230.000 millones de dólares y se espera que para 2017 ascienda a 400.000 millones de dólares), entre ellas, numerosos productos agrícolas y minerales, inyecta un poderoso impulso al desarrollo económico del continente. Al mismo tiempo, tienen también otra cara: el avance de los productos chinos en el mercado latinoamericano, algo que preocupa mucho a los empresarios locales, quienes aseguran que los productos 'made in China' están expulsando la producción local del mercado. Fabricantes de Perú, Colombia y Brasil exigen medidas proteccionistas para el empleo y las empresas frente a lo que consideran una competencia desleal.
Pero no se trata solo de Brasil. La política de Pekín es expandir su presencia activa en toda América Latina. La televisión estatal china CCTV (China Central Television) tiene desde 2007 un programa en español. Desde 2011 existe una versión en castellano del diario chino 'People's Daily'. En los últimos 32 años, China abrió 32 institutos culturales Confucio en Latinoamérica. Los líderes políticos chinos son los que más visitas oficiales realizan al continente y cada una finaliza con la firma de numerosos acuerdos que no tardan en llevarse a la práctica. En el 2011, el 23% de toda la inversión extranjera china tenía como destino países como Perú, Ecuador, Venezuela, Brasil y Argentina.
Según la cifra del centro investigador estadounidense GDAE (Global Development and Environment Institute), entre los años 2005 y 2011 los créditos que los bancos chinos concedieron a los países de América Latina y el Caribe llegaron a un monto de 75.215 millones de dólares invertidos en infraestructura de transporte, telecomunicaciones, minería y energía. Los deudores más importantes de Pekín son Venezuela (con 38.500 millones de dólares), Brasil (con 11.731 millones de dólares), Argentina (con unos 10.000 millones de dólares) y Ecuador (con 6.034 millones de dólares).
China no solo está interesada en la materia prima y el combustible que le pueden ofrecer los países latinoamericanos, sino que invierte en todo tipo de sectores de la economía, las altas tecnologías incluidas, acentúa Yevgueni Páshentsev, director del Centro Internacional de Investigación Política. Pekín está extremadamente interesado en la expansión en el continente, en primer lugar, porque las perspectivas de su propio desarrollo económico no son nada claras, le falta una base propia de ciertas materias primas y sufre un atraso en la esfera técnico-científica, explica el analista.
La inversión de China y las crecientes exportaciones latinoamericanas al país (en 2011 el volumen de comercio anual fue 230.000 millones de dólares y se espera que para 2017 ascienda a 400.000 millones de dólares), entre ellas, numerosos productos agrícolas y minerales, inyecta un poderoso impulso al desarrollo económico del continente. Al mismo tiempo, tienen también otra cara: el avance de los productos chinos en el mercado latinoamericano, algo que preocupa mucho a los empresarios locales, quienes aseguran que los productos 'made in China' están expulsando la producción local del mercado. Fabricantes de Perú, Colombia y Brasil exigen medidas proteccionistas para el empleo y las empresas frente a lo que consideran una competencia desleal.
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