Economía
"EE.UU. creó el pivote asiático para frustrar el Banco Mundial chino"
El proyecto de la nueva Ruta de la Seda anunciada por China crearía crecimiento económico para países como Afganistán e Irán y generaría billones de dólares para el mundo, opina la analista Ann Lee, que acentúa que EE.UU. se opone a la iniciativa.
Según filtra la agencia de noticias Xinhua, habrá dos Rutas de la Seda: la terrestre y la marítima. La ruta terrestre incluirá ferrocarriles de alta velocidad y autopistas. Empezará en China central y seguirá hacia el norte de Irán para luego dirigirse al oeste y continuar a través de Irak, Siria y Turquía hacia Europa, donde pasará por Bulgaria, Rumanía, la República Checa, Alemania y Países Bajos, y de ahí hacia el sur hasta Italia, donde enlazará con la Ruta de la Seda marítima.
Los barcos que cubran la ruta marítima zarparán del puerto de Cantón, en el sur de China, y antes de dirigirse al estrecho de Malaca, entre la costa occidental de la península malaya y la isla indonesia de Sumatra, pasarán por varias ciudades costeras chinas. Desde la capital malasia, Kuala Lumpur, la ruta continuará hacia la India y Kenia, doblará el Cuerno de África, cruzará el mar Rojo y entrará en el Mediterráneo, hará una parada en Atenas y finalmente las embarcaciones llegarán a su destino final, Venecia (Italia).
Pero el proyecto requiere no solo una nueva infraestructura de transporte, sino también nuevas estructuras financieras que deberán respaldar las masivas inversiones en el proyecto. Según el diario 'The Financial Times', 10 países ya han firmado memorandos de entendimiento para crear el Banco de Inversiones en Infraestructuras Asiáticas (AIIB), la alternativa china al Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Está programando que el AIIB lanzará sus primeras operaciones ya a finales de este año.
"Pekín está algo frustrado con los fondos que el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo conceden para apoyar los proyectos de la nueva infraestructura. (...) China ya intentó reclamar una mayor participación en el derecho a voto dentro del FMI y dejó claro que le gustaría tener un asiento en la junta directiva. Las naciones europeas, básicamente, han accedido a su petición, el único país que se opuso fue EE.UU. (…). Creo que China básicamente vio que si quiere obtener algún resultado tendrá que financiar el proyecto ella misma y atraer a un grupo de socios", comentó a RT la analistaAnn Lee.
Hace 30 años, China era un país atrasado y ahora es la segunda mayor economía del mundo: la nueva Ruta de la Seda le permitirá aumentar sus exportaciones y hacer crecer aún más su influencia comercial y económica a nivel global, destaca Lee. Si Pekín consigue llevar su proyecto a cabo, atraerá préstamos multimillonarios para la infraestructura en desarrollo. Si los países euroasiáticos se unen a las obras se aportarán billones de dólares al crecimiento económico de todo el mundo. El auge afectará no solo a China y Europa, sino también a los países por los que pasa la Ruta, los Estados de Asia Central y Oriente Próximo, Afganistán e Irán, puntualiza la analista.
"Yo diría que el país más grande que se está resistiendo al proyecto es EE.UU. (…). Washington ya ha intentado ponerle trabas a China. Una de las rutas va por el océano hacia Malasia,el sureste asiático y, posiblemente, la India. China querría que su flota protegiera la ruta, pero EE.UU. decidió crear el pivote asiático para frustrar la capacidad de China de controlar estas aguas y defender el desarrollo de esta nueva infraestructura. Es parte de la estrategia de Washington de impedir a Pekín que alcance sus objetivos", denuncia Lee.
Los barcos que cubran la ruta marítima zarparán del puerto de Cantón, en el sur de China, y antes de dirigirse al estrecho de Malaca, entre la costa occidental de la península malaya y la isla indonesia de Sumatra, pasarán por varias ciudades costeras chinas. Desde la capital malasia, Kuala Lumpur, la ruta continuará hacia la India y Kenia, doblará el Cuerno de África, cruzará el mar Rojo y entrará en el Mediterráneo, hará una parada en Atenas y finalmente las embarcaciones llegarán a su destino final, Venecia (Italia).
Pero el proyecto requiere no solo una nueva infraestructura de transporte, sino también nuevas estructuras financieras que deberán respaldar las masivas inversiones en el proyecto. Según el diario 'The Financial Times', 10 países ya han firmado memorandos de entendimiento para crear el Banco de Inversiones en Infraestructuras Asiáticas (AIIB), la alternativa china al Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Está programando que el AIIB lanzará sus primeras operaciones ya a finales de este año.
El país más grande que se está resistiendo al proyecto es EE.UU. Washington ya ha intentado ponerle trabas a China
"Pekín está algo frustrado con los fondos que el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo conceden para apoyar los proyectos de la nueva infraestructura. (...) China ya intentó reclamar una mayor participación en el derecho a voto dentro del FMI y dejó claro que le gustaría tener un asiento en la junta directiva. Las naciones europeas, básicamente, han accedido a su petición, el único país que se opuso fue EE.UU. (…). Creo que China básicamente vio que si quiere obtener algún resultado tendrá que financiar el proyecto ella misma y atraer a un grupo de socios", comentó a RT la analistaAnn Lee.
Hace 30 años, China era un país atrasado y ahora es la segunda mayor economía del mundo: la nueva Ruta de la Seda le permitirá aumentar sus exportaciones y hacer crecer aún más su influencia comercial y económica a nivel global, destaca Lee. Si Pekín consigue llevar su proyecto a cabo, atraerá préstamos multimillonarios para la infraestructura en desarrollo. Si los países euroasiáticos se unen a las obras se aportarán billones de dólares al crecimiento económico de todo el mundo. El auge afectará no solo a China y Europa, sino también a los países por los que pasa la Ruta, los Estados de Asia Central y Oriente Próximo, Afganistán e Irán, puntualiza la analista.
"Yo diría que el país más grande que se está resistiendo al proyecto es EE.UU. (…). Washington ya ha intentado ponerle trabas a China. Una de las rutas va por el océano hacia Malasia,el sureste asiático y, posiblemente, la India. China querría que su flota protegiera la ruta, pero EE.UU. decidió crear el pivote asiático para frustrar la capacidad de China de controlar estas aguas y defender el desarrollo de esta nueva infraestructura. Es parte de la estrategia de Washington de impedir a Pekín que alcance sus objetivos", denuncia Lee.
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