Cuba amplia sus posibilidades petroleras
La exploración y producción de petróleo con medios propios es una realidad a corto plazo para Cuba, que anunció la exploración de cinco pozos en aguas del golfo de México en el Segundo Congreso de Petróleo y Gas en la isla.
El ingeniero Manuel Marrero, asesor y especialista principal de petróleo del Ministerio de Industria Básica (MINBAS), comunicó que el país cifra sus esperanzas en encontrar grandes yacimientos de crudo y gas en este territorio marítimo y así lograr que la isla desarrolle su propia producción petrolera.
"Todos estamos esperanzados, sin falsas esperanzas tontas, de que existen probabilidades de encontrar yacimientos de petróleo y de gas grandes", subrayó.
La nueva exploración se llevará a cabo en aguas profundas del Golfo con la intervención de prestigiosas compañías del gremio entre 2011 y 2013.
Las exploraciones en aguas profundas y ultraprofundas de las cercanías de la isla se implementarán “con todas las garantías de seguridad internacionales”, según Marrero.
Para realizar las operaciones, el país planea emplear una plataforma petrolífera construida en China y Singapur, propiedad de la empresa italiana Saipem y contratada por Repsol-YPF para lanzar las perforaciones en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) que la isla tiene en el golfo de México.
Cuba logró extraer en 2010 petróleo equivalente a unos 21 millones de barriles, similar a la del año anterior, lo que representa el 46% del consumo, y el resto lo importa de Venezuela, unos 100.000 barriles diarios.
Tras estabilizar la producción en tierra y aguas someras, Cuba intenta ahora consolidarse en su zona de 112.000 kilómetros cuadrados en el Golfo divididos en 59 bloques, 22 de ellos contratados por varias compañías petroleras extranjeras como la hispano-argentina Repsol-YPF, la venezolana PDVSA y la vietnamita PetroVietnam.
Los expertos indican que los planes petroleros de Cuba son una oportunidad económica poderosa y representan una prueba explícita de que el bloqueo de EE. UU. contra el país ha fracasado y es hora de levantarlo o al menos mitigarlo para que las compañías petroleras y contratistas de perforación puedan competir por participar en proyectos en la plataforma cubana.