Al rescate de Grecia, ¿por las buenas o por las malas?
El mundo volvió a ponerse en alerta por la inestabilidad política y financiera de Grecia, lo que genera serias especulaciones sobre el empeoramiento de la crisis económica de la eurozona. ¿Habrá alguna salida?
¿Alternativa al estancamiento?
Este lunes en Bruselas los ministros de finanzas de la Unión Europea discutieron sobre cómo fortalecer el euro. Según el vicepresidente de la Comisión Europea, Olli Rehn, la sexta partida de ayuda europea para Grecia, de 8.000 millones de euros, podría ser concedida en noviembre.
Según él, eso sería posible si el nuevo gobierno griego de coalición ofrece garantías de que seguirá el segundo plan de austeridad adoptado por Europa el pasado mes de octubre. En este sentido, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, informó que las autoridades de la zona euro se lo han exigido a Grecia por escrito.
El mismo día el primer ministro Yorgos Papandréu y el líder de la oposición Antonis Samaras, con la mediación del presidente del país, deliberaron sobre las condiciones para la formación del nuevo gabinete. Y aunque los nombres de los posibles integrantes del gobierno aún no han sido revelados, está claro que Papandréu dimitirá como jefe del gabinete. La fecha exacta de las elecciones parlamentarias anticipadas se fijó para el 19 de febrero próximo.
El economista Claudio Loser cree que el camino de Grecia hacia la estabilización por medio de la austeridad será muy complicado, debido a la tensa situación política. En este caso “una coalición de las dos principales partidos políticos va a calmar la situación”, señala el experto.
Posibles sucesores de Papandréu
Mientras tanto, los medios de comunicación griegos mencionan a tres podibles sucesores de Papandréu. El ex vicepresidente del Banco Central Europeo, Lucas Papademos; el actual Defensor del Pueblo Europeo, Nikiforos Diamandouros; y el ex comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas.
El nuevo primer ministro tendrá que demostrar todas sus habilidades diplomáticas para negociar con los acreedores europeos y poder aprobar el Presupuesto Nacional del 2012.
La crisis interna empezó con la sorpresiva convocatoria a un referéndum para decidir si se aceptaban o no las medidas de ahorro a cambio del rescate internacional, que incluso incluía la condonación parcial de la deuda soberana. La idea del plebiscito provocó una gran indignación en la Unión Europea (UE) y pánico en los mercado bursátiles, pero ante la falta de apoyo parlamentario y de su propio partido, Papandréu reculó ante los ministros de la Unión Europea.
Desarrollo económico, ¿por las buenas o por las malas?
Si el nuevo gobierno es capaz de convencer a la UE de su capacidad para salvar y economizar, el país obtendrá un segundo paquete de ayuda internacional y permanecerá en la zona del euro. Pero si Grecia decide separarse y abandonar la moneda nacional, tendrá que empezar de cero, sin el apoyo de la Unión Europea.
Sin embargo, según las encuestas el 60% de los griegos no está dispuesto a sacrificar los beneficios sociales a cambio de la ayuda de la UE. En general, la población no confía en los cambios y tiene razones para hacerlo.
En el umbral de la bancarrota y con un gobierno inestable, Grecia se ha convertido en la economía más débil de toda Europa. Y también es el país más endeudado, algo que ha llevado al gobierno a recortar las numerosas ayudas sociales.
Con un 16% de desempleados, los griegos han visto duplicarse sus impuestos en los últimos dos años, mientras que los salarios han bajado en picada.