Economía
Austeridad a la estadounidense: un caza F-35 más, 1.000 becas menos para los pobres
Debido a la incapacidad de demócratas y republicanos de llegar a un compromiso, en unas horas el presupuesto de EE.UU. para el año fiscal 2013 será recortado automáticamente en 85.000 millones de dólares. Se verán afectados todos los sectores.
Los analistas advierten que los recortes automáticos no llevarán al país a un punto muerto de inmediato, pero si los legisladores no consiguen hacerse con el control del secuestro fiscal, dentro de un tiempo las consecuencias producirán un efecto avalancha. Pronostican que en consecuencia, el sector de la Defensa resultará muy desequilibrado, ya que será muy difícil manejar la 'combinación' de una reducción automática de inversiones y los recortes ya programados desde hace tiempo.
Cabe recordar que el Departamento de Defensa tiene en marcha un plan que prevé recortar unos 178.000 millones de dólares para inicios de 2017. Mientras tanto, el secuestro presupuestario supondrá un presupuesto disminuido en 500.000 millones a lo largo de los próximos 10 años. Al mismo tiempo es muy poco probable que el Pentágono acepte abandonar sus proyectos más costosos, como adquirir de Lockheed Martin los 2.443 supercazas F-35 por un total de, al menos, 383.000 millones de dólares.
Sin embargo, el secuestro presupuestario puede salir muy caro, en primer lugar, a los estadounidenses comunes y corrientes. Según el secretario de Educación de EE.UU., Arne Duncan, un total de 40.000 empleados del sector educativo pueden perder su trabajo, lo que empeorará mucho la calidad de la enseñanza.
Unos 70.000 niños de familias pobres perderán la posibilidad de unirse a programas sociales destinados a habilitarlos para ir a la escuela (la llamada 'Head Start') y otros 30.000 menores se quedarán sin subsidios para el cuidado de niños. Serán canceladas, además, las becas de unos 26,5 millones de estudiantes destinadas a los 20 millones de jóvenes de familias pobres y 6,5 millones de personas de necesidades especiales.
En cuanto al sistema sanitario, unas 500.000 personas con trastornos mentales no podrán recibir el tratamiento gratis que tienen actualmente. Los recortes automáticos significarán, además, 424.000 pruebas para el VIH menos anualmente y 540.000 vacunaciones menos para enfermedades como hepatitis y sarampión.
Las instituciones gubernamentales destinadas a controlar la polución en el aire y el agua perderán financiación. Según avisan los analistas, ni siquiera tendrán los recursos suficientes para acabar con los 1.000 galones de residuos nucleares radioactivos.
Cabe recordar que el Departamento de Defensa tiene en marcha un plan que prevé recortar unos 178.000 millones de dólares para inicios de 2017. Mientras tanto, el secuestro presupuestario supondrá un presupuesto disminuido en 500.000 millones a lo largo de los próximos 10 años. Al mismo tiempo es muy poco probable que el Pentágono acepte abandonar sus proyectos más costosos, como adquirir de Lockheed Martin los 2.443 supercazas F-35 por un total de, al menos, 383.000 millones de dólares.
Sin embargo, el secuestro presupuestario puede salir muy caro, en primer lugar, a los estadounidenses comunes y corrientes. Según el secretario de Educación de EE.UU., Arne Duncan, un total de 40.000 empleados del sector educativo pueden perder su trabajo, lo que empeorará mucho la calidad de la enseñanza.
Unos 70.000 niños de familias pobres perderán la posibilidad de unirse a programas sociales destinados a habilitarlos para ir a la escuela (la llamada 'Head Start') y otros 30.000 menores se quedarán sin subsidios para el cuidado de niños. Serán canceladas, además, las becas de unos 26,5 millones de estudiantes destinadas a los 20 millones de jóvenes de familias pobres y 6,5 millones de personas de necesidades especiales.
En cuanto al sistema sanitario, unas 500.000 personas con trastornos mentales no podrán recibir el tratamiento gratis que tienen actualmente. Los recortes automáticos significarán, además, 424.000 pruebas para el VIH menos anualmente y 540.000 vacunaciones menos para enfermedades como hepatitis y sarampión.
Las instituciones gubernamentales destinadas a controlar la polución en el aire y el agua perderán financiación. Según avisan los analistas, ni siquiera tendrán los recursos suficientes para acabar con los 1.000 galones de residuos nucleares radioactivos.
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