Trump no abandona el plan de construir un muro a lo largo de la frontera con México. A principios de septiembre, dio por concluido el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), colocando a más de 600.000 jóvenes mexicanos bajo la sombra de la deportación. Héctor Vasconcelos, responsable de la Secretaría de Mexicanos en el Exterior y Asuntos Internacionales del partido político Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), considera que si sigue implementado políticas antiinmigrante, Trump perderá toda posibilidad de gobernar durante un segundo mandato.
RT: Uno de los argumentos del libro 'Oye, Trump' escrito por Andrés Manuel López Obrador es que en Estados Unidos hay una fuerte campaña de hostigamiento en contra de la población inmigrante que, entre otras cosas, intenta confundir a la opinión pública. Para el presidente Trump los inmigrantes mexicanos son la causa de varios de los problemas económicos que padece el país. ¿Cuál es su opinión sobre esta postura?
Héctor Vasconcelos (HV): Efectivamente, con el paso del tiempo todos nos hemos ido convenciendo de que la política antiinmigrante de Donald Trump no era una simple estrategia electoral, sino parte de las convicciones que tienen tanto él como un sector importante de la derecha norteamericana, sobre todo de aquella localizada en el Medio Oeste (Dakota del Norte, Dakota del Sur, Illinois, Indiana, Iowa, Kansas, Michigan, Minnesota, Missouri, Nebraska, Ohio y Wisconsin) y las regiones sureñas.
Es un asunto que me trae siempre a la memoria aquellos momentos cuando los países tienen problemas económicos o sociales, y sus líderes le echan la culpa de todo a alguna minoría. El caso más obvio y monstruoso es el de la Alemania nazi, cuando se escogió a los judíos como el blanco favorito de todos los males. En EE.UU. ocurre ahora algo parecido: la derecha norteamericana encontró en la población inmigrante un blanco de culpas para explicar el estancamiento que sobrevino tras la gran crisis económica de 2008.
El 20 de enero de este año estuvimos en las ciudades fronterizas de Acuña y Piedras Negras, donde López Obrador anunció un conjunto de diez medidas como respuesta a las políticas antiinmigrantes lanzadas por el presidente Trump. Una de esas medidas fue el anuncio de una gira por siete ciudades norteamericanas, luego se añadió Washington D.C., y finalmente visitó ocho ciudades.
El libro 'Oye, Trump' es precisamente la recopilación de los discursos que López Obrador pronunció en cada una de estas ciudades. Además, se incluyeron el documento de denuncia en contra de Trump que el político mexicano presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), así como el documento presentado ante el alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU.
Quiero destacar que, a diferencia de otros políticos, López Obrador escribe sus propios discursos. Y es a través de estos discursos como uno puede asomarse a su forma de ver el mundo, son un reflejo de su mentalidad. Uno se da cuenta, por ejemplo, de cómo López Obrador conoce bien la tradición política de Estados Unidos.
En cada uno de sus discursos, el leader de la izquierda mexicana hace referencia a las características particulares de cada una de las ciudades que visitó, bien sea Nueva York, San Francisco, Phoenix, etc. López Obrador habla de acontecimientos de gran relevancia así como de las principales preocupaciones de la gente. De esta manera, se revela que no es únicamente un erudito de la historia de México, sino también de la de Estados Unidos.
López Obrador es un gran lector, conoce EE.UU. a profundidad independientemente de que nunca haya vivido allí. En los discursos incluso hay evidencias de que conoce la literatura norteamericana: en alguna parte cita a Robert Frost, quien, digamos, no es un hombre que todo hispanohablante conozca y que, no obstante, sí es muy popular en EE.UU.
RT: Una de las propuestas clave de López Obrador es la de convertir a los consulados en procuradurías de la defensa de los derechos de inmigrantes. Durante las visitas que ustedes han realizado a EE.UU. en los meses recientes ¿Qué tanto está avanzando la implementación de un programa de apoyo a favor de los inmigrantes mexicanos?
HV: La idea de convertir a los consulados en verdaderas procuradurías es fundamental dentro del proyecto de política exterior trazado por López Obrador. Yo mismo he sido cónsul en Boston (EE.UU.) y me he dado cuenta de la enorme desigualdad que existe cuando los consulados ofrecen sus servicios: mucho depende de la persona responsable del consulado.
En términos generales, estos consulados no tienen el personal ni los recursos suficientes para atender a la población mexicana que vive en EE.UU. Por eso la idea de López Obrador es aumentar el presupuesto y el personal y, sobre todo, aclararles a quienes trabajan en estos consulados que su principal tarea es la atención a los mexicanos que viven en EE.UU. Cuando tengamos 50 consulados funcionando de forma óptima como procuradurías de defensa de los derechos de los inmigrantes, habrá una diferencia notable en las condiciones de vida de estas comunidades.
RT: Ante las políticas antiinmigrante de Trump, López Obrador presentó varios recursos de denuncia ante organismos encargados de la defensa de los derechos humanos durante los primeros meses de este año. Sin embargo, en caso de que Trump continúe su campaña de persecución, ¿en MORENA han considerado llevar las denuncias a instancias más altas?
HV: Desde luego, hay que recordar que estas denuncias que presentó López Obrador fueron las primeras que se hicieron, precisamente en febrero y marzo de este año. A mí me parece que era esencial que el Gobierno mexicano presentara este tipo de denuncias desde el primer día en que los derechos de nuestros connacionales en EE.UU. se vieron seriamente amenazados, sin embargo, Peña Nieto se mantuvo inerte.
Los de López Obrador fueron los primeros reclamos que se lanzaron desde México. Ahora bien, según se vayan desarrollando las circunstancias es que iremos analizando los pasos a seguir. Por otro lado, hay que tomar en cuenta que estamos a unos cuantos meses de que haya un cambio de Gobierno en México. Lo que nosotros esperamos es que, como resultado de la elección presidencial que se llevará a cabo el próximo 1º de julio de 2018, tengamos finalmente un Gobierno que asuma de manera intensa y plena la defensa de los derechos de nuestros connacionales.
RT: A principios de septiembre, justamente cuando estaba por terminar la segunda ronda de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el presidente Trump anunció que iba a concluir el programa DACA, con lo cual, cientos de miles de jóvenes mexicanos están en riesgo de ser deportados. ¿Qué impacto tendrá esta medida sobre México?
HV: Es una problemática que hay que analizar a partir de dos ángulos. Por un lado, creo que tenemos que hacer un fuerte cabildeo ante el Congreso norteamericano pues en estos seis meses ellos tienen la posibilidad de materializar reformas legislativas que resuelvan los problemas de raíz. Mientras tanto, se han estado aplicando medidas parciales y temporales, que no resuelven la cuestión de fondo.
Por otro lado, tenemos que estar preparados en México para recibir a estos estudiantes, cuya situación es terrible. Ellos desde luego no tienen la culpa de haber sido llevados a EE.UU. en la infancia. Muchos de ellos tienen una buena preparación, se educaron en EE.UU., incluso algunos hablan mejor inglés que español, y desean por razones económicas seguir su vida allá.
Pienso que ellos deberían tener el derecho de continuar su vida en un país en el que pagan impuestos, algunos incluso han servido en las Fuerzas Armadas. De modo que ojalá que después de estos seis meses que están en curso, se les presenten varias opciones: bien sea que se queden en EE.UU. de manera legal, bien sea que regresen a México y les ofrezcamos trabajo.
El gran problema es que el actual Gobierno ni siquiera ha podido garantizar empleo a los jóvenes residentes en México. Imaginemos entonces lo que pasará cuando regresen entre 600.000 y 650.000 jóvenes considerados 'dreamers'. El impacto sobre el mercado laboral mexicano será mayúsculo. De cualquier manera, tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ofrecerles oportunidades. Es inconcebible que se les cierren las puertas allá y también aquí.
Los 'dreamers' son jóvenes que están acostumbrados a un determinado nivel de ingresos. Evidentemente, ellos van a considerar que los salarios pagados en México son demasiado bajos. Pensemos, por ejemplo, en un muchacho que estudió en EE.UU. y que gana un salario entre cinco y ocho veces superior a los ingresos que puede percibir aquí. Es un problema enorme el que tenemos enfrente.
RT: Además de haber anunciado el fin del programa DACA, Trump sigue insistiendo en la construcción de un muro fronterizo. Tomando en cuenta estas acciones, ¿podríamos concluir que el Gobierno de Estados Unidos busca la implosión de la economía mexicana?
HV: Siempre he pensado que a EE.UU. no le conviene un México sumergido en el caos económico, ya que es una situación que les termina afectando también a ellos. Lo que sí es cierto es que los efectos, no necesariamente perseguidos, de las actuales políticas del Gobierno norteamericano, sí nos pueden colocar en una situación muy crítica. Desde el punto de vista político, no falta mucho para que haya elecciones intermedias en EE.UU. y presidenciales en México. Nos espera un año y medio lleno de gran inestabilidad y grandes incógnitas.
No sabemos en qué va acabar la renegociación del TLCAN. Siempre he sostenido que el actual Gobierno mexicano no tiene la legitimidad para llevar estas negociaciones. Fundamentalmente porque ha quedado claro, después de cinco años de Gobierno, que Peña Nieto no es apto para defender los intereses nacionales. Es un Gobierno que ni siquiera llegó al poder legítimamente, sino comprando la elección presidencial.
Recordemos un dicho muy popular en 2012: "Quien compra la presidencia, no dudará en vender al país". La aprobación de la reforma energética es un claro ejemplo. Ante el descrédito del actual Gobierno y la históricamente baja popularidad del presidente de la República, me parece que EE.UU. tendría que esperar a que haya un Gobierno elegido democráticamente y con bastante credibilidad para representar los intereses de México en un entorno extremadamente difícil.
RT: Hay quien piensa que justo por la enorme debilidad del actual Gobierno mexicano es que el presidente Trump ha tenido el camino despejado para ir cumpliendo sus promesas de campaña…
HV: Por supuesto, visto desde la perspectiva de Estados Unidos. Ellos pueden estar en estos momentos muy contentos de tener en México a un Gobierno débil y muy proclive a llegar a acuerdos en los que los intereses de Washington se colocan siempre por encima de los nuestros.
Sin embargo, el asunto no es tan sencillo dado el propio calendario político norteamericano. Recordemos que ellos tendrán elecciones legislativas en noviembre de 2018, por eso tampoco es muy fácil adoptar determinadas medidas. Los legisladores tendrán que someterse a la valoración de los ciudadanos de sus respectivos Estados. Por esa razón es que no es tan fácil para ellos llevar a cabo demasiadas acciones en el Congreso durante estos meses; lo estamos viendo con temas estrictamente norteamericanos, como la reforma del sistema de salud, la reforma tributaria, etc.
RT: López Obrador considera que la campaña de propaganda en contra de los indocumentados encabezada por Trump está destinada al fracaso. Bajo esta misma perspectiva, parece altamente improbable que Trump gobierne EE.UU. por un segundo mandato. ¿Comparte usted esta valoración?
HV: Sí, la verdad es que en EE.UU. estas políticas conservadoras y de aislamiento siempre han fracasado, por lo menos vistas desde una perspectiva de largo plazo. Estas posturas siempre han sido contrarrestadas y derrotadas por las tendencias liberales de apertura hacia el mundo (incluso intervencionistas). Históricamente, siempre se han colocado a la cabeza quienes consideran que el papel de Estados Unidos debe estar muy volcado hacia el exterior.
Creo que EE.UU. está viviendo actualmente una etapa convulsa pero que no va a durar más allá de los cuatro años. Lo más probable es que haya un cambio de rumbo. Y una vez concluida esta etapa, las relaciones entre EE.UU. y México volverán a retomar su equilibro natural. De cualquier manera, lo que es seguro es que la relación bilateral con nuestro vecino del Norte será uno de los grandes temas a discusión durante la campaña electoral del 2018.