Ucrania, Venezuela, Siria: ¿ahora Yemen?
Mientras se produce esta columna, la intervención occidental-monárquica en Yemen deja cientos de muertos los cuales parecen ser inferiores en su calidad humana a otros, puesto que los medios han dado escasa trascendencia a esta acción de injerencia, incentivando las miradas hacia la creación de una telenovela en un accidente aéreo tan trágico como es la muerte de 150 personas en los Alpes.
En este mismo momento también, a la interminable lista de agresiones y tragedias causadas por las potencias occidentales en el mundo, ahora se confirma la predicción realizada sobre Yemén como otro foco de conflicto resultado de levantamiento popular-no primavera rosada- por parte de un pueblo que aspira a su soberanía.
El conflicto no se ha desatado simplemente por diferencias religiosas sino porque este levantamiento implica la búsqueda de tres principios: uno, mantener la causa árabe que ha sido fraccionada por las monarquías autoritarias; dos, establecer un gobierno que conduzca realmente al país hacia su desarrollo sostenible; tres, la consolidación de una soberanía que les permita independizarse de las potencias occidentales colonialistas. Esto llevaría a un fortalecimiento de las naciones autónomas e independientes y al mundo panárabe.
La agresión en hechos
Como se conoce, en la madrugadadel jueves una coalición contra el movimiento popular yemení Ansarolá, encabezada por Arabia Saudí y con apoyo “logístico” de EE.UU., inicia una invasión a Yemen a través de un primer paso que es el bombardeo y asesinato de civiles y niños preferentemente.
En este intento,Arabia Saudita ha manifestado públicamente que movilizará 100 aviones de caza y 150.000 soldados para participar en la ofensiva militar contra los “rebeldes hutíes”, considerándolos una amenaza a la seguridad de esta nación.
La Coalición está conformada porArabia Saudí, Kuwait, Baréin, Catar, Emiratos Árabes Unidos (EUA), Egipto, Jordania, Turquía, Argelia y Sudán, con el fin supuesto de apoyar al prófugo expresidente, Abdu Rabu Mansur Hadi quien se encuentra ya en Arabia Saudita; mientras que países como Marruecos también se han mostrado interesados en participar en los ataques, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía ha saludado la ofensiva considerándola una medida militar que solo tiene como objetivo las posiciones de Ansarolá. Aviones de guerra del régimen de Israel se han unido a la ofensiva, acorde con fuentes de inteligencia occidentales.
Se sabe que el presidente fugitivo es un aliado de EE.UU. en la región, que huyó de Saná para refugiarse en su residencia de Adén, desde donde emitió un comunicado retirando la dimisión presentada en enero e insistiendo en su polémica decisión, apoyada por países árabes del Golfo Pérsico, de convertir el país en un Estado federal de seis regiones e invitando a una invasión a su país contra el movimiento popular yemení Ansarolá, para que le sea restituido el poder.
En este sentido, los portavoces de Arabia Saudita han proclamado que el objetivo de la coalición es "proteger y defender el Gobierno legítimo y a su pueblo". Lo que no se ha manifestado públicamente es que existe un temor, "la influencia chií", ya que la frontera entre los dos países está poco protegida y los “rebeldes” pueden acceder a los yacimientos petroleros sauditas.
Por su parte, el movimiento popular Ansarolá, unidad de varios sectores políticos congregados en una concertación de unidad nacional para dirigir los destinos del país y llamar a elecciones en dos años a más tardar, ha asegurado que el pueblo yemení responderá con firmeza a la agresión extranjera contra su territorio. Fuentes locales han informado del despliegue de fuerzas yemeníes en la provincia de Saada, para impedir una eventual agresión terrestre del vecino norteño.
Similar al Estado Islámico, la Coalición ha manifestando que “Ansarolá y todos sus patrocinadores extranjeros tienen que abandonar toda medida que perjudique la seguridad y la paz en Yemen”, ratificando su legalidad al bombardear territorio y civiles.
En realidad lo que ha ocurrido es que otra vez hay una violación del derecho internacional. No hay ninguna resolución del Consejo de Seguridad de que avale dicha acción y, por el contrario, se ha llamado a resolver de forma pacífica el conflicto como lo ha hecho claramente Irán, Rusia y China, ya que hasta el momento la muerte aumenta sus cifras.
Asimismo, las coincidencias no se han hecho esperar pues al confirmarse que Arabia Saudí había consultado con Estados Unidos el ataque( aunque Washington “no participa” en la operación militar), la organización de atacantes ha tenido lugar un día después de que el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, viajara a Arabia Saudí para abordar, entre otros, la situación de Yemen, que se considera un frente clave en la denominada guerra de EE.UU. contra Al-Qaeda, de modo similar a Ucrania, Libia, Afganistán y todas las otras ocupaciones militares.
Para analistas serios, las verdaderas razones de la ocupación, según Elena Supónina, es " proteger sus exportaciones y prevenir el refuerzo de Irán en la región". Los intentos de dominar las facciones independentistas por Riad cambia cuando los hutíes extendieron su control hacia el estrecho de Mandeb, importante arteria para las exportaciones de los países del Golfo Pérsico hacia Europa y EEUU. Según la experta, se ha iniciado la operación militar con urgencia, "sin esperar a la cumbre de la Liga Árabe" y para coger a los hutíes "por sorpresa".
Los ataques en manada
La realidad es que el ataque al movimiento Ansarolá no se realiza por una nación contra otra, en igualdad de condiciones, sino con la táctica propia de las jaurías que, ante un enemigo difícil de vencer, se unen en superioridad de número y condiciones para atacar a su presa. Los casos siguientes lo confirman.
Ya se sabe que el régimen estadunidense prestaba asistencia económica y militar a las fuerzas nazis del país desde tres años antes del derrocamiento del presidente legítimo, Víctor Yanukovich, y la última entrega hecha pública ya pese a lo reservado de esta cooperación confirma lo anunciado, pese a que es de pertrechos militares, vehículos y logística “no letal”, es decir, herramientas para hacer la paz eliminando al contrario.
Lo que ocurrirá es que, aún con los Acuerdos de Minsk vigentes, trabajados con tanta dedicación por Rusia, se verán sobrepasados por la iniciativa militar para eliminar a los ucranianos del sureste. Sólo si las potencias occidentales lo desean con transparencia ello no ocurrirá, especialmente si Alemania actúa con dignidad sin someterse a potencias foráneas a Europa.
La tendencia occidental es incentivar el conflicto lo que puede conducir a una nueva sorpresa: que las Repúblicas de Donetsk y Lugansk logren controlar más territorio y establecer a una Novorrusia diferente, segura y en paz, pese a la agresividad constante del extremismo mercenario.
Venezuela
El absurdo decreto del presidente Barak Hussein Obama declarándola una amenaza ha dado un vuelco extraordinario: más de cuatro millones de twits exigiéndole derogar dicho dictamen, el G77 más China, el MNOAL (Movimiento de Países no alineados), Celac, Unasur y organizaciones mundiales, han demostrado que la injerencia no será tolerada en la medida que los pueblos puedan comprender lo que significa esta declaración de guerra y, a su vez, posean un pueblo decidido a defender su soberanía.
Es dable precisar que esta legislación, que sólo compete a Estados Unidos y no tiene efectos por fuera de esta nación, es el último de los intentos de desestabilizar la nación latinoamericana pues todos los años del gobierno de Hugo Chávez Frías hubo un hecho que demuestra el intento de interferir en dicha nación: los 30 fallecidos del 2013 y 43 de 2014 son las recientes manifestaciones de este atentado persistente.
Por tanto, lo que ocurrirá es que la tendencia será a ejercer un rechazo al régimen estadounidense, la demostración de su lógica bélica y que el mundo no acepta la amenaza como diplomacia del miedo. Pese a ello, aunque no con la fuerza anterior debido a su pérdida de credibilidad y poder, persistirá en los intentos desestabilizadores.
Siria
El caso de Siria es a todas luces también preocupante pues la reciente declaración del ministro británico de Defensa, Michael Fallon, confirmando que el Ejército británico trasladará a un grupo compuesto por 75 militares a Turquía para entrenar a los integrantes de la “oposición moderada” al presidente Bashar Al Assad, ya que éstos supuestamente luchan contra el grupo takfirí Daesh, que opera en el territorio árabe.
En un acto similar, hace dos días, la página Web egipcia "Al-Youm7" reveló que el Gobierno de Turquía tiene planeado crear un segundo campo militar para equipar y entrenar militarmente a los terroristas que operan en Siria contra el Gobierno del presidente sirio. Países como Arabia Saudí y Catar se han ofrecido a albergar en sus respectivos territorios los campos de entrenamiento de unos 15 mil miembros del autodenominado Ejército Libre Sirio (ELS).
Los regímenes occidentales saben, aunque lo ocultan en un acto de doble moral, que un número muy importante de estos "rebeldes moderados" se unen a grupos extremistas como Estado Islámico posteriormente a ser entrenados por las potencias.
Por tanto, lo que ocurrirá es que, ahora que esta nación junto con Irak están ganando la guerra al extremismo apoyado por la Coalición, el ISIS seguirá vigente aunque desplazándose a Libia, Nigeria, Yémen Afganistan, u otro territorio, siendo empleados junto al ESL como ejército ocupante de Siria.
Bashar al-Assad tendrá que continuar estableciendo una sólida red de relaciones con Occidente, especialmente al declarar Bélgica la importancia que asume el presidente en la resolución del conflicto, generando las más amplias confianzas y solidaridad con Irak y Siria, y apoyando su fortaleza en la unidad del mundo soberano donde China y Rusia pueden ser definitivos para avanzar en la paz.
Consideraciones finales
Una de las primeras conclusiones es que, pese al número de víctimas indefensas producto del ataque combinado de Arabia Saudí con Israel contra Yemen, lo que se ha logrado es unir al pueblo en un todo sólido el cual no claudicará y, se prevé, que los países soberanos tendrán que intervenir apoyando las reivindicaciones de este pueblo.
La única forma de que Ucrania recobre la paz es expulsar a las potencias occidentales para que dejen a los propios nacionales resolver entre ellos sus diferencias. La militarización del país con apoyo foráneo traerá nuevamente la guerra entre mercenarios y nacionales unidos para destrozar a ucranianos del este. Apostar por el conflicto parece ser la obsesiva tendencia ante el diálogo planteado por Rusia.
El conflicto interior yemení tiene el potencial de transformarse en un enfrentamiento militar a gran escala entre las monarquías autoritarias suníes del golfo Pérsico y los chiíes de la región con el apoyo de Irán por el otro, Lo que representa es un colapso total de la política exterior de EE.UU. en Yemen aunque provoca el efecto deseado: la división y el caos “controlado” para reinar. La invasión armada terrestre sería la prueba de una masacre anunciada.
En cuanto a Venezuela, la intervención es a todo nivel aunque sea un exabrupto pues España intenta enseñar a Venezuela democracia, a través del secretario de Estado de Cooperación Internacional de España, Jesús Gracia, quien defendió el “intento de mediación” del expresidente de España, Felipe González. Cuando en ese país se desahucian cientos de miles de españoles, dar lecciones de justicia es risible a un gobierno que ha entregado más de medio millón de soluciones habitacionales en su período de gobernanza.
Estamos en la Tercera Fase de la angustia imperial la cual se caracteriza por una voracidad extrema producto del hambre de explotación, que poco a poco se ha ido restando a este monstruo bélico. Las opciones que van quedando para los países soberanos son cada vez más escasas en aras de propiciar la paz puesto que los regímenes de Estados Unidos, Inglaterra, junto a Alemania y las monarquías árabes, se han unido para propiciar la escalada bélica nuclear.
Finalmente, se ha ratificado el triste papel que cumple Ban Ki-moon como Secretario de la ONU, con declaraciones gaseosas, sin contenido o simplemente de rechazo a la soberanía, lo que demuestra el papel de esta organización, sobrepasada por las potencias que han realizado ocupaciones militares dejando de lado absolutamente sus recomendaciones.
Lo que queda por esperar es que la razonabilidad impere sobre los intereses egoístas y macabros de élites cuyo único fin es la obtención de dominio y riqueza. Afortunadamente América Latina y numerosos países en varios continentes comienzan a hacerse parte del mundo verdaderamente libre, ajeno a la guerra y proclive a la justicia mundial. Las grandes avenidas, pese al peligro nuclear, se están engrosando paulatinamente.
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