OTAN: ¿Una nueva estrategia fallida?
Quien crea que la guerra trae frutos no conoce de siembras productivas. Humanología.
La historia entregada al planeta por una élite clasista según la cual la OTAN nació en 1949 para proteger al 'mundo libre' del comunismo escondía una verdad que hoy se comprende y debe ser extendida masivamente: la Organización del Tratado del Atlántico Norte fue creada no solo para 'protegerse' de la Unión Soviética, sino para prevenir y 'curar' todo asomo de democracia real que pudiese afectar al capitalismo. No sin razón, los golpes de Estado en América Latina fueron dados por militares entrenados en la tristemente célebre Escuela de las Américas, donde la filosofía fue propiciar la muerte del marxismo leninismo o los ideales populares y revivir el neoliberalismo como futuro de la humanidad.
De ese paradigma verdadero se puede comprender la acción político-militar de la OTAN.
Actualmente la organización ha dado pasos cada vez más en falso exponiendo su afán de expansión al 'invitar' a Montenegro a formar parte de ella, junto con Bosnia y Herzegovina, Georgia y Macedonia. Paralelamente EE.UU. ha aumentado su presencia militar en Asia, e incluso en Yemen, instalando armas que apunten a Moscú debido a la 'inmensa amenaza al planeta' que significa Corea del Norte. Aun más, se ha atrevido a cuestionar la presencia de Irán en su territorio, presentando un proyecto de ley en el Congreso para considerar a la nación persa el foco de tensión en el golfo Pérsico y no su propia escuadra naval muy alejada de las fronteras del continente americano.
La historia muestra una alianza en una trágica acción permanente en contra de las naciones que aspiran a ser soberanas. Fundada con el objetivo de realizar operaciones que violan todas las leyes internacionales y callando sus agresiones, se ha preferido cuestionar a China y Rusia preferentemente, e incluyendo sanciones a Irán, sin cambiar sus procedimientos unilaterales. No obstante, la violación de tratados ha sido su norte pues en 1990 se estableció que la OTAN no se extendería al este, lo que se incumple vinculando a los países de Europa central y oriental para hacerlos parte de bases militares que separen a Rusia de Europa occidental. Es preciso recordar solamente la intervención en Yugoslavia con más de 6000 muertos y su énfasis en dividir dicho país, o en Afganistán, Macedonia y Libia, siempre en condiciones de absoluta superioridad militar.
La idea militarista es instalar el sistema europeo de defensa antimisiles (European Phased Adaptative Approach, EPAA), utilizando a Polonia como base, lo cual ha sido aprobado por Barack Obama, quien ha insistido en fortalecer su presencia militar en Europa con un presupuesto de cerca de mil millones de dólares para tal propósito y, a su vez, exhortando a los miembros de la Alianza a incrementar los recursos destinados al desarrollo militar, además de informar sus proyectos de colaborar en esa área con países como Ucrania, Georgia y Moldavia. Es preciso anotar que EE.UU. habría enviado a Polonia 12 F-16 y 200 soldados de refuerzo tras la crisis ucraniana y el total de sus fuerzas en Europa ascendería a unos 70.000 miembros. Ello vulnera el acta fundacional OTAN-Rusia de 1997, al mantener un alto contingente de tropas en el este de Europa.
De modo peligroso para el mundo es la doctrina Smart Defense ('defensa inteligente'), nuevo concepto operativo que implicará la cesión parcial de la soberanía de los países miembros a la coordinación de defensa con la OTAN así como el incremento de las partidas de gasto, estimulada por el ministro británico de Exteriores, Philip Hammond, afirmando que Londres podría acoger misiles nucleares estadounidenses en suelo británico debido a las tensiones con Rusia.
Ante este proyecto de injerencia y coacción a países soberanos, Rusia ha planteado que la expansión de la OTAN no tiene parangón alguno ni sustento sólido pues, en la medida que denuncia intentos de agresión no comprobados, se fortalece militarmente con base en la supuesta amenaza rusa. Si la OTAN ha manifestado ser superior a cualquier país en su armamento: ¿para qué debe incrementar sus gastos y dotación militar?
Moscú ha rechazado los programas conjuntos con Montenegro, incluida la cooperación técnico-militar, si este entra en la OTAN, pues altera la seguridad colectiva en Europa, obligándose a establecer medidas para fortalecer su capacidad defensiva y preparación para el combate ya que el control de los Balcanes siempre ha sido preferente si se quiere mantener una presión sobre Rusia. En dicha dirección, ve injustificado y peligroso que EE.UU. se aproveche de las actividades nucleares de Corea del Norte para explicar el aumento de su presencia militar en Asia, instalando sistemas antimisiles o armas que apunten a Rusia. Al exigir de modo coherente garantías vinculantes de que las armas antimisiles norteamericanas en Asia Oriental, al igual que ocurre con el segmento europeo de la defensa antimisiles de EE.UU., no serán dirigidas contra Rusia, estas no han sido otorgadas causando graves sospechas frente a dicha decisión.
Afortunadamente para la paz mundial, Rusia posee un componente humano superior en espíritu patriótico a la Organización y superior también en tecnología e inteligencia. Parece que, por dar un ejemplo, el nuevo caza de quinta generación Sukhoi T50, el sistema de misiles antiaéreo S-400 (tecnología avanzada de interceptación de aeronaves), el misil balístico intercontinental de 100 Tm, preocupa enormemente a las potencias occidentales que nunca se han enfrentado a un enemigo de igual a igual pues no poseen dicha experiencia significativa: siempre ha sido contra ejércitos inferiores.
Ante dicha situación, China y Rusia, en oposición al planeado sistema antimisiles estadounidense THAAD en Corea del Sur, realizarán por primera vez maniobras balísticas asistidas por ordenador, señalando que las maniobras no se dirigen a un tercer país y destacaron que su objetivo es probar su capacidad ante un hipotético ataque con misiles convencionales o de crucero. No obstante, han expresado repetidamente que consideran el sistema antimisiles estadounidense una amenaza a su seguridad.
Consideraciones
Es preciso comprender que el mundo asiste hoy día a una escalada guerrerista sin precedentes anteriores por parte de la OTAN. Todo el proyecto armado está dirigido hacia dos frentes: uno, expandirse en todo el planeta bajo su amenaza de muerte-destrucción y protegiendo los intereses de la corporatocracia; dos, cercar a toda nación que se salga del círculo de hierro de su dominio. Aunque aún se desconoce en el mundo occidental la doctrina OTAN, gracias al ocultamiento de la verdad por el monopolio informativo continental, esta se compone de tres principios básicos desde su inicio: defensa de las grandes empresas transnacionales, mercado de armas en sus diferentes modalidades, amenaza de intervención con su componente violento o ligado a la desestabilización jurídico-social.
Cuando se calla y otorga el beneplácito a las fuerzas estadounidenses para que lancen bombas clúster al pueblo yemení, prohibidas por el derecho internacional y en una clara acción cobarde pues no existe la proporcionalidad para enfrentarse a huestes agresoras, es un deber señalar que existen ejércitos que solo son enviados a combatir cuando tienen superioridad numérica, táctica, letal, comunicacional, tal como ocurrió en Afganistán, Libia, Irak, en América Latina, pero nunca en igualdad de condiciones demostrando que uno de sus principios es actuar siempre que el opositor no tenga fuerza para oponerse.
La última estrategia para amedrentar a Vladímir Putin se ha basado en el envío de cazabombarderos estadounidenses F-22 Raptor y un conjunto de misiles a Rumania con el fin de disponer de un sistema de ataque y defensa cerca del mar Negro, junto a una flota que surca ya dicho mar y que podría usar en caso de una posible confrontación militar, incrementando las fuerzas de la OTAN en los países vecinos de Rusia, lo que no ha obtenido ningún éxito ya que su único logro es escalar la vía militar y atemorizar al mundo básicamente. Ante dicha 'estrategia' el profesor estadounidense de la Universidad de Princeton y Nueva York Steven Cohen asegura que la aproximación de la OTAN a las fronteras rusas recuerda la invasión de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
El origen del conflicto que ha creado la alianza se debe a su concepción domesticadora de pueblos según la cual todo aquel que se oponga a sus designios debe ser castigado, no importa el método o la falsedad empleada. Para esta es preocupante que Rusia establezca relaciones comerciales con América Latina, pero que ella intervenga en Irak y Siria eliminando civiles en inmensa cantidad parece una lógica siquiátricamente inestable. Una de sus tácticas actuales es la creación y (o) contratación de grupos terroristas que permitan no poner en juego vidas de sus propios ciudadanos: es preferible un objeto humano de países de quinto orden que personas de las naciones-potencias.
La política del Reino Unido en tanto aceptar en su territorio misiles nucleares no solo atenta contra su propio pueblo, que es ignorante de estas apreciaciones, sino que pone en riesgo a toda Europa, la que sería en primer lugar afectada.
En este sentido, los grupos alternativos pensantes deben dar criterios adecuados de interpretación a los hechos que suceden pues, en caso contrario, se cae en la trampa de la razón instrumental, directa, sin explicación alguna del acto, sin análisis de las causales y consecuencias. Lo delicado es que la prensa alternativa también reproduzca esta idea basada en la manipulación de la conciencia dando a entender una política agresiva como defensiva cuando en su sustrato es colonialista.
La conclusión más importante en términos actuales es que la OTAN, como emisario de la corporatocracia y soportada en Gobiernos occidentales guerreristas, se encontraría preparándose para una confrontación en mayor escala que la que ocurre en Ucrania, Latinoamérica o Asia. Es decir, organizando de modo solapado, encubierto, con discursos sobre la paz, un evento de alta magnitud. Esto debe ser sopesado reflexivamente.
Por tanto, compete a la humanidad reprobar toda política centrada en aumentar las tensiones en el planeta a través de crudos mecanismos, oponiendo el alma libertaria, los medios, el poder disuasivo y, por sobre todo, una cosmovisión que proteja al ser humano de su inminente destrucción posible.
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