ONU: ¿legalizar los golpes de estado?

Definitivamente la capacidad de razonamiento lógico está siendo superada por las presiones irracionales, las cuales con la amenaza como recurso logran conseguir o aprobar resoluciones que van en contravía de la verdadera democracia, que es lo que supuestamente se desea defender.

La reciente votación en las Naciones Unidas, a partir de la solicitud del autogobierno impuesto en Ucrania, por la cual se niega la autonomía de Crimea, sienta un precedente bastante preocupante pues quien invita a aplicar  las sanciones es producto de un golpe de estado donde el asesinato, la prohibición de una lengua, la coacción, la entrega del país a la Unión Europea,  entre otras medidas, indica que la coherencia con los principios planteados por dicha organización no es acorde con lo decidido.
 
El análisis de la votación es diferente a como se ha insistido en los Medios de guerra informativa al plantear que Rusia está aislada. Las cifras demuestran que el porcentaje de apoyo a la negativa de reconocimiento, logrado en una parte importante con presión indebida, es escaso para situaciones anteriores donde la aplanadora se hacía efectiva. Ahora las abstenciones son una cuidadosa forma de tratar de manejar con solvencia sus realidades internas y externas pues el argumento tiene sentido: como votar ante la propuesta de un estado ilegal. Aceptarla o negarla significa dar legalidad a una acción armada.

Las conclusiones de esta votación son : uno, independiente de ésta, Crimea tiene definido su estatus y así continuará; dos, Ucrania tendrá que resolver su problemática interna de ilegalidad junto a la justa demanda de las regiones por autonomía, donde el federalismo se convierte en una oportunidad; tres, el mundo ha cambiado y los números que se expresan en el escrutinio  indican amplitud soberana pues ya no es como anteriormente donde un sector sellaba el destino de los pueblos; cuatro, las reivindicaciones de Escocia, Cataluña, y otras regiones continuarán su vía y lograrán su cometido pese a sus gobiernos; quinto, la ONU perderá su poder sancionador y se fortalecerán nuevas instituciones con mayor impacto comercial y legitimidad política.
 
La reflexión marca al mundo: aceptar una votación a partir de un gobierno autoproclamado por la fuerza es acatar una norma que se pensaba que definitivamente sería negada y que hoy está en marcha en varios países a través de la desestabilización. Parece confirmar que quien gana por las urnas puede ser destituido por la “presión de la calle”, financiada desde el exterior con inmensos recursos, la que tiene el poder para definir lo que desee. De la situación de estabilidad relativa en Libia, Irak, Siria, se pasó a la destrucción de la vida social enarbolando el  estandarte de la libertad: la muerte y desplazamiento de millones de seres es la constatación. Creer en la campaña mediática del “terror soviético” es simplemente un mecanismo para argumentar falsamente acciones que legalicen lo bélico. El mundo no está para viejos cuentos.
 
Más bien, si la ONU tiene la intención de aportar en el conflicto que vive Ucrania, las primeras medidas tendrían que haber sido condenar toda forma de violencia que atente a la democracia-como golpes de estado-, fijar normas de comportamiento civilizado ante la población-agresión a los prorusos en el país-, impedir la transgresión cultural al eliminar lenguas habladas por los ciudadanos, fijando la “línea roja” que no se puede pasar y entre las cuales se debe tomar en cuenta que una elección para presidente dirigida por una dirección golpista es antidemocrática en su esencia, además de defender la libertad de expresión escuchando las voces de regiones que están atemorizadas por el gobierno del Maidán. Ingresar fuerzas privadas mercenarias o nazistas como ejército paralelo es imposible de aceptar.
 
Ahora se tendrá que ver la ideología que sustentará la ONU ante la situación actual y futura de Ucrania: ¿aceptará elecciones sin un control transparente y con presión a los rusoparlantes?, ¿propiciará la unidad con federalismo?, ¿ratificará la necesidad imperiosa de una nueva constitución?
 
Lo evidente es que el carácter usurpador de las riquezas de esta Nación por parte de la Unión Europea se ve con claridad al establecer ya compromisos con el FMI, donde se instauran planes austeritarios contra el pueblo y la privatización de lo nacional. El mundo al revés según la doctrina del Excepcionalismo.
 
¡El libreto no puede estar más claro!