Las armas nucleares en Oriente Medio: una proliferación tolerada

Dr. Lajos Szaszdi analista político

Existen cinco potencias nucleares oficiales: EE. UU., Rusia, China, Francia y Reino Unido, a las que se añaden Israel, India, Pakistán y Corea del Norte, que no son oficialmente potencias nucleares ni son tampoco miembros del Tratado de No-Proliferación de Armas Nucleares. Sin duda el principal motivo por el cual Israel adquirió secretamente la bomba atómica fue para garantizar la supervivencia del Estado judío a través de una disuasión nuclear estratégica tras el Holocausto, en el que seis millones de judíos fueron exterminados durante la Segunda Guerra Mundial en Europa. Sin embargo, la actual fuerza nuclear de Israel va más allá del objetivo meramente disuasorio y por su alcance y poderío constituye un elemento de fricción para Oriente Medio y la seguridad internacional. 

Israel tiene al menos unas 200 armas nucleares y probablemente hasta 400, si no más. Su arsenal puede estar compuesto, además de por bombas nucleares de fisión, por bombas de hidrógeno o de fusión (termonucleares) y de neutrones. Su fuerza nuclear de disuasión se basa en unos 90-100 misiles balísticos de alcance intermedio Jericó-2, con un alcance máximo de entre 3.500 y 4.000 kilómetros, armados con cabezas nucleares. Estos misiles estarán siendo sustituidos por el nuevo misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés) Jericó-3, que entró en servicio alrededor de 2009-2010. El Jericó-3 tendría un alcance máximo de unos 6.500 kilómetros, según Jane’s (una editorial especializada en temas armamentísticos), pero de acuerdo con un estudio del Servicio de Investigación del Congreso de EE.UU. apoyado por fuentes periodísticas, el misil Jericó-3 tiene un alcance máximo de 11.500 kilómetros. Como punto de referencia, el alcance máximo del misil balístico intercontinental lanzado por el submarino Trident II D-5 de EE. UU. tiene un alcance máximo de 12.000 kilómetros. Comparativamente, la distancia entre la ciudad israelí de Tel Aviv y Nueva York, Washington DC o Tokio es de 9.000 kilómetros.

El Jericó-3 es un misil balístico en lanzador móvil de carretera pero que también puede ser instalado en un lanzador móvil de ferrocarril. Puede desplazar una ojiva nuclear pesada de 750 kilogramos a una distancia de más de 10.000 kilómetros o llevar otros tres vehículos de reentrada múltiple e independiente (MIRV, por sus siglas en inglés), posiblemente junto con señuelos. Reemplazando a los misiles Jericó-2, Israel podría desplegar unos 100 Jericó-3 que podrían estar equipados en total con hasta unas 300 ojivas nucleares si cada misil lleva tres MIRV. También se ha descrito al misil Jericó-3 como de muy difícil intercepción debido a su gran velocidad. Debe de tenerse en cuenta que en los años 80 del siglo pasado Israel adquirió de los EE. UU. ilegalmente 810 'kritrones' (krytron, en inglés): sistemas electrónicos de alta velocidad usados en detonadores de armas nucleares. De estos, Israel devolvió 469 pero se quedó con los 341 restantes.   

Israel tiene de 25 a 50 bombas nucleares para aviones al parecer basadas en el tipo Mk 84 estadounidense, cuya potencia se puede graduar entre 10 kilotones y 50 kilotones (la bomba atómica que destruyó Nagasaki en 1945 tenía una potencia de unos 23 kilotones), aunque se piensa que hay bombas de 100 kilotones disponibles. Modernizadas con el sistema de precisión y de planeo SPICE 2000, estas bombas nucleares pueden tener una precisión de entre uno y cinco metros y un alcance de 60 kilómetros, pudiendo alcanzar un blanco a más de 100 kilómetros de distancia por medio de conexión de datos (datalink). Estas bombas serían lanzadas por los modernos cazas F-15I y F-16I, habiendo unos 25 y 102 respectivamente en el inventario de las Fuerzas Aéreas israelíes.

Según ciertos informes, Israel dispondría de un misil crucero supersónico secreto que estaría armado con una ojiva nuclear para ataque contra blancos terrestres, dotado de un motor Ramjet y alas desplegables y con un alcance de 1.500 kilómetros volando a gran altura, pudiendo ser lanzado desde submarinos y aviones de combate. El misil crucero ha sido diseñado para ser lanzado desde los cuatro tubos lanzatorpedos de 650 milímetros de diámetro que tienen cada uno de los submarinos de propulsión diesel-eléctrica e independiente del aire de la clase Dolphin fabricados en Alemania y pertenecientes a la Armada israelí. Esto indicaría que el misil israelí tiene un diámetro similar y también posiblemente características externas similares al misil de crucero ruso Yakhont y al misil crucero experimental estadounidense RATTLRS, los cuales tienen una velocidad de crucero de alrededor de Mach 3, lo que indicaría la velocidad del misil israelí. La armada israelí tiene tres submarinos en servicio y en el futuro tendrá seis, lo que le permitirá desplegar 24 misiles crucero dotados de armas nucleares, dándole a Israel una fuerza nuclear de disuasión creíble que podría sobrevivir a un ataque contra sus misiles balísticos. A esto se podrían añadir unos 50 misiles crucero armados con ojivas nucleares lanzados desde cazas de combate, pudiendo haber también lanzadores terrestres móviles de misiles.       

A modo de comparación, ante las 400 armas nucleares israelíes que se estima que existen, Reino Unido tiene unas 200, Francia posee 300, India y Pakistán tienen cada uno 60 y Corea del Norte menos de 10. Dicho esto, se debe considerar que las armas nucleares israelíes son un elemento desestabilizador en Oriente Medio, porque su existencia puede impulsar a otros países de la región a adquirirlas para disuadir a Israel de que les ataque. Además, la fuerza de misiles balísticos y crucero israelíes puede también provocar una carrera de armamentos entre países de Oriente Medio. Así es probable que el ímpetu detrás del programa de misiles balísticos iraní sea en buena parte una reacción a la fuerza de misiles balísticos de Israel. Irán no tiene armas nucleares y afirma que su programa nuclear es pacífico.

De acuerdo a las agencias de inteligencia de EE. UU., en el 2003 Irán detuvo su programa de armas nucleares –probablemente por la invasión de Irak– afirmando que actualmente no hay evidencia sólida de que los iraníes estén intentando desarrollarlas. Cabe añadir que desde mediados de los años 80, las armas nucleares israelíes apuntaban a la Unión Soviética y es probable que lo sigan haciendo contra la Federación de Rusia, en vista de sus relaciones estratégicas con Irán y Siria.  

Lo que llama la atención y debe de causar preocupación en Washington es el por qué el misil balístico Jericó-3 tendría el alcance para impactar a Nueva York y Washington DC, siendo EE. UU. el mejor aliado que Israel tiene. También existe el riesgo que de colapsar un día el Estado de Israel –nadie se esperó el colapso soviético tampoco- sus armas nucleares caigan en las manos equivocadas. Por la seguridad regional e internacional, conviene hacer de Oriente Medio una zona libre de armas nucleares y eliminar sus misiles de largo alcance, siguiendo las propuestas hechas dentro del contexto del Tratado de No-Proliferación de Armas Nucleares, comprometiendo a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU a garantizar la seguridad y existencia de todos los países de la región.