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Tres caminos para el equilibrio, tres razones para creer

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Tres caminos para el equilibrio, tres razones para creer

La historia de la civilización ofrece numerosas etapas en donde se han gestado diversos escenarios globales. Siendo que en el pasado han existido imperios de gran predominancia a nivel intercontinental, hoy damos por hecho que esto es parte del pasado y de la bibliografía universal. A medida que la población mundial fue evolucionando, se fueron generando distintas conformaciones entre los estados, hasta llegar a la confección actual del mapa global.

La dinámica de los acontecimientos en un mundo globalizado, demanda atención en forma permanente hacia el intento por descifrar el rumbo político que toma el denominado 'nuevo orden global'. Podemos considerar que esto no debe tratarse de una confección determinada desde un poder central, sino que debe ser producto del consenso y la voluntad entre las naciones, a través de una necesaria reactualización de instituciones que se reajusten más al modelo geográfico de este siglo; instituciones que den el marco para el ejercicio absoluto del diálogo y la diplomacia, para la convivencia y resolución de conflictos.

El último comienzo, el principio de un cambio

Tomando como punto de partida los atentados del 11 de Septiembre del 2001, en donde los Estados Unidos tomaron un absoluto liderazgo en determinar la seguridad global, un acto acompañado también desde la confianza provista por parte de la comunidad internacional, se sucedieron muchas decepciones que erosionaron esa confianza dada a la superpotencia indiscutida del planeta. A la vez, emergieron líderes que pasaron a ser auténticos referentes -con más credibilidad-, con capacidad de establecer mayor equilibrio a una tendencia de fuerte perfil unipolar. Abriendo un camino de cambios de escenario y con la expectativa de un nuevo orden, con niveles nunca antes alcanzados en la historia a favor de una mayor preponderancia multipolar.

Tres problemáticas, tres parámetros

Mediante este ensayo de identificar tres asuntos de la agenda internacional donde pueden detectarse que emergen señales claras de la existencia de un nuevo escenario, con un componente mayor de multilateralismo.

Veamos:

1. La crisis financiera. Llevó a que las potencias convocaran a otras naciones a una mesa de diálogo para la discusión de la crisis bajo el formato del 'G-20'. Donde logran sentarse países en desarrollo, grandes potencias e instituciones. Sin bien 'Pittsburgh' (Localidad de Canadá donde sesiona el 'G-20') es un formalismo que carece de toda normativa que determine como vinculantes los compromisos que puedan asumirse, y no existe aún un esquema organizativo como asociación formal, es sumamente positivo que los denominados 'emergentes' del BRIC —Rusia, India, Brasil y China— participen junto a Argentina, Arabia Saudí y otros.

Es un gran paso. Más cantidad de estados están de esta manera representados para deliberar por una problemática global puntual como es el sistema financiero y, seguramente, se abre una puerta para que el 'G-20' aborde otras problemáticas de su futura agenda.

2. El cambio climático como parámetro. En la cumbre de Copenhague quedó a la vista, de manera muy contundente, la necesidad del camino político para concretar avances de fondo para la problemática del calentamiento global. Aquí sin duda ha existido una percepción generalizada en toda la comunidad internacional, acompañada por los medios de comunicación, sobre la hoja de ruta que lleve a buen puerto los desafíos. Todas las iniciativas para la protección ambiental en el planeta atañen a todas las naciones del mundo; todos los países deben participar, decidir y cumplir.

En este ámbito, la preponderancia multilateral para encarar la problemática de la salud ambiental del planeta tiene a favor una numerosa cantidad de ciudadanos ya comprometidos —algunos en posiciones más activas—, inclusive en los propios gobiernos que cargan con las mayores responsabilidades en la emisión de dióxido de carbono.

3. La seguridad y la defensa. Es el eje central que determina la geopolítica global. Es donde se incide o se presiona, se militarizan zonas estratégicas y se compite en la carrera armamentística y bélica, se libran guerras y se discute por la paz.

Los desafíos futuros en la agenda internacional tienen entre sus prioridades las cuestiones como la sustentabilidad, la garantía del abastecimiento de energía, los recursos y los alimentos, el desarrollo social, todo confeccionado desde la postura de defensa. En paralelo con la lucha contra el terrorismo y otros males que atentan contra la población y la seguridad global, algo que no debe ser nunca atributo para un manejo unilateral. En el campo de la seguridad es donde parece ser que existe mayor lejanía de un equilibrio democrático en las decisiones. Los valores elementales expuestos en los compromisos multilaterales de los países, por ejemplo en la Carta de las Naciones Unidas, se contraponen con antecedentes recientes que imponen la fuerza por sobre la ley. Y la comunidad internacional no debe permitirse un retroceso hacia la 'ley del más fuerte', sino establecer reglas a las que todos deben adherir, velar y cumplir. 

Una luz que trae equilibrio

Es innegable que un aire con más fuerza multipolar va abarcando varios frentes, instituciones, bloques, alianzas e integración. Mientras se gane terreno en los espacios de decisiones y en las representatividades a favor de países en desarrollo, se gana a favor de una democracia global.

Las instituciones brindan mas expectativas y los ciudadanos se acercan desde la fuerza de las ONG, en igual línea ideológica para que más intereses puedan tener voz.

Los líderes, ocupados en dirimir la crisis financiera, nos deben el debate real sobre el nuevo orden global de absoluto perfil multipolar, ya que la definición actual de la geopolítica en el mundo es un proyecto de todos, para todos.

Existen razones visibles para creer en que el mundo va firme hacia su multipolaridad, porque el multilateralismo ya no es una tendencia, es un hecho.

El presente llama a seguir los acontecimientos que determinen la dirección de la agenda política internacional con un contundente límite a los emprendimientos unilaterales, y con mayor equilibrio en cuanto a la representatividad. Aspirar a que más países tomen mayor injerencia en las problemáticas que afectan a todos los habitantes del mundo, es sinónimo de más intereses representados a nivel global.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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