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El Partido que le falta al Mundial

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El Partido que le falta al Mundial

Se termina el mes de Mayo y entramos en la cuenta regresiva. En pocos días comienza la “Copa del Mundo” Sudáfrica 2010.

Ya se palpita esta gran convocatoria deportiva en gran parte del planeta. En todos los países, compitan o no, se calienta la temperatura.

“Las 24 horas tu cabeza va a estar en el Mundial, nosotros también” reza el lema comercial de un afiche en las calles de Buenos Aires, la publicidad de un canal televisivo es la imagen de un hombre mirando TV con la cabeza transformada en una pelota de futbol.

Las grandes compañías, los medios de comunicación, los espacios gastronómicos, todos contribuyen promocionando y así ponen lo suyo para generarnos un colorido ambiente.

Se trata de un acontecimiento único, por las pasiones que despierta en miles y miles de ciudadanos en todo el planeta, en muchos casos hasta  las actividades laborales se interrumpen para dar atención completa a este acontecimiento deportivo.

Casi un mes, lo que dura el campeonato mundial, el debate estará  bastante centrado y muchas otras cuestiones pasarán a segundo plano. Los comentarios en un taxi, en la cola del banco, en un café, abundarán respecto al Mundial siendo que muchos medios de comunicación asignarán como todos los años, bastante espacio en los noticieros y  existirán programas especiales, transmisiones en vivo, etc.

Los latinoamericanos que compiten en este deporte y son profundamente apasionados miramos este espectáculo con sumo interés y con gran expectativa, ya que las aspiraciones de que el título máximo quede en manos de un país de la región siempre son muy probables.

 

Del pasado al Mundial actual

Siempre es muy provechoso tomar hechos del pasado para visualizar antecedentes que puedan proveernos de elementos de comprensión en el presente. Entonces vale el juego imaginario, que a modo de ensayo es un paralelo entre el contexto actual frente a otras etapas de la civilización. 

Pensemos en algún personaje de la historia universal. Busquemos entre aquellos tan famosos que nos dejaron enseñanzas o que marcaron con sus hechos, palabras o visiones, aspectos de la vida humana. Si la personalidad que recordamos regresara al presente y fuera imaginariamente testigo de la conducta social a nivel global en torno a este Mundial, sería sin duda una gran sorpresa para él. La sorpresa sería tanto para un ilustre como para cualquier mortal del pasado que tome un contacto con la realidad del siglo XXI, el mundial es de impacto global.

Si bien la Olimpíada y otros actos públicos eran muy movilizadores, por ejemplo en Roma varios siglos atrás, suponemos que el hombre hoy ha evolucionado.

Esta cita comparativa puede ser un ensayo para ilustrar una línea entre el pasado de la humanidad y el presente, para que podamos tomar una reflexión y preguntarnos: ¿cuando tanta cantidad de pasiones siguen voluntariamente este encuentro cumbre del deporte,  podrían las mismas ser atraídas por un juego (imaginario o no) donde todas las naciones del mundo actúen en concordancia para el establecimiento de la paz, o por el fin de la pobreza y la exclusión, o por el tan necesario cuidado ambiental?

Un match virtual, pero que el mundo necesita, en el cual se pongan en juego definiciones de fondo que hacen falta para encaminar hacia buen rumbo todos los flagelos que afectan a la población en todo el planeta. Para el mundial, muchos se prestan: gobiernos, empresas, ciudadanos. Es visible la capacidad de “hacer algo así” y también de “creer”.

Hay marcos institucionales donde se practica un deporte: el del buen discurso. Por ejemplo, buenas intenciones y palabras esperanzadoras no faltan en cada Asamblea General de las Naciones Unidas, pero falta un “partido central” en el que todos se comprometan a jugar con el reglamento en la mesa. Un partido para que todos alienten y se pongan  una misma camiseta, la del bienestar de toda la población.

 

Un espectáculo “Mundial”

El Campeonato Mundial de fútbol 2010 será una gran fiesta cultural, deportiva y social que convoca a todas las generaciones y a todas las comunidades, sin distinción de clases.

Pero a este Mundial le va a faltar un partido que muchos soñamos, un gran partido.

El 11 de julio, la Copa del Mundo 2010 tiene un dueño y allí veremos todas las conclusiones y estadísticas. Miles de pelotas y camisetas vendidas, dinerales de apuestas, cotización de jugadores en alza, cientos de televisores de plasmas en manos de consumidores y cantidad incalculable de tele-espectadores que no harán otra cosa que ver el Mundial.

Entonces si gran parte de la comunidad internacional es capaz de generar una movilización de alta envergadura, seguro que existe la capacidad de emprender acciones con tanto interés por otras causas. ¿Será cuestión de conciencia? ¿De liderazgos? ¿De tiempos?

Bien vale la pena revisar que cuando se convoca a un “apagón mundial”, por ejemplo, tras una  sensibilización sobre el cuidado ambiental, es probado que estas iniciativas solo captan la adhesión de un 15% en promedio de la población.

Cada uno alentará su equipo, a su país y quien no esté representado seguro tomará simpatías. Quien no se sienta atraído por el Campeonato Mundial igual estará inmerso en un torbellino de imágenes de goles y gráficos con resultados que inundarán la TV.

Bien vale disfrutar el mundial, bien vale vivirlo con pasión. Es un gran espectáculo que se repite cada cuatro años. Pero bien vale la pena  imaginar que también algún día tanta movilización sea para otros fines, objetivos similares hallaremos fácilmente y si no, imaginemos qué sensación causaría en nuestros ancestros esta “Copa del Mundo Sudáfrica 2010”.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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