'La última lección': Clase magistral de un ingeniero con cáncer terminal
¿Qué haría usted si después de estar soñando y alcanzando sus metas, tener una esposa maravillosa, 3 hijos adorables y una casa enorme recién comprada le dicen que le quedan seis meses de vida?
No, este post no va de Walter White (el protagonista de la aclamada serie 'Breaking Bad'), sino de la historia de otra persona que se enfrentó a la misma situación, pero actuó de una forma totalmente diferente.
Me refiero al Dr. Randolph (Randy para casi todos) Frederick Pausch, un profesor de ingeniería informática -enfocada en la realidad virtual- y de diseño en la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh, Pensilvania, Estados Unidos.
Randy Pausch fue alguien excepcional, el típico amigo que todo el mundo quiere tener: alegre, brillante, entusiasta y muy divertido. La persona que quisiéramos tener cerca en un mal momento, cuando nos enfrentamos a esos muros de la vida.
¿Qué hizo de excepcional este ingeniero?
Randy Pausch pasó a la historia por sus lecciones -en concreto por 'La última lección'-, era profesor universitario, cuando en agosto del 2006 se le diagnosticó un cáncer de páncreas. Comenzó un tratamiento muy agresivo: cirugía mayor y quimioterapia experimental. Pese a su optimismo las malas noticias no tardaron en llegar, exactamente un año después le dijeron que el cáncer había metastasiado al hígado y al bazo, y que ya era terminal.
El joven ingeniero no se rindió y comenzó una quimioterapia paliativa, intentando prolongar su calidad de vida todo lo que fuera posible. A comienzos de mayo del 2008, un scanner mostró que su cáncer se había extendido a los pulmones.
En junio pensó en dejar la quimioterapia por los posibles efectos secundarios y el 25 de julio de 2008 falleció.
Legado
Randy Pausch escribió varios libros, consiguiendo fama mundial por su trabajo 'The Last Lecture' ('La última lección', publicado en 2008 por la editorial Grijalbo en español, ISBN 9788425342509). Este libro se basa en el discurso que dio el 18 de septiembre de 2007 en la Universidad Carnegie Mellon titulado: 'Alcanzar realmente tus sueños de la infancia'. Se trata de una de las llamadas 'últimas conferencias', en las que el ponente expone su testamento intelectual. Para Pausch se trataba, literalmente, de su última conferencia, puesto que los médicos habían confirmado que su cáncer era incurable y le daban poco tiempo de vida.
El discurso
La charla formaba parte de un ciclo de conferencias en el que se pedía a varios profesores universitarios profundizar en el auténtico sentido de sus vidas para dar una hipotética "última conferencia" respondiendo a la pregunta: ¿Qué sabiduría impartirías al mundo si supieras que es tu última oportunidad?
Su conferencia ante 400 personas, que duró cerca de hora y media, fue tan edificante y obtuvo tan buenos comentarios que fue invitado al programa de 'The Oprah Winfrey Show' donde ofreció su última lección, aunque en esta ocasión por ser en la televisión nacional la condensó en 10 minutos.
Ese 22 de octubre de 2007 el público del plató (y 25 millones de telespectadores) enmudeció cuando conoció las circunstancias en la que iba a recibir la magistral lección. Randy Pausch no se dedicó, como era de esperar, a compadecerse de sí mismo, y con el mismo entusiasmo con el que abordaba sus clases universitarias aprovechó la oportunidad para dejar constancia de su legado no solo a los millones de personas que lo vieron, sino a sus tres hijos pequeños (Dylan, Logan y Chloe), "para que puedan verlo cuando sean mayores".
"Este es el extracto de una conferencia que di en la universidad en septiembre (18 de septiembre de 2007), se trata de una tradición académica que se llama 'la última conferencia', qué patético, cuando sabes que te vas a morir y tienes que dar una última conferencia. ¿Qué les dirías a tus estudiantes? Pues para mí, hay un elefante en la habitación, y el elefante es que tengo cáncer en el páncreas, que ha regresado después de la quimioterapia, cirugía y radiación, y que los doctores me han dicho que no hay nada más que hacer y que me quedan solamente unos meses de vida", así comenzó Randy su discurso ante millones de telespectadores.
"Estos son resultados de mis escaneos (mostrándolos a la audiencia a través de un proyector) que dicen que mi cáncer pancreático se ha ido al hígado con aproximadamente una docena de tumores. Esto no me gusta, tengo tres hijos pequeños, que quede claro: ¡Esto apesta!, pero no puedo hacer nada sobre el hecho de que voy a morir. Estoy siguiendo los procedimientos médicos pero sé muy bien que esta película está por terminar. Y no puedo controlar las cartas (naipes) solo juego las manos (las partidas). Siento desilusionarlos pero no escogí ser objeto de lástima. Y de hecho aunque voy a morir pronto estoy físicamente fuerte, quizá más fuerte que la mayoría de los que están en este plató (mientras dice esto se tira al suelo y comienza a hace flexiones con ambos brazos, después haciéndolo dando palmadas y luego sosteniéndose con uno solo)".
Una vez el público presente en el estudio y la audiencia fueron puestos al día sobre quién era y a lo que se enfrentaba este ingeniero, es que comienza la verdadera lección.
"Esta charla no es sobre la muerte, es sobre la vida y cómo vivirla, específicamente sobre los sueños de tu niñez y cómo conseguirlos.
Los sueños de mi niñez, los sueños de tu niñez. Puedo decir que tuve una niñez increíble y feliz. Regresé a ver los álbumes de fotos y no encontré ninguna en la que no estuviera sonriendo. Tuve una gran niñez, me veía soñando, siempre soñando; fue un tiempo fácil para soñar.
Cuando prendías tu televisión y veías al hombre alunizando ¡cualquier cosa era posible!, y no debemos perder ese espíritu".
Randy explica cuáles eran los sueños de su niñez, no muy diferentes a los de cualquier niño: jugar al fútbol (americano en su caso). Algo que no logró, pero sacó una enseñanza de su intento. "Si no consigues tus sueños puedes todavía conseguir mucho tratando de hacerlo. Hay una expresión que amo que dice: 'Experiencia es lo que obtienes, cuando no obtienes lo que quieres'".
Como muchos de los niños de EE.UU. tuvo la fortuna de ir con la familia a la edad de 8 años a Disneylandia en California.
"Fue una experiencia increíble los paseos, las atracciones, los shows y todo lo demás. Me dije: 'quiero hacer esas cosas cuando sea mayor'. Me gradué de la universidad y traté de llegar a ser parte de la gente que hace la magia. Lo que obtuve fue una amable carta de rechazo. Guardo esas cartas de rechazo todavía. Me sirven de inspiración.
Dejé que las cosas pasaran y trabajé duro y me convertí en un ingeniero junior de investigación visual en mi facultad. Ese soy yo (señalando una foto suya). Desarrollé las habilidades que eran valiosas para Disney y tuve la oportunidad de trabajar ahí y formé parte del equipo de imaginaria. Trabajé en el paseo en la alfombra mágica de la película 'Aladino'. Y qué creen: ¡Me tomó quince años lograrlo!, y muchos, muchos intentos. Aprendí que cuando un muro aparece en nuestro camino, está por una razón, no es para detenernos, sino para mostrarnos cuánto queremos lograr".
Lo más valioso es la familia
"¿Quieres conseguir tus sueños?, te recomiendo unos buenos padres. Yo tuve unos grandes padres. Esta es mi madre en su aniversario 70, yo estoy atrás y estoy riéndome. Este es mi padre en su aniversario 80 (muestra fotos de sus padres proyectadas en el plató). Vivía con un sentimiento de alegría y admiración que nunca hay que perder. Mi papá ¡qué hombre tan increíble! Estuvo en la Segunda Guerra Mundial, formó parte de esa gran generación. Tristemente murió hace un año y cuando mi madre fue a ver sus cosas fue cuando descubrió que en la Segunda Guerra Mundial había obtenido una medalla de bronce por su valor. ¡En cincuenta años de matrimonio nunca se la mostró! Es un gran mensaje de humildad que pude aprender de mi padre. Mi mamá… Las madres son personas que te aman aunque les tires del pelo. Esta es la clase de relación que tuve con mi madre (muestra una foto con ella). Y hablando de humildad, estaba siempre ahí manteniendo todo en forma. Cuando me iba a graduar de la escuela tuve exámenes verdaderamente duros. Me la pasaba en casa quejándome de lo difícil que eran las pruebas de doctorado. Mi madre me dijo: 'Sé cómo te sientes, recuerdo cuando tu padre tenía tu edad, estaba luchando contra los alemanes en la Segunda Guerra Mundial'.
Llegó el día que obtuve mi doctorado, estaba tan orgulloso y mi madre me presentaba a todos diciendo: 'Este es mi hijo, es doctor, pero no de la clase que cura a la gente'.
Probablemente una de las cosas maravillosas que hicieron mis padres fue que me dejaron pintar mi cuarto. Dije un día quiero pintar cosas en las paredes y dijeron O.K. Pinté una nave espacial, vivíamos en un rancho y puse un elevador que no iba a ningún lado. Pueden ver lo ‘nerd’ que era, puse una ecuación cuadrática. Pero lo grande es que me dejaron hacerlo. Que dejaron que expresara mi creatividad. Eso es más importante que lo limpio que pueden estar unas paredes. Fui bendecido con unos padres que lo vieron de esa manera. Mis padres me enseñaron la importancia de la gente sobre las cosas".
Lección de vida
"Si quieres conseguir tus sueños es mejor que juegues honestamente con los demás. Un consejo que es difícil de seguir: decir la verdad. Segunda cosa: cuando la fastidies (la embarres o metas la pata) discúlpate. Una buena disculpa tiene tres partes: Lo siento, fue mi culpa, cómo hago para corregirlo. La gente se salta esta tercera parte, pero es lo que se puede llamar sinceridad.
La última cosa es, que si hay personas que no nos caen bien o hacen cosas que no nos gustan, he encontrado que nadie es pura maldad. Si esperas lo suficiente te mostrarán su lado bueno. No puedes apresurarlo, pero puedes ser paciente.
Sé agradecido. Cuando llevaba diez años como miembro de la facultad había 15 muchachos en mi laboratorio de investigación y los llevé una semana a Disneylandia con mi dinero, y mis compañeros me dijeron que eso iba a costar mucho. ¿Cómo lo vas a hacer? Respondí: 'Estos muchachos han trabajado día y noche. Por años y por ellos he conseguido el mejor trabajo de mi vida. Entonces, ¿por qué no hacerlo?'.
La gratitud es una cosa muy sencilla y poderosa. Y por último no creo que quejarse y cuestionar todo, resuelva realmente los problemas. Él es J. Robinson (muestra su foto), el primer jugador negro de las Grandes Ligas. En su contrato aparecía que no podía quejarse si la gente le escupía. No me importa si te cae bien Robinson o una persona como yo, que tiene un par de meses para vivir. Puedes escoger que el tiempo que te quede esté lleno de energía y esfuerzo o gastarlo quejándote o por otro emplearlo jugando el juego duro. Posiblemente te ayude más si escoges este".
Conclusión
"Les dije que esto es parte de la conferencia que di en la universidad y es importante saber por qué di esta conferencia. La conferencia no iba de cómo conseguir tus sueños de niñez. Es más que eso, es de cómo vivir tu vida, porque si vives tu vida de la manera correcta, los resultados se harán cargo de ellos mismos, y los sueños vendrán a ti. Porque si la vives adecuadamente los sueños te llegarán. Será grandioso si algunas personas se benefician con esta charla. Pero en realidad ni siquiera la di para las 400 personas que vinieron a la universidad (ni para los que están en el plató ni la millonaria audiencia del programa de Oprah). Quise dar esta conferencia para tres personas, para que cuando sean grandes la puedan ver (muestra la foto de sus hijos pequeños)".
Versión completa
Para quien lo desee les dejo el video del discurso original, el que ofreció el 18 de septiembre de 2007 en la Universidad Carnegie Mellon. Randy fue el primer invitado del ciclo y decidió compartir la sabiduría que quería legar al mundo. Se suponía que era, a sus 46 años, su última lección, aunque como ya expliqué antes tuvo la oportunidad de dar la última en el programa de Oprah. El discurso que verán a continuación, en el que usó 140 diapositivas con fotos de su familia, sus héroes, sus trabajos y creaciones, así como imágenes escaneadas de sus tumores sirven de hilo conductor. Muchos comparan el discurso de 'La última lección' con el último de Martín Luther King y con varios de John F. Kennedy.
El video consta en 9 partes (la versión en inglés es una sola de casi hora y media) y está subtitulado en español, incluidas las gráficas, que lo disfruten.
Como colofón: los 10 minutos en el programa de 'The Oprah Winfrey Show' fueron tan impactantes, que le sirvieron, de hecho, para ser reconocido por la revista 'Time' como una de las 100 personas más influyentes del mundo en 2008.
Su libro fue todo un ‘bestseller’, es considerado la ‘biblia de la autoayuda’ y está traducido en varios idiomas.
Henry A. Pinto Periodista y asesor político
Twitter: @hapinto2
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