El pasado domingo, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador dio positivo por covid-19, en medio de una gira de trabajo por el norte del país. Boris Johnson (Reino Unido), Donald Trump (EE.UU.), Jair Bolsonaro (Brasil) y Emmanuel Macron (Francia) son algunos de los presidentes que también han padecido la enfermedad y que la han sorteado con éxito.
López Obrador se aisló de manera inmediata y según los reportes médicos presenta solo síntomas leves hasta el momento. De inmediato hubo que delegar y reorganizar el trabajo agendado para los siguientes días. Para las conferencias mañaneras que lleva a cabo cotidianamente, el presidente decidió dejar al frente a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, mientras que la mayoría de las reuniones las atenderá vía remota, especialmente las de los gabinetes de Seguridad y Salud que tiene diariamente.
Una de las reuniones de trabajo que ya tenía programada y que no se pospuso, dada la importancia del tema, fue una conversación a distancia que se tenía prevista con el presidente de Rusia, Vladímir Putin. En esta conferencia estuvieron presentes, por parte de México, tanto el canciller Marcelo Ebrard como el Subsecretario de Salud y vocero en todo lo concerniente al tema Covid-19, Dr. Hugo López-Gatell.
La llamada es una de las consecuencias del viaje que realizó el Dr. Hugo López-Gatell hace un par de semanas a Argentina, donde se entrevistó con el presidente Alberto Fernández y con funcionarios de salud de Rusia, para tratar temas relacionados con el covid-19 y la vacuna Sputnik V, que ya se aplica en el país suramericano. Al día de hoy, México cuenta ya con pre-contratos por casi 200 millones de dosis de los distintos grupos farmacéuticos para garantizar el acceso universal y gratuito a la totalidad de la población este mismo año. Se han comprado a las farmacéuticas de la siguiente manera: AstraZeneca, 77,4 millones de dosis; Pfizer, 34,4 millones; vía Covax, 51,5 millones; y CanSino, 35 millones.
Sin embargo, México no contaba hasta el momento con un acuerdo para obtener la vacuna Sputnik V, que es fabricada por el Centro Gamaleya de Investigación en Epidemiología y Microbiología en Rusia, y que tiene un nivel de efectividad superior al 92 %, cifra similar a las de las vacunas de Pfizer y AstraZeneca, y ligeramente inferior al 95% de la farmacéutica Moderna.
La conversación entre los mandatarios se dio al parecer en términos bastante cordiales. Incluso, a través de su cuenta de Twitter, López Obrador subrayó que el presidente Putin "se mostró genuinamente afectuoso" durante la conversación y fue invitado a visitar México en el futuro cercano. Pero lo más fructífero de dicho diálogo fue el compromiso del gobierno ruso de mandar 24 millones de vacunas en los próximos dos meses para el país latinoamericano.
La relevancia de la noticia no es solo la compra de las 24 millones, sino los tiempos. Tanto AstraZeneca como Pfizer tienen una amplia demanda internacional que les hace imposible hacer las entregas masivas en un tiempo menor a tres meses. Por otra parte, hasta el momento CanSino no ha entregado la documentación completa relativa a la Fase 3 para que pueda ser aprobada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), por lo que la adquisición y entrega de esta vacuna se ha retrasado.
El objetivo del presidente López Obrador es tener una vacunación masiva a partir de febrero, cuando se aplicará la vacuna a los más de 15 millones de adultos mayores (a partir de 60 años) que existen en el país, y para abril se espera que esta población ya esté vacunada en su totalidad. Sola la vacunación de este grupo, que es el más vulnerable, permitirá reducir la mortalidad por covid-19 en un 80 %. Esto hace que la vacuna Sputnik V sea clave en la calendarización del programa de vacunación en México.
Debido a la pandemia de covid-19, la conversación entre ambos mandatarios giró en torno a la organización de suministros de la vacuna rusa Sputnik V a México, pero también abrió la puerta para otros temas como la posibilidad que haya una formación de especialistas médicos en Rusia. También se mencionó el interés compartido en avanzar en la agenda económica bilateral y atender cuestiones como el acceso al mercado y la promoción de productos emblemáticos entre ambos países.
La estrategia del gobierno para tener acceso al mayor número de vacunas parece tener resultados positivos, dado que es un hecho que los laboratorios farmacéuticos no podrán cumplir al 100 % con los acuerdos de entrega por la alta demanda a nivel mundial que hay de la vacuna.
De hecho, el único laboratorio con el que no hay un acuerdo hasta el momento es el de Moderna, ya que hizo un convenio con el gobierno de Trump para que su producción inicial sea para EE.UU., hasta cumplir las primeras 100 millones de dosis.
Será interesante ver si en el futuro cercano el gobierno de Rusia amplía su cooperación técnica y científica con México, de forma similar a la vinculación que ya tiene con el gobierno de Alberto Fernández en Argentina. Si el suministro de la vacuna Sputnik V se da sin contratiempos, me parece que veremos un mayor acercamiento e intercambios en distintos rubros entre México y Rusia en los próximos meses.