Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos, visitó en esta semana Guatemala y México para tener encuentros con los presidentes de esos países, Alejandro Giammattei y Andrés Manuel López Obrador, respectivamente. La agenda que se hizo pública en un primer momento sobre esta visita giró en torno a los temas migratorios y de cooperación internacional.
En una conferencia de prensa en Guatemala, Harris repitió varias veces que los migrantes no debían ir a Estados Unidos y que, en caso de emprender ese viaje, serían detenidos en la frontera y regresados a sus lugares de origen.
Aseguró que se deben atacar de raíz las causas de la migración en Centroamérica, ya que las condiciones obligan a la población a moverse hacia el extranjero, por lo que se deben mejorar las condiciones y atender las necesidades de la población para evitar que no tengan que dejar su país. Sobre la conversación con López Obrador se dijo en un principio que había sido tersa, fructífera y sobre cuestiones migratorias principalmente.
Con el paso de los días más cuestiones han salido a luz, principalmente porque comentarios de la propia Kamala Harris. En una entrevista que le hicieron declaró que lo que le preocupaba era un sistema judicial independiente, y que las ONG y la prensa pudieran hacer su trabajo sin interferencias. Las declaraciones fueron polémicas, ya que le dieron entrada al conservadurismo mexicano para especular sobre si Harris había "regañado" a López Obrador. Sin embargo, la portavoz de la vicepresidenta estadounidense precisó que el comentario se refería solo a Guatemala y de ninguna manera a México.
Esta polémica se da unas semanas después que salió a la luz que la Embajada de Estados Unidos financia la operación de Mexicanos Contra la Corrupción, una ONG fundada por el hijo de Claudio X. González, un empresario de signo conservador que suele financiar campañas políticas y de desprestigio contra López Obrador desde hace dos décadas. El asunto tomó mayor relevancia, ya que la información la dio a conocer el propio mandatario mexicano en una de sus conferencias mañaneras, donde mostró pruebas del dinero donado.
Peor se puso la cosa cuando la revelación mostró que la vía para hacer llegar el dinero de Estados Unidos a la ONG del empresario era la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo, la famosa USAID, uno de los principales aparatos de intervención de EEUU para crear y potenciar los golpes blandos en América Latina a lo largo de la historia. Debido a esto, López Obrador envió una nota diplomática a la Embajada de Estados Unidos y pidió que dejaran de financiar a este ONG, propiedad del magnate de oposición.
Y aunque esto se llevó la nota, quizás lo más importante de la conversación entre Harris y López Obrador haya sido lo que giró en torno a la seguridad en las fronteras. En concreto, la vicepresidenta señaló que había coincidencias y acuerdos en torno a cómo lidiar con asuntos de seguridad, contrabando, tráfico de armas y narcotráfico. Recalcó de manera especial que es necesario que México frene el tráfico de fentanilo proveniente de China que entra por sus puertos.
El fentanilo se ha vuelto un verdadero problema en Estados Unidos, provocando decenas de miles de muertos anualmente, y aunque China es el principal productor a nivel mundial, el opioide sintético llega a ese través de México con el tráfico que se hacen organizaciones como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que son los principales proveedores, de acuerdo con datos de la Administración del Control de Drogas (DEA).
La corrupción que hay en las aduanas mexicanas ha sido uno de los mayores retos que enfrenta el gobierno de López Obrador y que él mismo ha reconocido al decir que es un "monstruo de mil cabezas". Cuando se limpia en algún punto fronterizo, surge un nuevo foco rojo en otro y simplemente los niveles de corrupción y tráfico ilegal no muestran una mejora significativa.
Debido a esto, el presidente López Obrador ha decidido que el control de todos los puntos fronterizos terrestres esté a cargo del Ejército, y que todos los puertos pasen a resguardo de la Secretaría de Marina. En relación con el fentanilo, los mayores decomisos se han hecho en los puertos de Manzanillo (Colima) Ensenada (Baja California) y Lázaro Cárdenas (Michoacán), todos del Pacífico. También se han dado conocer los nombres de al menos 64 empresas chinas que enviaron materia prima para la síntesis de fentanilo y llegaron a manos de cárteles en México.
Por su parte, el gobierno mexicano le pide a Washington que tenga un mayor control de las armas que se trafican desde Estados Unidos a México de manera ilegal, y cuya mayor parte va a parar a manos del crimen organizado. El dinero de la droga que los cárteles mandan a Estados Unidos los hace económicamente más poderosos, lo que les permite adquirir más armamento, reclutar a sicarios, corromper funcionarios y así operan con los altos nivel de impunidad que les caracteriza.
México y Estados Unidos están metidos en un círculo vicioso en el tema fronterizo. Dejando de lado el tema migratorio, que es un asunto de condiciones estructurales y de larga duración, las cuestiones de seguridad que involucran al crimen organizado pudieran tener una solución más expedita si Estados Unidos pusiera tanto énfasis al problema de tráfico de armas y del lavado de dinero, que se hace en sus instituciones financieras, como al problema de narcotráfico que se origina en México.