El pasado martes, la Casa Blanca anunció que este viernes 29 de abril el presidente Joe Biden sostendrá una reunión virtual con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador. Según la nota oficial, ambos líderes discutirán la cooperación en migración y "los esfuerzos conjuntos de desarrollo en Centroamérica", así como cuestiones de energía, seguridad y crecimiento económico.
Este mismo martes, Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Interior, publicó un memorándum en el que delinea elementos de la política migratoria en el futuro inmediato. Mencionó, por ejemplo: "Estamos aplicando las consecuencias de la entrada ilegal, incluida la expulsión, la detención y el enjuiciamiento. El núcleo de este plan es nuestro compromiso de continuar haciendo cumplir estrictamente nuestras leyes de inmigración".
"Esto incluye un mayor uso de la deportación acelerada, la detención de adultos solteros cuando sea apropiado, la remisión para su enjuiciamiento a aquellos cuya conducta lo amerita y la aceleración de las adjudicaciones de asilo que nos permiten actuar más rápidamente", dijo Mayorkas.
En un momento donde la reactivación económica mundial y la cifra de refugiados ucranianos podría llegar a más de 8 millones, Estados Unidos está considerando que es muy probable que aumente la ola migratoria desde México y ya está poniendo algunas directrices preventivas.
A este escenario internacional debe sumársele lo último en la política casera estadounidense, donde varios gobernadores del Partido Republicano demandan acciones más agresivas contra la migración. Aunado a esto, un juez ordenó mantener temporalmente las medidas que establece el Título 42, que permite devolver de inmediato a migrantes indocumentados.
Este diálogo será un previo a la IX Cumbre de las Américas que se llevará a cabo en junio en Los Ángeles. Es obvio que ante la interrupción de las cadenas de valor y suministro por la pandemia y la regionalización de las economías, hay un interés de Estados Unidos sobre cómo posicionar a América del Norte en esta nueva reconfiguración mundial.
Por su parte, el Gobierno de México, a través del canciller Marcelo Ebrard, ha dejado ver que no abogará solo por América del Norte como región, sino por Latinoamérica y todo el continente en su conjunto. "El presidente López Obrador decía, cuando fue el aniversario de Simón Bolívar, que Estados Unidos podría buscar que todos los países de América nos unificáramos y pasáramos a una nueva etapa de respeto mutuo y eso es lo que se va a plantear", afirmó el encargado de la política exterior mexicana.
Pero si esta es la agenda de Estados Unidos, México debería también plantear la suya. Esta podría estar encabezada por la demanda contra las 11 compañías estadounidenses fabricantes de armas que están más involucradas en el tráfico ilegal a México. Una demanda sin precedentes y que hasta el momento todavía está a discusión en los tribunales de Estados Unidos.
México también se ha visto interesado en llevar una propuesta al G-20 para tratar de establecer medidas conjuntas que frenen la inflación mundial impulsada por la carencia de ciertas mercancías y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Antes de llevarlo al G-20, la Cumbre de las Américas podría ser un buen lugar para esbozarlo y llevar una propuesta continental común que tenga mucha más fuerza.
Antes del anuncio de la conversación entre López Obrador y Biden, el presidente mexicano ya había comunicado una gira por Cuba, Belice, El Salvador, Guatemala y Honduras del 5 al 9 de mayo. Este será apenas el segundo viaje internacional de López Obrador desde que llegó a la presidencia, siendo Estados Unidos la única salida que hasta el momento ha hecho el mandatario mexicano.
La agenda por Centroamérica y el Caribe ya la ha dado a conocer López Obrador por adelantado: la migración de centroamericanos a Estados Unidos, que ha alcanzado cifras récord, y la necesidad de resolver las causas de fondo, como la pobreza y la falta empleo.
Con Cuba los asuntos estarán concentrados en los temas de salud. No hay que olvidar que casi 600 médicos cubanos llegaron a México para ayudar durante la pandemia y en la actualidad México se plantea hacer mayores compras de la vacuna cubana Abdala contra el covid.
Está claro que cada país tiene sus propios intereses y mientras que los de Estados Unidos en su relación con México se centran casi exclusivamente en migración y narcotráfico, nuestro país debe llevar agua a su molino y ampliar la discusión hacia materias más globales, como la inflación o el papel de nuestro continente en la reconfiguración geopolítica.
Debe haber diálogo y no monólogo en la conversación del viernes en caso de que queramos ver avances y no solo una lista de buenos deseos y lugares comunes, como suelen ser la mayoría de las reuniones diplomáticas en todo el mundo.
@BuenrostrJavier
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