El domingo pasado, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, finalizó una gira por Centroamérica y el Caribe que incluyó Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice y Cuba. La gira fue llamada 'Mirar al sur', una alusión directa a la necesidad de mantener una relación más estrecha con los países latinoamericanos, una posición muy distinta a la de los gobiernos neoliberales que solamente tenían ojos para Estados Unidos y, en menor medida, para Canadá y la Unión Europea.
Desde que López Obrador asumió la presidencia de México, a finales de 2018, trató de recomponer las relaciones que habían abandonado gobiernos anteriores. En los primeros meses, le brindó su solidaridad a Evo Morales después del golpe de Estado en Bolivia y propició un mayor acercamiento con la Argentina de Alberto Fernández. Alguien tenía que asumir la batuta del liderazgo progresista que muchos años había llevado Brasil pero que con Bolsonaro dio un vuelco hacia un conservadurismo que coquetea interminablemente con el fascismo.
La primera parada de López Obrador fue en Guatemala, donde declaró que se había acabado "el periodo oscuro en el que México se ausentó de América Latina". Esa ausencia es un lastre para todo el continente, que hoy más que nunca debe de actuar de manera coordinada y unida, ya que la pandemia vino a trastocar las cadenas globales de valor y suministros, y ha fortalecido los mercados regionales.
López Obrador es consciente de que la geopolítica está actualmente en constante transformación. Y aunque el declive de Estados Unidos no será inmediato, sí es inevitable. No hay que olvidar que para 2050, China controlará más del 60% del comercio mundial mientras que Estados Unidos no llegará siquiera al 10%.
Este escenario es complicado para Latinoamérica en ambos frentes. Por un lado, no se descarta que Estados Unidos, en su ocaso, pueda recurrir a la violencia en su afán por aferrarse a una posición privilegiada pero ya con fecha de caducidad. Por otra parte, de no estar unidos, los países latinoamericanos corremos el riesgo de enfrentar las nuevas relaciones comerciales con China de forma aislada, algo que únicamente favorecería al gigante asiático.
Es por eso que durante su gira y de cara a la próxima Cumbre de las Américas que tendrá lugar en Los Ángeles en junio, López Obrador ha insistido en una propuesta para lograr un bloque común en todo el continente americano, con la conformación de una unión económica análoga a la Unión Europea, siempre respetando la soberanía de cada país integrante.
López Obrador ha insistido en una propuesta para lograr un bloque común en todo el continente americano, con la conformación de una unión económica análoga a la Unión Europea, siempre respetando la soberanía de cada país integrante.
Si se le quiere dar forma a dicha integración latinoamericana, debemos empezar ya. El paso inmediato para el presidente mexicano es que en dicha Cumbre de las Américas no puede haber exclusiones de ninguna índole. Y mencionó los casos concretos de Cuba, Nicaragua y Venezuela. No podría ser una verdadera reunión continental si se dejan de invitar a varios países. Encima, la posición es absurda e hipócrita cuando Estados Unidos ha reanudado actividades comerciales con Venezuela, por ejemplo, a raíz del conflicto entre Rusia y Ucrania.
En caso de mantenerse exclusiones selectivas, López Obrador ha declarado que él personalmente no irá a la reunión en California, aunque sí mandaría una representación diplomática. Tal vez sea una acción que no guste al vecino del norte, pero que sin duda es un paso necesario para defender la soberanía nacional y para promover la unidad latinoamericana sin distinciones.
Las visitas a los países centroamericanos se dieron en los mismos términos a encuentros previos que ya se han sostenido. El gobierno de López Obrador está yendo más lejos de ser simplemente una primera barrera de contención para los migrantes y ha buscado crear programas de empleo y seguridad social para miles de ellos, mediante mecanismos de cooperación internacional como el programa de "Sembrando Vida". Asimismo, le reclamó a Estados Unidos que no haya cumplido sus compromisos de cooperación económica para desarrollar dichos programas.
El gobierno de López Obrador está yendo más lejos de ser simplemente una primera barrera de contención para los migrantes y ha buscado crear programas de empleo y seguridad social para miles de ellos, mediante mecanismos de cooperación internacional como el programa de "Sembrando Vida".
Como era de esperarse, la visita con mayor simbolismo fue la que realizó a Cuba y que desafortunadamente ocurrió unas horas después de la desgracia del Hotel Saratoga, en La Habana, que le ha costado la vida a casi 40 personas hasta el momento. Esta viaje fue de un alto contenido simbólico porque el mandatario hizo una parada fuera del itinerario oficial y visitó a Raúl Castro, con quien sostuvo una larga plática en la que dijo que no le apuesta al fracaso de la revolución cubana, aunque sí propuso que haya una nueva revolución al interior de la revolución.
De regreso en México, López Obrador anunció que nuestro país contratará a 500 médicos cubanos para reforzar el sistema de salud y promoverá que médicos mexicanos y mexicanas hagan estancias de investigación y posgrado en la isla caribeña, por su alto reconocimiento a nivel mundial en el terreno de la medicina.
La oposición en México le critica a López Obrador que mire hacia el sur. Estaban muy acostumbrados a que nada más Estados Unidos importaba, en un evidente colonialismo mental que tuvieron nuestras élites por décadas. Es tiempo de ir cambiando eso, poco a poco. De mantener relaciones de igualdad y respeto con todos los países del orbe, especialmente las regiones que fueron ignoradas por los gobiernos neoliberales como Asia, África y nuestra Latinoamérica.
Hay que avanzar pero es imprescindible hoy, más que nunca, que sea mirando al sur.