Hace dos años, México reformó el Artículo 102 de su Constitución para dar autonomía plena a la actual Procuraduría General de la República (PGR), convirtiéndola en una Fiscalía General.
La idea era garantizar la autonomía y la independencia de la procuración de justicia para romper con el ciclo de favores políticos que genera tanta impunidad en ese país.
Pero hoy, Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón han pactado colocar a un político, Raúl Cervantes Andrade, como nuevo fiscal general por un periodo de nueve años.
Cervantes es íntimo amigo de EPN y cuenta con una larga carrrera política dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Por ejemplo, ha ocupado los siguientes cargos:
- Dos veces diputado federal por el PRI
- Coordinador de asuntos jurídicos del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.
- Senador de la República por el PRI.
Tambien ha trabajado de la mano con algunos de los personajes más oscuros de ese partido:
- Fue coordinador de asuntos jurídicos con Humberto Moreira, tanto cuando era gobernador del estado de Coahuila como cuando llegó a ser presidente del PRI.
- Trabajó muy de cerca con otro exgobernador cuestionado, César Duarte, en la Cámara de Diputados.
- Defendió al expresidente Luis Echeverría de las acusaciones de genocidio por la masacre del 2 de octubre de 1968.
- Defendió a Peña Nieto de las acusaciones de compra de votos y financiamiento ilícito en su campaña presidencial de 2012.
Ahora, como procurador de la República en funciones, Cervantes 'nada de muertito' para casos claves como Ayotzinapa y Nochixtlan y sigue ayudando a sus amigos como Javier Duarte.
En 2012, Felipe Calderón entregó la presidencia a EPN a cambio de total impunidad para él, sus amigos y sus cómplices.
Hoy, ambos trabajan de nuevo a favor de la impunidad, colocando a Ernesto Cordero como presidente del Senado para poder operar el nombramiento de Cervantes ¡por 9 años!
¡Por quien nos toman estos señores! ¿No creen que haya llegado la hora para romper el ciclo de impunidad?