¿Es preferible despilfarrar el dinero público que invertir en la educación de los jóvenes mexicanos?

John M. Ackerman

En México, solamente el 16 % de los adultos han cursado una carrera universitaria, cuando el promedio entre los países de la OCDE es del 36 %.

Esta es la triste realidad no por alguna falta de interés o de capacidad de nuestros jóvenes sino, simplemente, porque no hay suficiente espacio en las universidades.

La UNAM, por ejemplo, cada año rechaza a más del 90 % de los solicitantes. Lo mismo ocurre con el IPN, la UAM y las otras universidades públicas del país.

Algunos, como el político Andrés Manuel López Obrador y muchos teóricos de la educación, proponen garantizar el acceso universal a la educación superior.

Otros creen que la universidad debería ser solamente para unos cuantos. "¿Quién me boleará los zapatos si todos pueden ser universitarios?". "¿A quién podré mandar si todos se convierten en jefes?".

Mi humilde opinión es que México debería hacer todo lo posible por apoyar a sus jóvenes.

En lugar de utilizar exámenes de admisión para 'justificar' la exclusión de millones de jóvenes talentosos que quieren seguir con su formación, tendríamos que crear nuevas escuelas y ampliar la matrícula de las universidades públicas existentes. 

Recursos sobran. El mismo dinero que hoy se utiliza para comprar 'Casas Blancas', construir cárceles, pagar a los banqueros y contratar propaganda gubernamental debería ser utilizado para invertir en nuestros jóvenes.

Cualquier estudiante que haya culminado exitosamente su bachillerato, aprobando los exámenes y las evaluaciones correspondientes debería tener derecho a continuar con sus estudios.

México los necesita y el Gobierno debería apoyarlos. ¿Qué opinas tú?