Amenazas, presiones y chantajes de Washington

John M. Ackerman

No se dejen engañar. El problema no es Donald Trump, sino Enrique Peña Nieto. Las amenazas, las presiones y los chantajes de Washington solo surten efecto cuando los mexicanos agachamos la cabeza y obedecemos en silencio.

Hace unos días, Donald Trump ordenó al Gobierno mexicano frenar el 'viacrucis del migrante', una procesión pacífica que se celebra cada año con el fin de evidenciar los sufrimientos de los migrantes centroamericanos y exigir un cambio radical en las políticas antimigratorias tanto de México como de los Estados Unidos. Trump dijo que cancelaría el Tratado de Libre Comercio y suspendería todo apoyo al Gobierno mexicano si Videgaray y Peña Nieto no dispersaban inmediatamente la caravana. Dicho y hecho. Como viles sirvientes del imperio, los gobernantes mexicanos siguieron al pie de la letra las órdenes de Washington.

Pero esto no es todo. El siguiente día, el miércoles 4 de abril, Trump ordenó la militarización de la frontera con México con la movilización de miles de integrantes de la Guardia Nacional. ¿Y qué respondieron el presidente de México y su canciller? Con puras palabras huecas, demagogia y patrioterismo. Peña Nieto transmitió un mensaje en cadena nacional en que, supuestamente muy indignado, termina por ponerse una vez más a las órdenes del señor Trump.

Ha llegado la hora de pasar de los discursos a la acción. Frente al pasmo del presidente, el Senado de la República y toda la sociedad mexicana deben actuar. Ya no podemos seguir aguantando en silencio y con la cabeza agachada tanto abuso y maltrato. Que se escuche la voz, pacífica pero firme, de la dignidad y la soberanía mexicanas.