Ya somos, al parecer, más los mexicanos que hemos recibido las llamadas intimidatorias que los que no las hemos recibido.
Estas acciones violan la ley de cinco maneras:
- Primero, implican el mal uso de datos personales, ya que alguien está compartiendo con los 'call centers' nuestros números telefónicos.
- Segundo, las llamadas calumnian a Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena, al vincularlos falsamente con la delincuencia.
- Tercero, significan un enorme gasto electoral privado ilegal, excesivo y no reportado a las autoridades.
- Cuarto, las llamadas realizadas desde el extranjero —por ejemplo, Brasil o Grecia— violan la prohibición absoluta en contra del financiamiento electoral internacional.
- Finalmente, quien promueve estas llamadas comete un delito, ya que la Ley General en Materia de Delitos Electorales impone una multa de 50 a 100 días y prisión de seis meses a tres años a cualquier persona que "realice, por cualquier medio, algún acto que provoque temor o intimidación en el electorado".
- El Instituto Nacional Electoral, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales y el Instituto Nacional de Protección de Datos Personales dicen que están investigando el tema pero, mientras, no pasa absolutamente nada: continúan las llamadas y todos hacen la vista gorda.
Afortunadamente, los mexicanos ya estamos curados en salud. No es la primera vez que nos agreden con este tipo de guerras sucias.
El miedo se esfuma frente a la enorme ola de esperanza que empieza a inundar a la Nación.