México no solo ve al norte, sino también al sur. En lugar de ir corriendo a Washington, a París o a Londres para congraciarse con las grandes potencias, Andrés Manuel López Obrador ha decidido reunirse en primer lugar con el presidente de Guatemala.
Tiene alto valor simbólico la decisión de acercarse primero a las hermanas repúblicas de Centroamérica.
Guatemala, en particular, comparte con México una larga historia política, económica y cultural, así como una amplia frontera de 573 kilómetros.
Una relación de respeto mutuo con Donald Trump no debe implicar dar la espalda a América Latina, sino todo lo contrario.
Los neoliberales siempre han soñado con la plena incorporación de México en 'América del Norte'. Para ellos, la única vía hacia el desarrollo sería la subordinación de la economía nacional a Wall Street, así como una transformación política, cultural y hasta racial para que, cada día, México se parezca más a los Estados Unidos.
Pero la llegada de López Obrador ha estropeado los planes de los neoliberales. El nuevo presidente recuperará los principios éticos de la política exterior mexicana que fueron sacrificados cuando Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto decidieron convertir a México en un vil tapete de Washington.
Hoy, por fin, habrá una digna defensa de la soberanía nacional, una generosa solidaridad con América Latina y un apego estricto al principio de no intervención en los asuntos políticos de otras naciones.
Construyamos juntos una nueva América Latina.