El diálogo entre López Obrador y el rey de España no va bien
El Reino de España ha rechazado la atenta invitación de la República de México a celebrar una reconciliación histórica. Como durante la misma colonia, el viejo continente expresa su desdén y desprecio hacia las Américas. Mientras, el nuevo mundo avanza con paso firme hacia la modernidad.
El pasado 1 de marzo de 2019, el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos envió una carta a su majestad el rey de España invitándolo a construir "un relato compartido" sobre la conquista de las Américas con el fin de reconciliar las dos naciones con la historia y consigo mismas para, así, generar "una convivencia más estrecha, más fluida y más fraternal" entre los dos pueblos.
La carta fue redactada con gran respeto y gallardía por el presidente mexicano, pero respondida con enorme altanería por el Estado español.
En lugar de estrecharle la mano a Andrés Manuel López Obrador, España rechazó "con toda firmeza" el contenido de la carta y cerró de una vez la puerta a la posibilidad de un gran evento conjunto en 2021, con motivo de los 500 años de la caída de Tenochtitlán.
Recordemos que México ha sido una República casi desde su nacimiento. ¡Pero España todavía tiene un rey! Y no sólo España. También Inglaterra, Bélgica, Dinamarca, los Países Bajos, Suecia, Noruega y Arabia Saudita, entre muchos otros. Y la invasión del ahora territorio mexicano se realizó bajo el auspicio y la responsabilidad, precisamente, de la Corona Española.
Hernán Cortés desembarcó en Veracruz hace exactamente 500 años, el 22 de abril de 1519. Durante las siguientes décadas, la población de nuestro territorio pasó de 11 millones a apenas 2 millones de habitantes. Una brutal masacre. ¡Un verdadero genocidio! Ahora bien, si los españoles no quieren pedir perdón por este pasado infame, existe otra opción. Podrían, simplemente, acabar con la institución responsable por estos crímenes: la Corona española. Es decir, que España se convierta en una verdadera república, como México, por ejemplo. No suena tan descabellada la idea, ¿o sí?
Lo que no se vale es chiflar y comer pinole, como decimos en México. Si los españoles quieren seguir teniendo un rey, que ese monarca demuestre que es una persona ilustrada, moderna y responsable a partir de un claro deslinde histórico y un abrazo fraternal a la hermana República de México.
La carta de López Obrador no busca fomentar la división o el resentimiento entre razas, pueblos o naciones, sino todo lo contrario: busca construir un camino hacia la paz, la fraternidad y la sororidad entre las naciones.
Las heridas históricas solamente se suturan cuando se reconocen. De lo contrario, el expediente se mantendrá abierto y el viejo continente seguirá perdiendo influencia y liderazgo en el mundo cada vez más complejo y multipolar del siglo XXI.
@JohnMAckerman
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