Opinión
Europa se congelará este invierno sin el gas ruso
Es poco probable que Europa sea capaz de reducir su dependencia del gas natural ruso por lo menos durante otra década, pronostica Fitch Ratings. La agencia de calificación crediticia tiene razón: Europa no tiene socios que puedan sustituir a Rusia y lo que espera a Europa este invierno no es reconfortante.
"Cualquier intento de mejorar la seguridad energética reduciendo la dependencia europea de Rusia requeriría o bien una reducción significativa de la demanda total de gas o un gran incremento de las fuentes alternativas de suministro, pero ninguna de estas opciones parece probable", asegura Fitch en su informe.
Europa ya compra una cuarta parte de su gas de Rusia, y los analistas esperan que el consumo aumente en un tercio para el año 2030 ya que las economías se recuperan de la crisis de la deuda y la generación de electricidad basada en gas sustituye a la procedente del carbón y de la energía nuclear, que están anticuadas. La situación en Ucrania ha dado lugar a una serie de sanciones entre Rusia y Occidente.
La Comisión Europea (CE) ha trazado planes para reducir la dependencia europea de las importaciones de energía, incluida la promoción de fuentes autóctonas de energía renovable y nuclear, y un mercado único de la energía. Pero parece que sus planes no estaban destinados a convertirse en realidad. Ni un proveedor de energía va a ser capaz de reemplazar a Rusia en Europa, todos los debates acerca el gas proveniente de Azerbaiyán o EE.UU. no deben tomarse en serio.
"Europa Occidental no podrá sobrevivir el invierno sin gas ruso. En Europa, cerca del 14% proviene de Rusia, estamos hablando de lo que necesitamos para lograr la independencia del gas ruso, pero compramos cada vez más y más", asegura el jefe de la Agencia Alemana de Energía, Stephan Kohler.
En general, se puede decir que el cese del tránsito de gas ruso a través de Ucrania tendría consecuencias terribles para Europa. Hasta 2035 es poco probable que EE.UU. empiece las exportaciones de gas a Europa, debido a que no cuenta con la infraestructura necesaria.
Además, la creación de infraestructura para el suministro de gas natural licuado a la UE y el descenso en el mercado nacional debido a las exportaciones de gas puede llevar a un aumento de precios en EE.UU., lo que tendrá consecuencias negativas para la economía nacional.
Por tanto, se puede concluir que las sanciones de los países occidentales contra Rusia tienen un "efecto boomerang" contra ellos mismos y en el caso del gas pueden congelar toda Europa ya este invierno.
"Cualquier intento de mejorar la seguridad energética reduciendo la dependencia europea de Rusia requeriría o bien una reducción significativa de la demanda total de gas o un gran incremento de las fuentes alternativas de suministro, pero ninguna de estas opciones parece probable", asegura Fitch en su informe.
Europa ya compra una cuarta parte de su gas de Rusia, y los analistas esperan que el consumo aumente en un tercio para el año 2030 ya que las economías se recuperan de la crisis de la deuda y la generación de electricidad basada en gas sustituye a la procedente del carbón y de la energía nuclear, que están anticuadas. La situación en Ucrania ha dado lugar a una serie de sanciones entre Rusia y Occidente.
La Comisión Europea (CE) ha trazado planes para reducir la dependencia europea de las importaciones de energía, incluida la promoción de fuentes autóctonas de energía renovable y nuclear, y un mercado único de la energía. Pero parece que sus planes no estaban destinados a convertirse en realidad. Ni un proveedor de energía va a ser capaz de reemplazar a Rusia en Europa, todos los debates acerca el gas proveniente de Azerbaiyán o EE.UU. no deben tomarse en serio.
"Europa Occidental no podrá sobrevivir el invierno sin gas ruso. En Europa, cerca del 14% proviene de Rusia, estamos hablando de lo que necesitamos para lograr la independencia del gas ruso, pero compramos cada vez más y más", asegura el jefe de la Agencia Alemana de Energía, Stephan Kohler.
En general, se puede decir que el cese del tránsito de gas ruso a través de Ucrania tendría consecuencias terribles para Europa. Hasta 2035 es poco probable que EE.UU. empiece las exportaciones de gas a Europa, debido a que no cuenta con la infraestructura necesaria.
Además, la creación de infraestructura para el suministro de gas natural licuado a la UE y el descenso en el mercado nacional debido a las exportaciones de gas puede llevar a un aumento de precios en EE.UU., lo que tendrá consecuencias negativas para la economía nacional.
Por tanto, se puede concluir que las sanciones de los países occidentales contra Rusia tienen un "efecto boomerang" contra ellos mismos y en el caso del gas pueden congelar toda Europa ya este invierno.
Editora, lingüista, economista
Twitter: @ LilyKhusainova
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.
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