Sorprendentemente, nueve países europeos, liderados por Francia, han decidido crear una fuerza de intervención militar en el extranjero al margen de la Unión Europea. Este proyecto ha sido impulsado por Francia y cuenta con la participación de España, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Holanda, Portugal, Dinamarca y Estonia. Sin embargo, una de las promotoras de esta iniciativa, Italia, enfrentada abiertamente a Francia por la migración, ha quedado excluida.
La noticia se hacía pública casi a la vez que la referida al impulso que se pretende dar a la PESCO (Cooperación Estructurada Permanente), una iniciativa en materia de Defensa y Seguridad.
Señales alarmantes
En los últimos tiempos, Europa emite cada vez señales más alarmantes, lo que genera una alta incertidumbre en su proyecto de unión, que parece contar cada vez con más posibilidades de convertirse en una sinfonía inacabada. Tras la crisis, el casi Grexit, el Brexit, el Eje Ultraconservador de Europa del Este y el triunfo de un filonazi en Turquía (la eterna candidata), el infame acuerdo con los turcos para que se encarguen de los refugiados o la crisis migratoria llega ahora la creación de un Ejército que actuará al margen de la Unión Europea.
Esta agrupación militar comenzó mal desde el principio. Para empezar, el enfrentamiento entre Francia e Italia se ha demostrado mucho más profundo que lo habitual en los juegos políticos, ya que esta última, como hemos visto, ha quedado fuera de esta 'mini-unión' militar. Pero las señales alarmantes no quedan ahí.
La configuración del grupo no irradia sensación de unidad en ningún caso. Esta sensación no se alimenta tanto en los que están, como en los que faltan. Se trata de nueve países europeos, pero faltan diecinueve miembros de la Unión Europea (incluida el 'saliente Reino Unido'), ello sin contar los países candidatos a entrar en la Unión Europea (5) y aquellos que sin ser miembros ni candidatos se encuentran en la órbita europea (3). Por tanto, se trata de un proyecto minoritario que incluye en el mejor de los casos a un tercio de los miembros de la Unión Europea.
La siguiente cuestión que revela la actual crisis europea es la autonomía de esta agrupación militar, la cual actuará al margen de la Unión Europea. La existencia de un grupo de países que actúen militarmente, o al menos puedan hacerlo, al margen de los acuerdos comunitarios debería considerarse altamente peligroso y contraproducente. Sin embargo, ni Federica Mogherini, alta representante para la Política Exterior Europea ni ningún estado miembro no participante del mismo se ha pronunciado en este sentido.
Otra cuestión evidente de esta crisis es la aparente fricción que pudiera existir de esta agrupación militar con la PESCO, el plan de Defensa y Seguridad de la Unión Europea. De hecho, este grupo se configurará para actuar en el exterior, arrinconando así a la PESCO y cercenando en gran parte sus competencias en Defensa. Un concepto que hoy va mucho más allá de la defensa de la integridad territorial y se enmarca en la defensa global. Esta mutilación sitúa a la PESCO en las mismas coordenadas en las que se ha manejado Europa durante décadas: ente supranacional dependiente de Estados Unidos con competencias únicamente internas. Porque si algo amenazaba con romper la dependencia que convierte a Europa en un protectorado moderno era y es un Ejército único y una política exterior soberana.
Y esta es la clave de todo este embrollo: la independencia. En este escenario la presencia de Reino Unido en este grupo militar autónomo debería haber sido el siguiente indicio que hubiera hecho sospechar a los europeos. Pues se trata de un país más leal al océano que al continente.
La presencia de Reino Unido, la dependencia de EEUU y el galimatías europeo
Porque Reino Unido, el hermano menor de los EEUU, se va pero no se va. Para aquello que le interesa no es Europa y para aquello que sí, están y estarán los primeros. Seguir manteniendo el gallinero europeo tranquilo es, quizás, la misión más importante que cumple el zorro británico para el granjero Sam. Y en esas está.
Desde la votación que generó el proceso de separación de británicos y europeos han sido muchas las voces (sobre todo francesas, alemanas y españolas), las que han abogado por conducir a Europa hacia una independencia real. Una independencia que, tal y como reconoció la anterior ministra de Defensa española, María Dolores de Cospedal, fue bloqueada por los británicos ("Reino Unido no lo veía así [en referencia a la creación de un Ejército europeo y su coordinación con la OTAN] y en ese sentido el Brexit ha sido un acicate al desarrollo de la Europa de la Defensa").
Como es sabido, la independencia de un ente, nacional o supranacional, solo puede ser real con un Ejército y una política exterior única e independiente de cualquier otro ente, sea cual sea éste. Y eso es lo que estaba en juego. Por tanto, la presencia británica denota la más que evidente derrota, ya que Londres, susurrado más allá del Atlántico, ha actuado con rapidez y ha participado en la creación de este grupo de intervención militar rápida en el extranjero.
Con esta agrupación, que ya no depende de las lentas y burocráticas decisiones comunitarias, Francia y España quedan satisfechas. Especialmente la primera, después de los problemas que tuvo para la intervención en Malí. En menor medida Alemania, más reacia a las intervenciones militares en el extranjero, que tal vez no hubiera participado de no ser por las excentricidades del tuitero presidente que dirige el destino del planeta que habitamos.
Por tanto, Europa queda conformada en términos de defensa y política exterior, más allá de mantener el mismo nivel de sometimiento, como un auténtico galimatías. La PESCO, intentará coordinar una integración militar en materia de Seguridad y Defensa entre los países miembros (aunque Reino Unido está en proceso de 'desunión'); este nuevo grupo militar que se dedicará a la proyección rápida al extranjero y lo hará al margen de la Unión Europea y a las órdenes de EEUU; y la OTAN, obviamente también al margen de los intereses y organismos europeos, se ocupará en principio de las mismas funciones que la PESCO y que este recién creado grupo militar. Total, tres organizaciones militares, dos de ellas ajenas a la propia Unión Europea, operando en unas coordenadas en las que solo debería existir una.