Cuando el pasado 3 de enero un dron estadounidense asesinó al general Soleimani —el segundo hombre más importante de Irán— no solo despertó intensas discusiones a nivel jurídico y geopolítico, sino que reveló una realidad incontestable: la creciente robotización militar y el impacto de esta situación en el teatro de operaciones bélicas y geopolíticas. Los robots están cambiando los ejércitos y las acciones bélicas y, por tanto, las guerras.
MQ-9, un terrible arsenal aéreo
Cuando el MQ-9 Reaper descargó su furia justiciera sobre el maligno general iraní por planear atentados sobre objetivos norteamericanos —argumento que se ha demostrado falso—, pocos pudieron imaginar lo que realmente significa. Sobre todo, porque en la mente de la mayoría la imagen de un dron se asocia a un objeto volador de escaso tamaño —unos 15 cm de largo y ancho—, como los que se pueden adquirir en distintos comercios.
Sin embargo, el MQ-9 Reaper —que tiene en el CH-5 Rainbow chino su gran competidor— es un avión no tripulado con un valor superior a los 100 millones de euros y unas dimensiones insospechadas —20 metros de envergadura, 11 metros de ancho y 3 metros de alto—. Además, es capaz de transportar un escalofriante arsenal aéreo cuyo valor se acerca a los 20 millones de euros —misiles Hellfire y bombas de precisión como las GBU-12 Paveway—, bloquea las comunicaciones y los radares enemigos y se mantiene hasta 14 horas en vuelo con una velocidad.
En el pasado, para realizar un ataque de estas características, habría sido necesario contar con una fuerte presencia militar en la zona, incluyendo apoyo y equipos avanzados de soporte. Ya no es necesario. Hoy, este tipo de ataques militares pueden perpetrarse a varios miles de kilómetros con un cierto apoyo militar regional. Dentro de poco, no hará falta ni eso.
La robotización militar actual
La robotización militar ya es una realidad, incipiente, es cierto, pero una realidad que está transformando y transformará los ejércitos y las guerras. Los Estados Unidos cuentan con más de cien unidades del MQ-9 Reaper, mientras que sus aliados también se han armado con este dron. Reino Unido, Italia, Francia, España y Países Bajos ya cuentan con este dron en sus Fuerzas Armadas. Reino Unido ha estado trabajando junto a MBDA para armar con misiles europeos este dron, Francia lo ha convertido en un auténtico arsenal aéreo y España ha adquirido cuatro unidades para el 47 Grupo Mixto situado en Talavera de la Reina —cuatro unidades Block-5 y una estación terrestre de control por 158 millones de euros—.
Pero la robotización militar va mucho más allá de este avanzado avión aéreo no tripulado —que también puede ser usado en labores de rescate y detención de migrantes—, sino que la robotización se puede percibir a todos los niveles. Por ejemplo, el Ejército de Tierra español ya hace uso de un minúsculo dron de solo diez centímetros y 33 gramos controlado por una tablet —Black Hornet— para operaciones militares de reconocimiento.
Y lo que se aproxima…
Aunque para ello sea necesario recurrir a una primitiva robotización, convendría señalar que el proceso no es en absoluto reciente, aunque la gran ola tecnológica nos está arrastrando ahora. Por ejemplo, en los vehículos militares terrestres se sustituyeron poco a poco las torretas con tiradores militares por torretas móviles que podían ser controladas inicialmente desde el interior y en la desactivación de artefactos explosivos ya es absolutamente normal que robots se encarguen de ello. Fueron los primeros pasos… pero los carros de combate robóticos, sin tripulación, ya están aquí: hace solo tres meses se presentó el Ripsaw M5, un —relativamente— pequeño carro de combate completamente robotizado.
La robotización avanzará más todavía, pues ni siquiera será necesario las estaciones terrestres de control de aeronaves y vehículos, sino que estos podrán ser controlados directamente desde el cerebro. Es en lo que trabaja el Pentágono. Hay más, mucho más: invisibilidad, exoesqueletos militares y… la mayor de las revoluciones: inteligencia artificial. Esto es: robots asesinos que comprendan las órdenes sin necesidad de control remoto.
Pero, ¿cómo afecta y afectará la robotización a los ejércitos y las guerras?
Estos son siete de los muchos cambios que la robotización actual y futura generará en los ejércitos y, por tanto, en las operaciones militares:
- Supondrá una reducción de personal cada vez más pronunciada, especialmente en la primera línea de fuego, a medida que avance la robotización y la inteligencia artificial. En el caso del asesinato del general Soleimani no fue necesaria la participación de un piloto en la aeronave, sino que este pudo cumplir la ejecución desde la protección que ofrece una base militar.
- El aumento de la robotización ha provocado un aumento de la precisión de las operaciones bélicas, pues la cada vez más avanzada tecnología está permitiendo que los militares cuenten con una serie de herramientas que hace dos o tres décadas hubiera sido impensable.
- La tecnificación de los ejércitos está provocando la virtualización de las operaciones militares, cada vez más parecidas a un videojuego, lo que disminuye los efectos que generan las confrontaciones en los soldados —como Estrés Postraumático—. Aunque pueda parecer contradictorio, el aumento del realismo de los videojuegos está disminuyendo el realismo del campo de batalla.
- Se ha producido una mejora de las capacidades militares, tanto a nivel individual como grupal. Por ejemplo, en el caso del MQ-9 Reaper, puede haber varios operadores que se releven por turnos durante una misma operación, mientras que en un avión convencional habría que detener la operación, retornar la aeronave a una pista de aterrizaje y realizar el cambio. La mejora es evidente.
- Se va a producir una disminución de las capacidades físicas requeridas, lo que provocará un aumento del tiempo de servicio de los militares. Hasta ahora, para todos los militares, especialmente en los Ejércitos de Tierra y Aire, y en primera línea de combate, existía una edad límite para el cumplimiento de determinadas operaciones debido a las exigencias físicas de estas. Esto está cambiando y va a seguir cambiando. Las exigencias físicas no son las mismas para pilotar una aeronave a varios miles de metros del suelo o manejar un carro de combate en plena refriega que hacerlo desde una sala de operaciones.
- La robotización ha cambiado por completo el concepto de experiencia bélica debido a dos factores. Por un lado, como consecuencia del alejamiento de una parte de los militares de la primera línea de fuego y del anterior factor comentado, el menor requerimiento de capacidades, aumentará la vida útil de los militares y, por tanto, ello generará un aumento de la experiencia. Por otro lado, debido a la creciente similitud entre la guerra robotizada y los videojuegos, los simuladores, que ya tienen una enorme implantación e importancia en los ejércitos, la experiencia bélica podrá ser obtenida incluso sin participar realmente en escenarios bélicos.
- Como consecuencia de todo lo relatado, igual que los hackers se han convertido en un activo militar de gran importancia, dentro de no mucho los ejércitos harán grandes esfuerzos por contratar a los mejores jugadores de determinados videojuegos —algo que ya hacen muchas empresas—, jugadores que con toda seguridad se convertirán en un activo militar de gran valor y pasarán a ser controlados. No solo será importante 'ficharlos', sino también que no sean captados por los potenciales enemigos.
La guerra hoy ya se parece a un videojuego, mañana lo será.