19 de marzo de este año, 2020. España lleva solo tres días de un período histórico en las últimas décadas, el estado de emergencia, cuando la recién elegida presidenta de la Comunidad de Madrid en mayo de 2019, Isabel Díaz Ayuso, hace casi un año, afirma que "el virus [Covid-19] llevaba tiempo aquí; no tenemos una goma del pelo que no sea Made in China". La frase, como otras muchas afirmaciones de Ayuso, corre por las redes sociales como la pólvora y, pronto, se convierte en tendencia. No es la primera estupidez, ni será la última. Tampoco es un fenómeno insólito a nivel mundial.
Sin embargo, sí parece que este tipo de afirmaciones –y quienes las formulan– estén claramente enmarcadas en unas coordenadas ideológicas –la derecha (ultra)liberal–. Peor aún, a tenor de los procesos electorales celebrados en diversas partes del planeta en la última década, están en clara expansión: Donald Trump, Boris Johnson, Jair Bolsonaro, Silvio Berlusconi o Mariano Rajoy, aunque este último ya no es presidente de España, son claros ejemplos de ello.
Para los que no conozcan a Isabel Díaz Ayuso, sería conveniente reseñar que forma parte del Partido Popular, el partido conservador español, y es la presidenta de la Comunidad de Madrid, la comunidad autónoma en la que se encuentra la capital de España y que, junto a Catalunya, posee el mayor PIB del país. No es ni mucho menos un personaje político de según orden, aunque la Comunidad de Madrid haya estado relacionada en las dos últimas décadas a políticos turbios y escándalos de todo tipo –todos ellos pertenecientes al Partido Popular, la derecha española–. Baste señalar que la última presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, dimitió tras difundirse un vídeo en el que robaba cremas en un supermercado y se encuentra pendiente de un proceso judicial que puede llevarla a prisión, o que los anteriores presidentes, Ignacio González y Esperanza Aguirre, están envueltos en conocidos escándalos de corrupción. Ignacio González, incluso, ha pasado varios meses en prisión.
Isabel Díaz Ayuso incendia las redes sociales
Las declaraciones polémicas de Isabel Díaz Ayuso en las últimas semanas se han multiplicado casi a mayor velocidad que el SARS-CoV-2, pues su exposición mediática ha sido mayor debido a que Madrid ha sido una de las regiones del mundo más afectadas. Así, en los últimos días ha afirmado que la Covid-19 se denomina así porque "es coronavirus-diciembre-19, este virus estaba desde diciembre de 2019 campando a sus anchas por todas partes". Una afirmación que, como muchas otras, poco después tuvo que corregir.
No da abasto para las correcciones: también afirmó que "genéticamente el Covid, por lo visto, tiene algo que nos asemeja, en cuanto a su virulencia en el organismo, es algo curioso que genéticamente nos ha unido mucho. Estoy muy orgullosa de todo lo que hemos hecho y de saber que nos hemos equivocado muchas veces pero hemos actuado teniendo en cuenta el momento que nos ha tocado". Las mofas, burlas y quejas en redes sociales volvieron a ser tendencia. De hecho, es extraño el día que la presidenta de la Comunidad de Madrid no es tendencia en las redes sociales. Tendencia que volvió a acaparar cuando afirmó que la vida hay que "vivirla con dificultad para que tenga sentido" o que la actual pandemia es "lo peor y lo mejor" que le ha pasado en la vida… ¡¡¡"… lo mejor…"!!!
Isabel Díaz Ayuso no parece tener límites, de hecho, si atendiéramos al diccionario de la Real Academia de la Lengua, sería muy complejo encontrar un calificativo que encajara mejor con sus declaraciones que estúpidas o necias. Para aclarar esta cuestión, reseñar que estúpido, según la RAE, es alguien o algo "necio, falto de inteligencia" y necio, en su primera acepción, es "ignorante y que no sabe lo que podía o debía saber"; en la segunda, "falto de inteligencia o razón"; y, en la tercera, "terco y porfiado en lo que hace o dice". Las mencionadas frases son estúpidas y/o necias.
Lo que la estupidez oculta
Sin embargo, tras las estupideces subyacen cuestiones más delicadas. En primer lugar, su propia gestión durante la crisis: inicialmente, perdió dos aviones con más de cuarenta millones de euros en material sanitario; después, regaló una mascarilla para cada madrileño –más de seis millones–, que después se supo que incumplían la normativa europea, es decir, eran defectuosas; y, finalmente, la cuestión más comprometida, más de 5.000 ancianos han fallecido en residencias de la Comunidad de Madrid por Covid-19, siendo la mayoría de ellas de gestión privada.
En segundo lugar, como en el caso de sus predecesores, encontramos la sombra de la corrupción y las malas prácticas, alargada e interminable en España. Por un lado, en los últimos días se ha sabido que ha estado hospedada en dos apartamentos de lujo, valorados en 12.000 euros mensuales (200 euros al día cada uno), por los que todavía no ha pagado ninguna cantidad y, tras el escándalo se ha informado que pagaría una factura bastante baja: 80 euros al mes. En medio de un caso todavía no aclarado hay un contrato con la cadena hotelera –Room Mate es propiedad de Kike Sarasola, por el que la Fiscalía pide cuatro años de prisión, y Sandra Ortega, hija del multimillonario Amancio Ortega–.
Por otro lado, Isabel Díaz Ayuso se ha visto involucrada en un posible alzamiento de bienes. Este episodio aconteció cuando Aval Madrid concedió un crédito por valor de 400.000 euros, el cual no cumplía los requisitos técnicos exigibles –había varias irregularidades– y no fue devuelto. En ese momento, su padre escrituró un piso puesto en garantía a su nombre para evitar que fuera embargado.
El vaciado de la democracia, el origen
El origen de la existencia de este tipo de políticos que rellenan los medios de comunicación y las redes sociales con declaraciones escandalosas que, en algunas ocasiones, incluso son peligrosas para la salud –por ejemplo, cuando Donald Trump afirmó que la Covid-19 se curaba con desinfectante o con luz solar–, radica en el vaciado de la democracia. La democracia se ha convertido en poco más que un decorado que utilizan las élites a su antojo para engañar a la ciudadanía. Por ello, necesitan políticos aplicados que sigan el guion que se les ordena y políticos estúpidos que generen grandes sobresaltos para que el tedio impida que los espectadores, nosotros, dejemos de mostrar atención a la representación.
Isabel Díaz Ayuso, que llegó a ser la responsable de las redes sociales del perro de Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid, representa a la perfección el prototipo de político que prefieren las élites. Porque lo cierto es que Donald Trump, Boris Johnson, Jair Bolsonaro, Mariano Rajoy –cuando gobernaba– o Isabel Díaz Ayuso no solo son personas que afirman estupideces y necedades –y seguramente sean estúpidos y necios–, sino que son el reflejo de la decadencia de Occidente debido a la tiranía del neoliberalismo impuesto por las élites.
*Aquí dejamos unas pocas de las escandalosas declaraciones realizadas por Isabel Díaz Ayuso en el poco tiempo que lleva, poco más de un año, en los focos mediáticos:
- Tras la exhumación de los restos de Franco afirmó: "¿Las parroquias del barrio arderán como en el 36?".
- Sobre el empleo precario: "Yo prefiero un empleo a que no haya empleo. Cuando empiezan a hablar de empleo basura me parece que es ofensivo para la persona que está, a lo mejor, deseando tener ese empleo basura".
- Sobre la petición de prisión para Cristina Cifuentes, ex presidenta de la Comunidad de Madrid: "Para la asesina del niño Gabriel se pidan 3 años de prisión y para —la expresidenta del Gobierno madrileño— Cifuentes 3 años y 3 meses". Tuvo que rectificar al ser completamente falsa la información y desde la Comunidad de Madrid se afirmó que se había tratado de un 'lapsus'.
- Sobre la contaminación en Madrid: "Los atascos a las tres de la mañana un sábado son una seña de identidad de Madrid".
- En mitad de una polémica homófoba en la que había participado la ultraderechista Vox, recomendó el artículo 'Defensa de la homosexualidad' en el que se afirmaba que "el homosexual es un ser monstruoso".
- Sobre la posición del feminismo en ambientes progresistas señaló: "Para muchas mujeres de Podemos, seguramente el sexo masculino proceda de Satán".