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Por qué el envío de "10.000 soldados rusos a Cataluña" es un disparate geopolítico (y absurdo)

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Por qué el envío de "10.000 soldados rusos a Cataluña" es un disparate geopolítico (y absurdo)

La juerga mediática de estos días en el Reino Hotelero de España ha sido histórica, y ya es decir, pues se ha difundido un ofrecimiento de Rusia a Carles Puigdemont de 10.000 soldados para convertir Cataluña en "un país como Suiza". Siempre con el correspondiente 'supuesto', que no se lee o queda diluido de forma conveniente en las sicodélicas argumentaciones expuestas. Todo ello en una macrooperación denominada 'Volhov', y dirigida por el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona y la Guardia Civil, en la que se investiga todo lo que se mueve, como si fuera tiro al pato: desde desvío de fondos públicos para costear los gastos del expresident exiliado en Waterloo a recalificaciones urbanísticas de ámbito local y que concluyó con 21 detenidos y 31 entradas y registros en Cataluña (Barcelona y Girona). 

Podríamos explicar a todos aquellos que no estuvieran familiarizados con los agentes policiales y militares españoles que en ellos, especialmente entre sus dirigentes, predomina la ideología ultraderechista –tal y como demuestro en el ensayo El Ejército de Vox–. Al igual que podríamos señalar que tres cuartos de lo mismo sucede en el ámbito judicial. Y que la operación se ha desarrollado justo cuando se están negociando los presupuestos, lo que podría buscar que el acuerdo se frustrara para hacer caer al Gobierno. No haría falta. 

Podríamos explicar que la Audiencia Nacional, recalcitrantemente ultra, ha resuelto en fechas recientes y de forma demoledora que los mandos de la Guardia Civil responsables del operativo que reprimió a los catalanes en octubre de 2017 mienten. O que estos mismos, coroneles Diego Pérez de los Cobos y Daniel Baena, son marcados ultraderechistas –el primero se ofreció durante el golpe del 23-F y el segundo actuaba en las redes sociales como 'Tácito'–. Tampoco haría falta. 

Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra de España
Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra de España
La afirmación sobre el ofrecimiento de 10.000 soldados rusos a Cataluña es una barbaridad en términos geopolíticos tan bestial, tan salvaje, tan sinsentido… que no sería ni siquiera necesario decirlo

Podríamos explicar que, en muchos casos, las barbaridades cometidas por la Guardia Civil, la Policía Nacional o las instituciones judiciales españolas resulta tan infames que, ni siquiera en España, pueden materializarse, así que terminan siendo cerradas y publicadas con bajo perfil en los medios de comunicación –caso de los CDR que fueron acusados de terrorismo y después absueltos o de los titiriteros que fueron acusados de enaltecimiento del terrorismo–. Y bien podríamos señalar los casos en los que, no siendo menos infames, han perseverado en el disparate, me refiero a la condena por terrorismo de una pelea de bar en Alsasua o a la condena a una tuitera –después absuelta– por un chiste sobre Carrero Blanco, al que se cataloga como víctima del terrorismo. Casi nada. Innecesario. 

Podríamos explicar que una considerable mayoría de políticos y gobernantes españoles son tontos de capirote. Y no, no estoy hablando de Isabel Díaz Ayuso, me refiero a María Dolores de Cospedal, exministra de Defensa, que por una broma realizada por unos cómicos rusos llegó a creer que Puigdemont era un agente ruso llamado 'Cipollino'; la mitad de los turistas rusos que visitan  Cataluña, espías de Vladimir Putin; y que Letonia ofrecía a España militares para participar en el conflicto. Superfluo. 

Hasta podríamos explicar que una gran cantidad de los medios de comunicación españoles se dedican a difundir noticias falsas o carentes de todo crédito con el ánimo de confundir a una ciudadanía con unas tasas de fracaso escolar, desempleo, pobreza y desigualdad a la cabeza de Europa.

Sin trascendencia. Porque la afirmación sobre el ofrecimiento de 10.000 soldados rusos a Cataluña es una barbaridad en términos geopolíticos tan bestial, tan salvaje, tan sinsentido… que no sería ni siquiera necesario decirlo. 

Geopolíticamente disparatado 

La geopolítica es un universo con sus propias reglas en el que, quizás, la ley más importante radica en una interpretación peculiar de la tercera ley de Newton –toda acción tiene una reacción–. En el ámbito geopolítico todo movimiento es siempre respondido, con la misma fuerza cuando se trata de bloques parejos –como es el caso– o con la que cada uno disponga cuando la confrontación se dispone entre bloques asimétricos. Es por ello que una acción de la magnitud de enviar 10.000 soldados rusos a Cataluña habría tenido consecuencias. 

Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra de España
Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra de España
Nos encontramos, pues, en el terreno del absurdo, de lo impensable, de lo imposible. Justo el espacio en el que mejor se desenvuelven las instituciones policiales, militares y judiciales españolas y los denominados medios de comunicación menos creíbles de Europa

Lógicamente, esto provoca que los movimientos que se realizan se midan hasta el extremo como si de una partida de ajedrez se tratara, pues cualquier acción desencadenará, no ya una respuesta, sino una cadena de respuestas. Y, si algo ha demostrado Vladimir Putin, a diferencia de Occidente, es saber leer con precisión los movimientos que puede hacer y las respuestas que estos provocarán. 

Por ello, enviar 10.000 militares rusos a Cataluña es un disparate cósmico, ante todo, porque supone en términos geopolíticos generar una respuesta de la misma magnitud. En este caso, hablaríamos de magnitud 8-9 sobre 10 en una escala Richter adaptada a términos geopolíticos: épico o cataclismo. Solo por debajo del 10, que supondría el estadio apocalíptico. El incendio en las relaciones ruso-europeas sería de tal magnitud que, probablemente, no encontraría solución en décadas. Justo lo contrario que pretende Rusia. 

Nos encontramos, pues, en el terreno del absurdo, de lo impensable, de lo imposible. Justo el espacio en el que mejor se desenvuelven las instituciones policiales, militares y judiciales españolas y los denominados medios de comunicación menos creíbles de Europa.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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